Steve Overland es uno de esos cantantes cuya voz gusta a un enorme porcentaje de amantes del rock y de la música en general. Se trata de uno de esos tipos que, como suelo decir, tienen una voz que fascina hasta cuando hablan. Evidentemente, eso es una gran ventaja a la hora de enfrentarse a una carrera como vocalista. El “pequeño” detalle es que el señor Overland no se enfrenta a ella, sino que se alza sobre una reputada carrera, cimentada en varias formaciones, de las que la más destacada y longeva es la banda británica FM. También tiene su propio proyecto personal, con el nombre de Overland, con el que alcanza ahora su quinto álbum: Contagious.
Tommy Denander (guitarras y teclados), Lars Chriss (batería), Tony Franklin (bajo), Mark Stanway (teclados en los temas 1 y 9) Paul Farrington (teclados en tema 5) y Jem Davis (Hammond en tema 7) son sus compañeros de viaje en este álbum “contagioso” de buen gusto, en el que mucho ha tenido que ver la producción de Lars Chriss y Khalil Turk, la mezcla del propio Lars y la masterización de Mike Lind. El artwork es de Eric Phillipe.
Está claro que se daban todos los condicionantes para que Contagious fuese un gran disco, para mayor gloria de su creador. Sólo faltaba una cosa, eso sí esencial: las canciones, y ahí están. Doctor My Heart explora los caminos del blues y el soul sobre la hipnotizante voz de Overland, para generarnos la irrefrenable necesidad de seguir escuchando. Sonido exquisito, ejecución instrumental perfecta, guitarra de primera. Características que se repetirán en el álbum. Easy on Me aviva esa llama y, con un comienzo muy rítmico con teclados casi dance, cambia las tornas y el tono, con la “única” constante de la voz de Overland, que parece no alterarse en ningún pasaje del tema ni del disco. Un estribillo al estilo clásico con contestación y una variación compositiva, rematada por la guitarra con originalidad y maestría, hacen el resto.
Edge of the Universe nos lleva al borde de la fiesta con su tono alegre, en contraste con el anterior. Al borde, porque no pasa de la puerta. No es éste un disco fiestero, sino más bien maduro, AOR en el más puro sentido de las siglas, pero para bien. En esa puerta montarás tu propia juerga porque la ejecución, la composición y la suave voz de Overland te harán gozar sin necesidad de compañía ni aditamentos. Every Lonely Night introduce la melancolía con la guitarra, la interpretación del frontman y el estribillo al estilo de las grandes décadas. A estas alturas ya te has dado cuenta de que, de haber salido entonces y tenido la promoción adecuada, Contagious habría estado muy, pero que muy, arriba.
Un vocoder presenta Wildest Dreams, tema suave suave, muy retro, de película, muy del gusto de la comunidad afroamericana en cualquier estado de los USA, por poner un ejemplo sencillo y gráfico. Intoxicated entra, casi a traición, con efectos de guitarra y te intoxica con su clase, su estribillo y rotundidad en comparación con el corte anterior. Uno de mis temas favoritos dentro de un gran nivel general. Define Our Love, difícil cuestión para plantear así directamente, pero que Steve y sus amigos resuelven por la vía rápida con una balada clásica, de esas que tienen asegurado al final feliz gracias a la fantástica voz del cantante. La exquisita producción e interpretación de los músicos se tornan imprescindibles para el resultado final. Pero tú sigue a lo tuyo, aprovecha; sólo se vive una vez.
Un poco más de caña es lo que nos ofrece Pocketful of Dreams, pero sin perder el toque ecléctico del que este Contagious hace gala. En cualquier caso, con predominio de las voces, como es natural. Gran variación final para otra de las mejores canciones de este disco. Por si existen los milagros, Steve intenta uno con Making Miracles y con su quinto trabajo. Y, si el milagro ha de materializarse por crear algo accesible para el gran público, cerca estará de conseguirlo. Aunque me da que el gran cantante británico no se conforma sólo con panes y peces…
Vuelta a los orígenes, las raíces, el terruño…, Back Where I Belong se encomienda a la base rítmica y a los teclados para que Overland pueda beber de las fuentes que solía. Las mismas de las que bebió, por ejemplo, Toto, que es mucho decir. Un tema de enorme calidad y otro de los highlights de Contagious. Unforgiving World, unforgiven album. Una gran canción con el punto justo de fuerza y seriedad, para sacar lustre al timbre del protagonista de nuestra reseña y dejarnos con la sensación de que este trabajo se nos ha hecho corto.
Contagious es un gran disco, creado para mayor gloria de Steve Overland, pero con espacio y tiempo para todos y cada uno de sus fantásticos músicos; ecléctico y con la capacidad de gustar tanto a quien lo escuche como telón de fondo de sus actividades habituales como a quien tenga que dejarlo todo y disfrutar en exclusiva de cada uno de sus detalles.
Toño Martínez Mendizábal