ROYAL HUNT: Crónica (2/3/2014)

ROYAL HUNT + Cloudscape
Sala López, Zaragoza, 2 de Marzo del 2014
Texto y fotos: Mayca Cruz «Mycure»

No fue éste un concierto más, al menos para quien suscribe, ya que convergían varios elementos que lo hicieron especialmente anhelado. Por un lado, tuvimos el inmenso honor de contar con la presencia de cuatro de los miembros de ROYAL HUNT esa misma mañana en el programa Rockangels Radio Show y a quienes pudimos entrevistar durante cerca de 40 minutos. Por otro, era la primera vez que iba a ver a esta banda en directo de la que ya había tenido en el pasado la suerte de escuchar a través de sus álbumes. El atractivo añadido de que Zaragoza era el lugar escogido para despedirse de España y proseguir con una extensa gira que les llevaría por innumerables destinos alrededor del globo, e incluso la idea de poder adquirir en el merchandising las reediciones en vinilo de dos de sus clásicos, fueron todo ellos condicionantes para valorar esa noche como una de las más esperadas de los últimos meses.

La velada arrancó con los suecos CLOUDSCAPE, una banda de metal progresivo con varios años de trayectoria (sus inicios se remontan al año 2001) pero que pisaban los escenarios españoles por primera vez acompañando a los daneses ROYAL HUNT. Una excelente formación que nos sorprendieron gratamente con seis temas extraídos de sus cuatro álbumes de estudio más un tema nuevo compuesto in extremis para el tour europeo. Ahí estuvieron Mike Andersson, liderando con su solvente voz y las guitarras de Stefan Rosqvist y un orondo Patrik Svärd, ambos incluso con un parecido físico que nos hizo suponer que podrían ser hermanos. La base rítmica a cargo de Hakan Nyander al bajo y Fredrik Joakimsson a la batería. La primera parte del set list incluyó Mind Diary y Eyes of Jealousy de su tercer trabajo, Global Drama junto a Kingdom y Before the Eyes, de su cuarto álbum, New Era. En medio de éste, el cantante resolvió con buen tono un tema de los Whitesnake y prosiguió con la novedad titulada A New Design, que aparecía en el disco recopilatorio que ofrecían en primicia en el puesto de merchandising. Prosiguieron con Demon Tears, de su segundo álbum (Crimson Skies) para finalizar con uno de sus primerísimos trabajos, el titulado Under Fire, que ya sacaran en su primera demo. Temas la mayoría que superaban los cinco minutos de duración como suele ser lo habitual en las composiciones de este tipo de género con un gran peso en los pasajes instrumentales.

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Tras éstos y un breve descanso, el oscuro escenario, en el que se apreciaba ya la profusión de teclados envueltos en una densa niebla y unos cañones de luces aportados por los propios Royal Hunt, comenzó a llenarse con el sonido organístico de la intro instrumental Doble Conversion, a sabiendas de que entre las sombras se encontraba el alto teclista André Andersen, líder de la formación. Aparecen rápidamente Per Schelander (el bajista que sustituía al titular Andreas Passmarck durante varias fechas de esta gira) y Jonas Larsen, el guitarrista. Allan Sorensen, posicionado en su taburete ante la preciosa batería de color blanco y doble bombo, nos da los redobles que fusionan la corta intro con el siguiente tema elegido a modo de carta de presentación del nuevo disco editado a finales de 2013 y cuya reseña podéis leer aquí. One minute Left to Live nos trae al frente al vocalista americano DC Cooper, quien ya desde un primero momento se gana el clamor del respetable con una voz en estado de gracia. Derrochando energía y una simpatía que contrastaba con la proverbial seriedad de André, el cantante nos obsequia con The Mission, un medio tiempo extraído del famoso álbum conceptual de igual título inspirado en la novela de ciencia ficción de Ray Bradbury, Crónicas Marcianas. Siendo que este tema no pertenece a su historia discográfica con los Royal Hunt, pudimos comprobar que Cooper necesitó echar algún rápido vistazo a la chuletilla, a modo de apuntador, que tenía ante el altavoz ya que posee una letra sumamente compleja.

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A partir de ahí nos dimos cuenta de que el set list se iba a componer de diversos cortes escogidos de la práctica totalidad de la discografía de Royal Hunt donde, lógicamente, Cooper si había participado, habiendo cabida para otros tres temas más del último trabajo:  la homónima y larga A life to Die For, Hell Comes Down from Heaven y Running Out of Tears como encore extra; dos temas del Paradox, con toda seguridad el disco más conocido de esta banda: Tearing Down the World y Message To God y otros dos cortes de otro de mis favoritos, el álbum Moving Target, la nostálgica y conmovedora Time y el Last Goodbye,  con especial lucimiento de Cooper quien captaba todas las miradas del personal dada su entrega escénica. También fueron dos los temas del penúltimo trabajo con el que el frontman americano hizo su reaparición en Royal Hunt tras aquella ausencia de años que le apartó de este estilo sinfónico – melódico que tan bien sienta a su registro de voz: Hard Rain’s Coming y Half Past Loneliness del Show me How To Live (2011). Hubo eso si un retroceso en el tiempo para deleitarnos con una sublime y melancólica Clown in The Mirror tributando así los tiempos en que Brockmann fuera el cantante de la banda.

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La, por lo general, larga propuesta de algunos de los temas hizo que en el segundo encore se diera paso a una secuencia instrumental con un mix variado para dar un buen respiro al cantante y permitir, como no, un mayor lucimiento del líder Andersen, siempre discreto entre sus teclados pero a quien, sin duda, gusta deleitarnos con su personalísimo estilo y virtuosismo. Hay que destacar que tanto la guitarra del rubio Larsen como el bajo de Schelander en ocasiones parecen meros acompañamientos ante la ampulosa grandeza de los teclados pero si que resultaron imprescindibles como coros ya que en esta gira, Royal Hunt, han preferido dejar en Dinamarca a sus coristas habituales, Alexandra Popova y Kenny Lubcke (lamentamos que la bella Maria McTurk ya no está entre ellas). No puedo por menos que admirar el gran trabajo a la batería de Allan Sorensen, a quien le respalda su excelsa escuela y un brillo admirable en esos redobles prolongados que le exigen algunos pasajes salidos de las partituras de Andersen.

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Un concierto que considero digno de un espacio que hubiera acogido no ya un mayor número de asistentes sino que hubiese dispuesto de un escenario de mayor amplitud para dar lustro a unos músicos que tocan con una elegancia y un dominio difícilmente comparables. No es sólo su estilo único (sólo Royal Hunt suena a Royal Hunt hasta el punto de que sus temas son inconfundibles debido a su peculiar sello) sino que son de esos grupos que podrían optar perfectamente por un set aún más extenso sin resultar excesivos o aburrir al personal. Sudoros pero no exhaustos, concluyeron con su Epilogue durante seis minutos más, dejándonos a todos con la sensación de lamentar haber llegado ya al final de una soberbia actuación.

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Todo un lujo para los oídos y una opción de calidad rotunda que se perdieron muchos oyentes a quienes un Domingo noche resulta un mal momento para acudir a un bolo de envergadura. Este espectáculo musical en Zaragoza ha sido una irrepetible oportunidad para los que si, en cambio, tuvimos la suerte de estar ahí aclamándoles de manera cercana por espacio de casi tres largas horas.

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Pero si algo así adquiere especial sentido para los fans es tener además la oportunidad de saludar, charlar, pedir autógrafos y fotos a los miembros de las bandas que has ido a ver y, en salas como ésta, la ocasión la pintan calva porque los bolos menos multitudinarios ofrecen una posibilidad única para compartir un cúmulo de esos buenos momentos post concierto, tal y como podréis ver en las fotos que acompañan este resumen. Un sueño cumplido gracias nuevamente a rockangels con quienes llevo escasos meses colaborando y, lo obvio, gratitud que he de hacer extensible a Alberto Gamarra de Integrator Producciones, el artífice que se alió con Robert Mills para traernos por tierras mañas a los daneses ROYAL HUNT. Muchas gracias a todos.

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