Los que conocemos la trayectoria de Mike Tramp sabemos y tomamos en cuenta cuánto tiempo ha pasado desde que éste comenzase en aquella absurda banda nacida de un montaje y llamada Mabel. Sí sí, me refiero a aquellos jovencitos daneses que, vestidos con mallas de colores impensables, volvían locas a todas las excitadas fans locas por llevarse una mirada de sus idolatrados artistas. Vamos, que eran el equivalente Europeo a lo que Van Halen (por las mallas) en USA. También el fenómeno fan estaba presente en España, sí, como no… Nos tenemos que remontar a muy finales de los 70. Aquí sufríamos con los Zipi y Zape de la música juvenil. Teníamos a Los Pecos y la irritante vocecita del guapo rubio. En fin, centrémonos en la historia del auténtico Mike Tramp quien renuncia a aquel pasado y que no toma de buen grado si alguien le pregunta por ello. No me extraña. En este caso es muy acertado eso de que “todos tenemos un pasado…” jejeje
Aquellos fueron sus comienzos, pero pronto y afortunadamente encontró en New York, en 1983, a los compañeros más adecuados para montar la que iba a ser la banda más melosa de los inicios de los 80 dentro de lo que llamábamos Hair Rock, que era ni más ni menos que mucho pelo cardado en las cabezas de unos habilidosos músicos que tocaban lo que ahora denominamos rock melódico. Ése sí que fue su gran momento. Hits, MTV, Headbangers Ball y todos los ojos puestos en unos White Lion que bordaron las canciones durante sus primeros cuatro discos. Qué momentos tan inolvidables vivimos con la deliciosa voz de Mike Tramp y aquellas guitarras inalcanzables para la mayoría de los músicos de la época.
Luego de seis discos en estudio, en 1993, montó su propia banda a la que llamó Freak of Nature y con la que experimentó durante tres discos por caminos no muy bien asfaltados con resultados poco convincentes para los que habíamos sido sus seguidores. Esas mezclas de rock con grunge nos dejaron fríos y apáticos viniendo de alguien como él, pero la moda y las discográficas mandaban en muchos de los músicos que estaban en una escena poco agradecida, y los intereses económicos y de supervivencia obligaron a muchos como Mike Tramp hacia inventos rancios. Sí que tuvo alguna canción que sobresalió un poco pero tampoco como para mantenerle tan arriba como lo que estuvo con White Lion.
Tras aquello, en 1997, lanzó un sorprendente disco titulado “Capricorn” con el que cambió radicalmente de estilo y se encontró a si mismo al practicar y componer un tipo de canciones que empezaron a mostrar lo que ahora mejor que nunca está haciendo. En algunos casos decimos que alguien ha vendido su alma al diablo. En lo que a Mike Tramp se refiere, debemos pensar que su alma estuvo viajando desacertadamente mientras su cálida voz estaba hibernando dentro de él. Así y tras varios discos plenos y bien asentados como fueron “Songs I Left Behind“, ”Cobblestone Street” y los más recientes “Museum“ en 2014 y “Nomad” en 2015, este inquieto y adorable hombre regresa con su nuevo lanzamiento titulado “Maybe Tomorrow” que será editado el próximo 24 de Febrero.
Lo que el bueno de Mike Tramp ha grabado en este su nuevo disco es canela en rama. Es un salto cualitativo en calidad y representa la madurez mejor llevada para un hombre que ha recorrido el mundo entero siendo uno de los mejores de su época y que aún hoy en día se subirá a los escenarios para ganarse la vida de forma seguro que más modesta que antaño. Es la realidad de un hombre de verdad que viste canas seguro pero que a sus 55 años está en un pleno estado de forma. En la estética, en lo musical y en lo que a nivel privado pudiéramos pensar. Su asentado talento sale a flote con canciones deliciosas y bien llevadas que recorren sendas más equilibradas, y que suenan a rock, blues y country en una mezcla que de un altísimo carácter americano.
Este muy recomendable “Maybe Tomorrow” suena sencillo y amable al oído. Reconforta los ánimos del corazón y da una calma emocional especial mientras se escucha, lo cual es algo digno de ser considerado. No todos los meses recibiremos unas canciones prensadas en forma de LP o grabadas en un cd con tanto sentimiento por el artista que las ha compuesto. Resulta difícil que una voz tan especial como esta sea puesta a nuestra disposición con registros tan adorables como los elegidos por el danés. Todo suena bien. No hay ni un tema que se haga pesado. Mientras el disco va avanzando no he encontrado un momento en el que haya pensado “voy a pasar este tema”. Nada de eso. Las canciones van cayendo y son recibidas con una tranquilidad propia de los buenos instantes, de ese presente que se vive con normalidad y gusto.
El disco se compone de diez canciones que le otorgan una duración de cincuenta minutos, con lo que puedes deducir que se trata de composiciones largas y trabajadas. Son como he dicho temas fáciles pero muy espirituales, extraídos por la voz pero desde muy dentro del corazón para recorrer el camino que hay entre el equipo de música y nuestro cerebro. La característica más reconocible en estas canciones es la buena sección rítmica de una batería ágil y de una bajo que manda con constantes subidas de escala y quintando para destacar los cambios. Por supuesto que la voz es el hilo conductor. No podía ser de otra manera, ya que para eso Mike Tramp es el cantante y jefe de su propio destino.
El disco se editará en una edición limitada en formato LP de color azul (500 copias), LP normal negro y CD clásico. No olvides que esto será a partir del 24 de Febrero.
Para terminar esta reseña diré que es el perfecto regalo para cualquier amante de la música en mayúsculas. Es un canto a la libertad y a la madurez, a la espontaneidad y a una vida sana y rica en emociones.
Luis Maria Catediano
Track List:
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Coming Home
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It’s Not How We Do It
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Spring
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Would I Lie To You
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Rust And Dust
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Leaving One Day
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Time And Place
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What More Can I Say
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Why Even Worry At All
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Maybe Tomorrow