“Illusions”, segundo disco de la banda Arwen marcó un momento importante cuando fue publicado. El salto cualitativo había sido evidente, convirtiéndose por derecho propio en una de las bandas con más calidad del panorama estatal, pero tristemente también era la última referencia que nos regalaron… hasta hoy. Catorce años nada menos han transcurrido desde aquella segunda obra que, había sido precedida de otro fantástico disco, “Memories of a Dream” y que ya dejaba claro que nos encontrábamos ante una formación con un potencial impresionante. A través de las redes sociales me llegó la noticia de que Arwen regresaba con un nuevo trabajo. No me lo podía creer. Era una de las mejores noticias musicales que podía recibir. Una de mis bandas favoritas estaba de vuelta.
Tras varios cambios de formación, actualmente la banda está formada por José Garrido a las voces y guitarra, pasando a ser por primera vez el vocalista solista en toda la grabación, Gonzalo Alfageme, también a la guitarra, Daniel Melián al bajo, Javi Díez a los teclados y Nacho Arriaga a la batería.
El nuevo disco “The Soul’s Sentence”, cuya preciosa portada es obra de Nekro, ha sido grabado en los NewLife Studios, bajo la producción de José Garrido y Daniel Melián y masterizado en Australia por Emin Havidovic. Está prevista su publicación en plataformas digitales el día 14 de diciembre y en formato físico a finales del mismo mes.
Entrando en materia, simplemente puedo adelantar que estamos, sin duda, ante uno de mis discos favoritos del año. Es una maravillosa demostración de calidad lo que hay en todas y cada una de las canciones. No hay ni un solo tema de relleno. La espera ha sido larga, es cierto, pero el resultado es inmejorable.
Unos breves sonidos electrónicos nos dan la bienvenida al primer tema del disco “Hollow Days”. Ya notamos un evidente cambio en el sonido de la banda. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza. Arwen sigue siendo Arwen. No ha perdido su esencia. Simplemente ha evolucionado. Alex Skorza de Silverfist colabora con su guitarra, en una canción que ya nos da una perfecta idea de lo que nos vamos a encontrar a lo largo del minutaje del álbum. Un impresionante trabajo de guitarras, melodía, detalles progresivos, estribillo pegadizo y una base rítmica contundente.
“Torn From Home”, segundo tema, contiene reminiscencias orientales. Es un tema más pausado, muy melódico, en el que se alternan voces limpias con un rasgado espectacular. El solo de guitarra es digno de destacar. Precioso. Asimismo quiero hacer mención a la gran ambientación de los teclados, que hacen durante todo el disco un trabajo perfecto, sin llegar en ningún momento a incomodar y dotando de mayor variedad y detalle al conjunto.
El tercer tema “Us or them”, cuenta con la colaboración de Valen Domínguez de la banda Sinaia. Es un tema muy variado. Tiene un comienzo muy melódico, con cierta ambientación oscura, para romper de repente en un breve interludio cañero que roza el thrash, un solo técnico y vuelta a la melodía. Impresionante.
“The Void”, se acerca más al rock duro. Más melódica, con un estribillo coreable. Un tema directo y accesible, que no por ello deja de lado un ápice de la calidad que atesora el álbum. Uno de mis favoritos.
La siguiente “When the world doesn’t matter”, me ha traído recuerdos de la anterior etapa de Arwen. Es un tema con mucho toque progresivo, con unos coros realmente logrados, más cercano al heavy metal melódico y esa melodía que en cuanto la escuchas perfectamente identificas con la banda. Y eso es una de las cosas más difíciles de obtener. Un sonido propio que, pese a las influencias, te caracterice. Arwen lo tiene.
“Endless Burden” se acerca a un medio tiempo, con un inicio contundente y pesado, contiene unas estrofas muy melódicas y suaves, con guitarras acústicas y un piano que acompaña perfectamente, para llegar a un estribillo más eléctrico. Es un tema muy complejo, en el que colabora J. Vega de Beyond, que gana con las escuchas, hasta llegar a ser actualmente uno de mis favoritos.
Regresa la velocidad y la intensidad en “Beyond Pain”, en el que se atreven a introducir detalles funky, para pasar posteriormente a un sonido cercano al death metal melódico y un estribillo de heavy metal melódico, pegadizo y coreable. Es una pasada.
“My Worst Self” contiene un inicio sinfónico, orquestal. En esta ocasión la colaboración corre a cargo de Miguel Rocha de Boyd y de nuevo me trae recuerdos de los antiguos temas de la banda, más power metal progresivo y melódico, alejándose ligeramente del sonido más moderno que caracteriza al conjunto del disco. Una vez más, fantástico.
La magnífica labor de Javi Díez tiene su mayor demostración en el siguiente “Crying Blood”, uno de los más melódicos del disco, en el que los teclados lideran su desarrollo, alejándose de la complejidad para regalarnos una canción más accesible y directa.
Hay lugar también para la balada en “Our Chance”, en el que podemos disfrutar de una maravillosa Mamen Castaño, que formó parte de la banda en sus anteriores trabajos y que nos regala un trocito de su enorme talento en una canción preciosa, que nos eleva por un momento del suelo.
El disco finaliza con una versión tributo al fallecido Chris Cornell y su tema “You Know my Name” en el que la banda deja su particular sello.
Arwen regresa, tras una larga espera, y cuando algunos ya no albergábamos esperanzas, con el que es, sin duda, el mejor disco de su carrera y uno de los mejores del año. Esperemos que para la próxima obra no tengamos que esperar tanto, porque bandas así se merecen la mejor de las suertes.
Daniel Arriero