Menuda obra la que tenemos por delante. La mezcla, siempre llamativa, de unos Iced Earth de una calidad suprema…pero infravalorados como los que más y Atenas, con su público griego entregado y ruidoso en cualquier evento (¡imaginaos en un concierto de Heavy Metal!)…pero que languidece ante otras ciudades con famosos directos como Tokio, Londres, Río…
¿Y qué podemos esperar de esta unión? Pues, ni más ni menos, uno de los directos más completos, sorprendentes y agradecidos que he tenido la oportunidad de escuchar. Que sea uno de mis preferidos de todos los que he escuchado no le debería importar o impresionar a nadie, pero quiero que quede constancia porque lo digo tal y como lo pienso.
Y es que, si eres un amante de la creación de ese genio de la guitarra rítmica y de la composición que es Jon Schaffer, no hace falta que te hable de las bondades de este disco porque seguro que ya lo has escuchado hasta la saciedad. Bueno, hasta la saciedad no porque esta obra nunca sacia.
Si, por otro lado, no has buceado en la obra de Iced Earth… mereces la envidia de los que sí lo hemos hecho. Encontrarás tesoros en forma de álbum como el oscuro, “Night of the Storm Rider”, los brillantes“Burnt Offerings” y “The Dark Saga” o el gigante “Something Wicked This Way Comes”.
Quien siga a Schaffer sabrá que es un tipo incansable y concienzudo y echará en falta otras obras como el magnífico “Horrow Show”, el sorprendente “The Glorious Burden” (con Tim “Ripper” Owens haciendo un trabajo de un altísimo nivel) o, ya en los últimos tiempos con Stu Block a las voces, el “Plagues of Babylon”, por citar algún ejemplo.
Pero es que de lo que vamos a hablar aquí es del directo “Alive in Athens” del año 1999 donde se concentró en tres discos la obra de Iced Earth desde su primera obra homónima en el 90.
Schaffer siempre ha sabido elegir calidad para su grupo. Lamentablemente, tiene mucha experiencia en lo que a elegir miembros de su banda se refiere porque, a fecha de hoy, son más de treinta los integrantes que han pasado por el grupo en diferentes periodos. Tienes que tener muy metido entre ceja y ceja algo para seguir adelante con tanto movimiento…
Pues bien, desde el 95, el cantante de Iced Earth era Matt Barlow quien había grabado los discos de más calidad y éxito de la banda hasta el momento. Mucha culpa de este éxito fue suya ya que su labor con el micro fue brillante, estando a la altura de cualquier otro voceras que nos venga a la mente. Además, su estado de forma en esta grabación era excelente y así queda reflejado en varios pasajes.
La portada ya te anima a entrar avisándote de que lo que vas a encontrar dentro va a ser Heavy Metal del mejor, sí, pero también Thrash agresivo, Speed frenético e incluso trances progresivos en los que perderte. Y no hay una portada, sino cuatro y todas de excelente calidad.
Dentro del primer CD nos topamos con lo que Iced Earth nos va a ofrecer: un viaje a tumba abierta a través de su discografía en la que ninguna canción sobra.
Sin ir más lejos, podemos deleitarnos con trallazos como “Vengeance is Mine”, “Pure Evil”o “My Own Savior”, disfrutar de un tema tan íntimo como “Melancholy (Holy Martyr)”, adentrarte en los nueve círculos del infierno de la mano de “Dante´s Inferno” y disfrutar del viaje que implican “Travel in Stygian” (con la rítmica de Schaffer desatada), “Slave to the Dark” y “A Question of Heaven” donde Barlow nos deja a todos boquiabiertos con su interpretación.
En este punto ya podemos darnos cuenta de dos cosas:
La primera es la gran labor de James Macdonough al bajo y Larry Tarnowski a la guitarra solista, pero especialmente, la manera tan brillante de guiar a la banda mediante la base rítmica desarrollada a la batería por Brent Smedley. Tras innumerables escuchas me parece impecable y digna de mención.
La segunda es que la audiencia griega está a la altura de la descarga que están presenciando. Como ya sabemos, son gente entregada.
Para cuando llegamos al segundo CD ya estamos avisados de lo que podemos encontrar. Lejos de caer en la monotonía, nos esperan impactos como “Dark Saga”, “Last December” y “Stormrider”; “Angels Holocaust” con su ambiental intro; maravillas más personales como “Watching Over Me” y “I Died For You” y la inmensa trilogía formada por “Prophecy”, “Birth of the Wicked” y la espectacular “The Coming Curse” que nos deja maravillados pensando en el viaje que acabamos de hacer. Para cerrar, la afilada “Iced Earth” para recordarnos que esta gente también sabe ir directos a la yugular.
Aterrizamos en el tercer CD habiendo disfrutado como niños. Hemos tenido inmejorable material a todos los niveles y, pese a la cantidad que hemos recibido, la calidad hace que no queramos dejarlo.
Este último disco nos ofrece las descargas más directas de Heavy Thrash de todo el disco. Se nota que esto va a terminar y que la banda quiere acabar partiendo algún cuello. “Stand Alone”, “Desert Rain”, “Brainwashed”, “When the Night Falls” y “Violate” son claros ejemplos. Especialmente esta última que hace que el público se vaya sin un ápice de energía, exhaustos, pero tremendamente felices por lo que han tenido la suerte de vivir.
Nada más que añadir. Directo para disfrutar una y otra vez que sirve para conocer a Iced Earth en todo su esplendor. Si no has tenido el placer de escucharlo, no lo dudes.
David Gónzalez Albendea (The Lux Team)