HUSH N’ RUSH – Kick Over the Traces (Autoeditado, 2013)

¿Para qué sirven los críticos musicales? Cuando aún no había Internet y el acceso a la música era más restringido, la “prensa especializada” era la que podía decirle al rockero medio qué escuchar: qué disco comprar si tu banda favorita era ésta o aquélla.

¿Y hoy en día? Cuando Internet parece que te lo pone todo al alcance del oído, la oferta desmesurada se convierte en saturación garantizada, y hay tanto de tantas cosas que ya uno no sabe ni qué elegir, y acaba volviendo a los clásicos, ya que éstos (se suele decir) nunca fallan. El crítico ya no tiene que escribir que el nuevo disco de AC/DC es igual que todos los anteriores, porque cualquier individuo con banda ancha ha podido descubrirlo por sí mismo, muchas veces antes que tú.

Lo que le toca ahora al que escribe de música es separar grano y paja, hurgar entre esos miles de discos que se publican cada año, encontrar esos que casi nadie espera, y lanzarlos lo más alto posible. Poder publicar una entrada y decir, «Eh, vosotros, escuchad este disco de esta banda que no sabíamos ni que existía hasta anteayer».

A veces uno encuentra esos discos. Vi la portada, el nombre de la banda, el género, y la nacionalidad. ¿Grecia? El último país que me sorprendió fue Italia, a lo mejor éstos también tienen algo que decir.

Y así ha sido. Hush N’ Rush han conseguido pasar ese limbo de los discos sin padrino que están condenados a ser superéxito de su vecindario, y han editado un segundo disco con nueve canciones sin fisura ninguna. Puro rock y blues y funky, con mucha personalidad, a la vez que muy en la línea del blues que practican bandas como, por ejemplo, Warren Haynes y sus Gov’t Mule. No creo estar exagerando.

El guitarrista, vocalista y teclista Stavros Papadopoulos parece llevar el peso en este cuarteto perfectamente engrasado, en la que nada sobra ni falta, y en el que, de resaltar algo, habría que mencionar esa voz cálida y rasgada que parece llevar décadas sonando. Ni siquiera merece la pena mencionar los temas. Todos son, como poco, notables.

Estos cuatro griegos han sacado sin mucho ruido un disco completamente disfrutable, ejecutado de maravilla y con una producción sin tacha. Mejor que nadie se pregunte cómo sonarán esos temas en vinilo. No hay vinilo. No hay cd. Sólo nueve temas que puedes adquirir desde su página de Bandcamp por el precio que uno estime.

Internet es el sitio de la saturación, sí, pero también es el sitio del boca-oreja. Y aunque esta banda no vaya a dar la campanada, sí os puedo decir, Eh, vosotros, escuchad este discos de esta banda que no sabíamos ni que existía hasta anteayer. Yo pongo la boca. Vosotros poned la oreja.

Julen Figueras