La esperadísima vuelta de la banda de Kai Hansen a la escena musical se ha producido con este nuevo trabajo titulado “Empire of the Undead”. La extensa trayectoria del teutón es por todos conocida desde que allí por el año 1984 diese vida a Helloween. Muchas cosas han pasado en su amplia carrera musical. La más trascendental de todas, que a pesar de ser el jefe de Helloween, éste decidiese abandonar el grupo cuando más arriba estaban. Creo que éste hecho nos ha supuesto tener así a dos excelentes bandas enclavadas en un estilo muy similar, pudiendo de este modo saborear temas que podrían estar grabados por cualquiera de las dos.
Además de la guitarra y voz solista de Kai Hansen, la banda cuenta el habitual Dirk Schlächter al bajo y los trabajados Henjo Richter (guitarras y teclados) y Michael Ehré (batería).
Kai Hansen es clase y versatilidad. Es armonía para los duros del lugar y Gamma Ray el hijo bastardo que te va a dar una patada sonora cuando empieces a degustar este trallazo.
La idea queda clara nada más comenzar el disco con “Avalon”. Presentarse con un medio tiempo teniendo todas las armas de gran calibre listas para disparar es todo un descaro.
Totalmente radical es la segunda bala llamada “Hellbent”. Un tema de la escuela Hansen con unas guitarras ágiles y una batería a doble bombo sencillamente atronadora. Aquí el grupo sí que suena al estereotipo de banda heavy clásica.
En muchas ocasiones recurro a las comparaciones y ahora me veo obligado a hacerlo. “Pale Rider” es Accept 100% (“Princess of the Dawn”). Seguro que Kai Hansen lo sabe y tú seguro también.
Los balazos silban continuamente y con “Born to Fly” el grupo salta a por todas. Un himno a los que Gamma Ray nos tienen acostumbrados para disfrute. Buenos solos de guitarra y detalles constantes que hacen de este tema uno de los mejores del disco.
“Master of Confusion” va directo a por todas. No hay descanso y el grupo se entrega sobre manera. Fieles al estilo que les define, el tema es demoledor con unas guitarras dobladas y hasta triplicadas en momentos. Madre mía, qué manera de componer. Una auténtica orgia heavy de cuero y parches.
Al escuchar el inicio de “Empire of the Undead” he pensado que era “Whiplash” de Metallica. No hay duda así que ya tienes mi opinión.
Un poco de relax después de tan extrema velocidad con el siguiente tema. ”Time for Deliverance” demuestra que los más duros tienen corazón y sensibilidad y eso es algo latente en esta canción. Épica y conmovedora por el alto nivel emocional que va cogiendo el estribillo a medida que la canción llega a su fin. Unos arreglos simulando violines dan una nítida idea del nivel compositivo del alemán.
Dejemos las baladas de lado y vamos a por “Demoseed”. Esta canción es machacadora y rotunda en todos los aspectos. Cada nota es la más dura. Cada golpe de batería es un ir más allá. Eso sí, la intrínseca melodía de la voz de Kai Hansen endulza este inmenso tema haciendo su escucha muy fácil. En otros grupos este tipo de canción sería un recurso barato. En Gamma Ray, un lujo de auténtico y elegante heavy metal.
Soy fan de Iron Maiden desde que tenía 13 años. Conozco el estilo y los trucos de la Doncella de Hierro y leo además de escuchar las carreras y riffs de guitarra. “Seven” tiene las guitarras de “Fear of the Dark”, pero no se lo digáis a nadie que entonces os dirán que sois muy puntillosos. Por esta comparación no dejo de considerar a “Seven” como el delirio sonoro del disco. Una brillante y necesaria composición dentro de un disco de Gamma Ray. Ahora Kai Hansen ha utilizado su AK-47 para no dejar títere con cabeza.
No pienses que el rubio alemán se ha conformado, no… La tremenda e inspiradísima “I Will Return” continúa mostrando el toque que Hansen tiene cuando compone y saca a flote todo lo que lleva en su cabeza, dejando que las notas fluyan por su mástil. Espectacular la forma en la que el tema evoluciona en los largos y complicadísimos desarrollos. Algo donde el grupo se siente muy cómodo, ya que para ellos la habilidad y extrema digitación es “normal”. Está claro que saben buscar las notas exactas que van enlazando y puenteando unas escalas con otras.
“Built a World” es el European Bonus Track. ¿Ein? y ¿en Japón hay otro? La canción que da fin al disco es ligera y motivadora con muy diferentes matices que hacen que estés expectante. Una sencilla y potente base de batería y bajo transporta de forma cómoda la voz de Kai Hansen, que juega para subir fuertemente en el estribillo.
Resumiendo, el disco es demoledor, contundente, veloz y avasallador, con canciones de heavy clásico que hacen que cada vez, y ahora más que nunca, sepamos que éste está muy, pero que muy vivo.
Luis M. Catediano
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