NEIL YOUNG & PROMISE OF THE REAL – The Monsanto Years (2015)

«Un día nuevo para el planeta. Un día nuevo para el amor. Un mal día para no hacer nada”. El arte puede ser puro entretenimiento y nada más, pero ésa desde luego no es la perspectiva desde la que Neil Young crea sus obras, constantes y consistentes a lo largo de los años. Young saca tantos y tan buenos discos que es realmente complicado jerarquizarlos por su calidad. Sin embargo, The Monsanto Years tiene la altura y el trasfondo idóneos para ser considerado uno de los más importantes de los últimos lustros.

En lugar de con sus inmortales Crazy Horse, el músico canadiense se ha reunido esta vez con Promise of the Real, banda formada por los hijos de Willie Nelson, y que toma su nombre de una canción del propio Young. El resultado de sus discos nunca es previsible. Nos tiene acostumbrados a la sorpresa, al riesgo, a los proyectos ambiciosos de éxito variable. Este disco es arriesgado, es ambicioso, y es sorprendentemente bueno. No hay nada esencialmente nuevo para quienes seguimos la carrera del cantautor de cerca, pero nunca deja de ser emocionante ver a un viejo de casi setenta años ofreciéndonos canciones tan inspiradas, de tamaño compromiso político.

Estamos hablando, en realidad de un trabajo que es 100% Young, que exprime al máximo las premisas sobre las que su música se han construido. Es un disco inmediato, sin pulcritud ninguna. Es imperfecto, como muchas obras maestras. Y es incompleto, como toda obra incrustada en las raíces populares: en suspenso hasta salir a la luz y cerrar el ciclo al llegar a ese público al que va dirigido. No es un disco sólo para rockeros, ni sólo para oyentes de folk. Es, sobre todo, un panfleto musicado para tiempos convulsos. Bien a través de canciones dulces como «Wolf Moon”, en el lado más folk del creador de Harvest, o de canciones más agresivas como “Big Box”, el mensaje es (como en todo panfleto) claro y directo, quizá porque, a su edad, Young no tiene ya tiempo que perder en dar rodeos estilísticos.

«La gente quiere oír hablar de amor” (People Want to Hear About Love), lamenta amargamente. Y es éste un disco que habla también de amor. Amor por el único planeta que tenemos, por las gentes que sólo intentan sobrevivir, por quienes recuerdan cada día que el dinero no se come. Declaraciones de amor que buscan en lo mundano y que necesitan de reclamaciones sencillas, como los cuatro acordes que conforman estas canciones: «quiero que el café que me tomo por la mañana no esté genéticamente modificado». ¿Mucho pedir? Probablemente.

The Monsanto Years es un disco que, al igual que su anterior Storytone o el sobresaliente Living with War, busca su inspiración en lo urgente para convertir un momento histórico en obra atemporal. Es quizá esa urgencia la que dota de encanto a cada uno de los temas del disco: canciones directas, con solos semi-improvisados, pasajes extensos, producción garajera, y la voz frágil pero nunca arrodillada de una de las figuras más importantes del rock, que no se conforma con describir la mierda de mundo que estamos dejando, sino que está decidido a transformarlo.

Mal día para no hacer nada. Un primer paso puede ser escuchar The Monsanto Years.

Julen Figueras