Mike Portnoy es seguramente el mejor, más premiado y reconocido batería de rock y metal de su generación. Desde que abandonó Dream Theater allá por 2010 le hemos visto en infinidad de bandas y proyectos. Cada pocos meses nos encontramos con un nuevo disco que cuenta con su participación: Avenged Sevenfold, Transatlantic, Flying Colors, The Winery Dogs, Adrenaline Mob, Twisted Sister , Neil Morse Band…. y seguro que de alguno me estoy olvidando.
Esta vez , la cabecita loca de Portnoy, ha decidido retomar una idea que se empezó a fraguar hace ya bastantes años.
Derek Sherinian, su ex compañero a las teclas en Dream Theater, y su también compañero en The Winery Dogs. Billy Sheehan, ya giraron juntos hace años junto al guitarrista Tony MacAlpine en un proyecto instrumental. Desde entonces Sherinian y Portnoy tenían en mente retomar el proyecto y grabar material para publicar un disco. El fantástico Billy Sheehan sigue haciéndose cargo del bajo. Para completar la banda se eligió al guitarrista Ron «Bumblefoot» Thal (ex- Guns N’ Roses, Art Of Anarchy) y al vocalista Jeff Scott Soto.
Ya tenemos una alineación de lujo repleta de músicos virtuosos y un vocalista de reconocido prestigio. Decidieron llamar a la banda Sons Of Apollo (Apolo: dios griego de la belleza, la música o las bellas artes, entre otras muchas cosas).
Las canciones:
Una vez hechas las presentaciones ahora vamos a ver que son capaces de ofrecernos los Hijos de Apolo en este su primer trabajo de estudio.
El disco se inicia con la épica «God Of The Sun». Un tema de once minutos largos de duración donde destacan desde el principio las influencias orientales al más puro estilo Jimmy Page/Led Zeppelin y los teclados apocalípticos de Derek Sherinian. Hacia la mitad de la canción esta cambia por completo y tras un breve interludio protagonizado por la voz de Jeff Scott Soto y los teclados de Sherinian, viene una parte instrumental a cargo de estos músicos increíbles practicando «Metal Progresivo» de primerísima división, para después volver al ritmo inicial de nuevo, con un «YEAH!!!!» de Soto que a mi me pone los pelos de punta. No es que sea la canción más original del mundo, pero como carta de presentación es magnífica. Y cuanto más la escucho más me gusta.
«Coming Home» es la canción más accesible de todo el disco, tanto musicalmente como por sus cuatro minutos de duración, y seguramente por eso la han elegido para filmar un video clip donde podremos disfrutar de la pericia de estos cinco personajes del ROCK (con mayúsculas), y lo que es más llamativo para mi, observar los instrumentos que manejan. Tanto Billy Sheehan como Bumblefoot lucen un bajo y una guitarra de doble mástil que harán morirse de la envidia a cualquiera que tenga un instrumento en su casa.
Otra buena canción, que ya habíamos escuchado en el mes de agosto, y en cierto modo parecida a la anterior es «Signs Of The Time«, aunque un poco más progresiva y enrevesada. El sonido de bajo de Sheehan es demoledor durante todo el disco, pero aquí atruena como un martillo neumático en nuestros oídos.
Como su titulo parece indicar «Labirynth» es el primer tema que podríamos considerar puramente Metal Progresivo. Es inevitable no acordarse de Dream Theater en esta ocasión. Sobre todo cuando los teclados toman más protagonismo y desde luego en la parte central de la canción, donde se suceden las variaciones, las progresiones, los solos y los cambios de ritmo.
«Alive» es una canción más lenta que el resto. No exactamente una balada, más bien un medio tiempo que va ganando en intensidad a partir del primer estribillo.
Como contraste en «Lost In Oblivion» vuelven los ritmos progresivos y el doble bombo de Portnoy adquiere protagonismo para una canción acelerada que transmite sensaciones de desesperación e urgencia en el riff de guitarra, en los efectos de teclado que Sherinian utiliza como un maestro y en la forma de cantar de Soto. Buen tema.
Tras la breve instrumental «Figaro’s Whore» llega «Divine Addiction«, un auténtico homenaje a la mejor época de Deep Purple, Dio, Whitesnake o Rainbow. Jon Lord se sentiría orgulloso si viera como su legado pervive en el tiempo. La única pega es que el tema acaba con un «fade out» que desmerece tan fantástica canción.
El disco se cierra con una extensa instrumental, más de diez minutos otra vez, titulada apropiadamente «Opus Maximus«. En este tipo de grupos formados por auténticos maestros con sus instrumentos, parece que un tema instrumental dedicado al lucimiento personal de cada uno de ellos es imprescindible. A mi no me acaba de convencer la idea, pero supongo que es una cuestión de ego personal. Tampoco me parece que la canción ofrezca algo que no hayamos escuchado en los discos de Dream Theater con anterioridad.
En resumen:
Nos encontramos ante un disco de metal progresivo con todo lo que ellos conlleva, para lo bueno y para lo malo, pero con muchísimas influencias de Hard Rock clásico. Algo a medio camino entre Dream Theater y The Winery Dogs. Del tándem Portnoy- Sherinian uno ya sabe que esperar. Ron Thal, al que yo apenas conocía, es un guitarristas de influencias diversas y lo mismo te hace un solo que te recordará a Eddie Van Halen, como se marca un riff al más puro estilo Tonny Iommi. Billy Sheehan ya sabemos todos que pie calza, lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Y Jeff Scott Soto, que seguramente es el miembro menos importante a la hora de componer estas canciones pues fue el último en incorporarse a la banda, hace un gran trabajo para mi gusto y consigue dejar su sello personal en todos los siete temas en los que participa.
No me parece que este sea el disco del año, pero sí es un trabajo más que aprovechable. Canciones como «God Of The Sun«, «Coming Home» o «Divine Addiction» merecen no una, sino muchas escuchas, y el resto del trabajo no está nada mal. Portnoy insiste en que esta es una banda de verdad y no un proyecto más. Y la verdad es que el disco suena compacto y trabajado. También anuncia que saldrán de gira en 2018. Habrá que estar atentos.
La producción a cargo de Portnoy y Sherinian (bajo el seudónimo de The Del Fluvio Brothers) es perfecta. La batería y el bajo suenan de lujo y la voz de Soto brilla mucho también. Ninguna pega en ese aspecto.
A la venta el viernes 20 de octubre bajo el sello InsideOut Music.
Alberto Lozano
https://www.facebook.com/alberto.lozano.750
Track List:
1- God Of The Sun
2- Coming Home
3- Signs Of The Time
4- Labyrinth
5- Alive
6- Lost In Oblivion
7- Figaro’s Whore
8 – Divine Addiction
9- Opus Maximus
Line up:
Mike Portnoy – batería
Derek Sherinian – teclados
Billy Sheehan – bajo
Ron «Bumblefoot» Thal – guitarras
Jeff Scott Soto – voz