Llevaba mucho tiempo esperando este evento, quizás llevaba toda una vida (metalera)! Son muchos los kilómetros que he hecho con mis amigos, para ir a festivales y conciertos a otras ciudades, y por fin teníamos un gran festival en Burgos (sin olvidarme, por supuesto, del Zurbarán Rock que vivimos este verano).
Además lo he podido disfrutar no sólo como fan, sino como organizador, como miembro de la Junta de la Asociación Burgos Heavy Metal, así que doble era la ilusión y el placer. Para un fan como yo, verte de pronto metido en los entresijos detrás del telón y nada menos que entre grupos del calibre de RAGE, STRIKER, o SILVER FIST, por vez primera, y unido a mis compañeros por el mismo objetivo: sacar adelante un festival con la máxima calidad y que el público lo disfrute, como disfruta de los “grandes” festivales, es algo difícil de explicar.
Los días previos fueron un hervidero de nervios y posiciones entre los miembros de la Junta. Se nos notaban más ganas e ilusión que coordinación. Menos mal que tenemos a alguno ya bregado en la organización, con aquellas experiencias impagables en el formidable y extinto Hontoria de Metal. Horarios de grupos, backline, hoteles, catering, entradas, puestos de merchandising, pulseras, acreditaciones… y… ¡coño!, pero ¿cuántas entradas hemos vendido? ¿Vendrá alguien tras todo el esfuerzo? Siempre las dudas y temores previos a los devenires que se encuentran más en el poder de otros que en tu propio esfuerzo.
Pero todo se pasa cuando ves a los grupos tocar, con una profesionalidad increíble… y ves al público disfrutar, cantar, levantar los cuernos… Quiero hacer una mención a todo el equipo de la sala El Hangar, que hizo un trabajo impresionante, tanto durante las pruebas de sonido, como durante los concierto que sonaron como pepinazos.
¿Los grandes triunfadores? Pues claro, para gustos, pero son muchos a los que he oído decir que SILVER FIST el viernes y los canadienses STRIKER el sábado. Aunque claro, gran parte del público se había movilizado para ver a la mítica formación de RAGE, ahora dando algunos shows sueltos bajo el nombre de REFUGE. Y dieron un bolazo impresionante, lleno de temas imprescindibles que tienen un nombre propio en la historia del heavy metal.
El viernes, como había más gente de la Asociación dispuesta a colaborar, pude disfrutar mucho más de los conciertos con mis amigos y hasta mi cuñado, que no es del “rollo”, pero ahí estaba, ¡apoyando!
Los murcianos SOVENGAR rompieron el hielo cuando aún no había casi público, pero no les importó. Se esforzaron a tope, llevaban sus vestimentas vikingas y lo dieron todo, con su cantante bajando constantemente a cantar entre el público, compartiendo bebidas… Sé de buena tinta que hubo gente que casi sólo quería verles a ellos. Tienen un buen futuro por delante y lo merecen por currárselo tanto. “Brutal battle” para terminar y su buena versión del “Raise your horns” de AMON AMARTH subieron la temperatura del Hangar… #Respect.
Tras ellos salieron a dar una descarga del Thrash-metal de la vieja escuela los sorianos GRAVE NOISE, que desgranaron todos y cada uno de los temas de su primer disco “From the Cradle to the Grave”. Revindicaron con rabia el “Soria YA”, que les dio el punto de energía y mala leche necesario para destrozarnos los oídos a base de tralla. Me gustaron mucho y los temas en directo ganan aún más cuerpo que en el disco. Personalmente noté sobresalir “Mutant Goat” y “Gods are lie”. Un grupo a seguir para los amantes de los sonidos más duros.
Seguimos con la caña, aunque no tan bruta, con los madrileños CICLÓN. Ya teníamos ganas de verlos por Burgos deleitándonos con su heavy ochentero, tanto musical como visualmente. Estos titanes del heavy llevan más de 10 años grabando y girando y la verdad es que se nota su trabajo, que es mucho. Dieron un buen concierto y se notó que había bastante gente que les conocía. Yo no les pude escuchar todo el tiempo porque estuve ayudando un poco por la taquilla y el puesto de merchan, pero alimentaron mi esperanza para que dentro de poco les podamos ver por las tierras del Cid con su set-list completo y haciéndonos mover las melenas. “Criaturas de la noche” o “Caballeros del rock”, de su primer LP “Sol naciente”, o “Luna de lobos” de su último disco, sonaron como truenos.
SILVER FIST salieron a comerse el escenario… y al público. Silver tenía una espinita clavada con Burgos, porque la última vez que nos visitó estaba medio enfermo y no pudo dar el 100%, aunque, llámenme romántico, yo aún lo recuerdo como un bolazo. La banda que acompaña a Silver es bestial, todos son unos músicos impresionantes: la dupla de Adrián y Alex a las guitarras y Filthó que estuvo tan simpático como siempre, arriba y abajo del escenario. Sonaron como un cañón que arrasó el Hangar. Temas como “El miedo”, “Todavía vivo” o “En llamas”, deberían ser reconocidos himnos del metal patrio por derecho propio. Creo que no hay dudas de que fueron los grandes triunfadores del viernes. ¡Gracias Silver por TODO!
Cerraron el viernes los míticos LEIZE, muy queridos en nuestras tierras (agotaron entradas en su última visita creo…), con ese heavy-rock urbano tan característico y que por aquí tanto gusta. Muchos de sus temas son parte de nuestra andadura existencial y el público los coreamos con ganas. Tienen todas las tablas del mundo, con Felix como máximo estandarte. Además venían con Ibi a la batería, quién estuvo durante muchos años reventando parches en los añorados Barricada. ¿Quién no ha cantado puño en alto “Buscando… mirando…”, o “Devorando las calles”? ¡Que levante las manos! El repertorio lo disfruté como un enano y creo que no fui el único que acabó el concierto con una gran sonrisa a pesar del cansancio. Por cierto, sonaron temas de su último disco que no desentonaron para nada con sus grandes clásicos, me quedo con “Hundiéndome en la noche”.
La gente salía de la Sala contenta y cansada mientras los organizadores nos quedamos recogiendo equipos y demás parafernalia. Dentro de mí ya iba creciendo una bola de nervios aún mayor a los días anteriores, no os voy a mentir, y es que solo unas horas más tarde, mi cometido era recibir en Burgos, mi ciudad, y encargarme de la “hospitalidad” de la leyenda ahora denominada REFUGE. Lo asumía con muchísima ilusión, pero a la vez y es que yo soy así, con mucha responsabilidad: quería que se fueran de Burgos pensando que les habían tratado como se merecen tamaños estandartes de un género y momento concreto como ellos.
Tras dormir 4h y ver un poco a mis peques, fui a hacer algunas compras de última hora para el catering y me encontré a SOVENGAR preparándose para encaminarse hacia Vitoria, y tranquilos, no llevaban las ropas vikingas por el Mercadona. Tras esos encuentros fortuitos y agradables, me fui al Hotel a recibir al trio. En un primer momento me impresionó estar allí al lado de los legendarios Peavy Wagner, Manni Schmidt y Christos Efthimiadis, pero con el paso de las horas demostraron ser no solo unos músicos sensacionales, sino unos tíos bien simpáticos y unos grandes amantes del metal, nada de poses. Por supuesto que les enseñé nuestra querida Catedral, que les debió gustar mucho, porque colgaron la foto que les hice en su Facebook, primer premio que atesoro junto a los abrazos que me di con Manni cuando se iban, ambos los guardaré en mi “cajón de recuerdos heavy”.
No puedo comentar el concierto de los burgaleses SILENCH CREW, porque me pilló llevando a cenar a los REFUGE. Una pena porque son músicos con mucha trayectoria y experiencia a sus espaldas y por lo que oí, dieron un buen concierto desplegando su particular Metal/Thrash. ¡Otra vez será David!
Sí llegué a ver a los vascos ELBERETH a los que desconocía y, para colmo, me volaron la cabeza con un Heavy/Speed/Thrash metal muy contundente y muy bien ejecutado. Los tres guitarristas meten fuego a las canciones y la base rítmica no se queda atrás, muy potente. Una de las grandes sorpresas del festival para mí. Los miembros del grupo demostraron ser unos tíos muy simpáticos, que creo que disfrutaron, al igual que nosotros, en la zona de camerinos, compartiendo espacio con REFUGE y STRIKER. Disculpad que no comente las canciones, porque no las conocía y, al usar el euskera para su expresión musical, no pude quedarme con los títulos. Pero tomo nota y añado mi granito de arena: eskerrik asko y esperamos verlos pronto por Burgos otra vez porque ya me habré empapado de su discografía.
El quinteto burgalés THE FLY ARMY aportaba un toque distinto y menos “metalero” al cartel del sábado. Su propuesta de entre el Rock y el Stoner es muy contundente, con el añadido de suficiente complejidad musical como para conseguir convencer al público más concretamente Heavy, ya que siempre somos muchos muy críticos con el nivel musical de los grupos. El público creo que los disfrutó y no había más que ver a los cinco, tras el bolo, completamente sudados, exhaustos en el backstage y con unas caras de felicidad que lo decían todo. ¡Enhorabuena cracks!!! Examen superado con nota alta…
Es curioso ver como Peavy, Manni y Christos, que habían estado todo el día muy alegres y simpáticos, a una hora de empezar su ración de historia metalo-germana exportada a toda Europa, se fueron preparando mentalmente. Cada uno un poco a su aire, serios, concentrados. Ya no había opción de fotos ni de bromas en esos momentos. Pero cuando salieron al escenario, nos mostraron la mejor de sus sonrisas y nos regalaron un conciertazo, que seguro quedará en la memoria de los que estuvimos. Por cierto, se notó que mucha gente había ido solo a verlos a ellos, porque de largo, fue el concierto con más afluencia de público. “Don’t fear the Winter”, “Refuge”, “Solitary man”… son himnos del metal para muchos (mención especial a nuestro socio Russell que cumplió uno de los sueños de su vida: ver a sus ídolos en su ciudad y poder compartir un rato con ellos en el camerino). Presentaron varios temas de su único disco como REFUGE, el magnífico “Solitary man”. Personalmente pienso que temas como “Summers Winter” y “The man in the ivory tower” tienen al menos el mismo nivel que sus grandes éxitos de los 80 y 90. En resumen, un lujo para nuestra pequeña Asociación el haber traído a estas leyendas.
Y cerraron el festival, por todo lo alto, los canadienses STRIKER. Muchos incautos se fueron tras el concierto de los cabezas de cartel, quizás derrotados por el cansancio tras 2 días muy intensos, o quizás muchos porque no conocían a estos fenómenos. Dicen que la experiencia es un grado pero también lo es la juventud en esto del metal y cuando mezclas juventud y tablas (estos tíos llevan 6 discos en 10 años!!), te puedes encontrar con un grupo diferente que arrasa el escenario. El nivel del grupo y la energía que despliegan, es brutal. Y tienen temas salvajes, llenos de velocidad, solos, melodías, estribillos de los de “puño en ristre”… Triunfaron con los temas algo más suaves de su último disco “Play to win”, como por ejemplo el tremendo “Head first” o el “Heart of lies” y se coronaron con sus temas más speedicos de sus primeros discos, como los ya míticos “Fight for your life” o “Full speed or no speed”. Mucha gente se nos acercó al final del concierto para preguntarnos de dónde habíamos sacado a estas bestias… Muy grandes!!!
Tuvieron que pasar varios días hasta que conseguí bajarme de la nube, del subidón y dejar de pensar en el festi y en todo lo vivido. Echamos de menos haber colgado el tan ansiado “sold out”, pero las sonrisas de los que estuvimos, el agradecimiento de los grupos y de los socios, y el reconocimiento de los promotores se convirtieron en el mejor regalo. A por el VII… y los que queden por venir…