FRONTIERS ROCK FESTIVAL 2016
Live club, Trezzo (Italia), 23 y 24 abril
Crónica y fotos: Luis Mª Catediano
Italia como la tierra deseada desde los tiempos más remotos y allí, en el país de la pasta y el lambrusco, un festival de rock, el Frontiers, que da el pistoletazo de salida a otros muchos que están por llegar en breve. Las fechas muy propicias para, con un pequeño esfuerzo al calendario, poder hacer una pequeña escapada y así vivir una experiencia relacionada con lo que más me gusta. El rock y la música en vivo como reclamo y aliciente para buscar nuevas sensaciones con un montón de bandas.
El sello Frontiers organiza este festival por tercera ocasión y lo hace en una sala llamada Live Club que está emplazada al lado de la autopista que une Milán y Bérgamo. En concreto, situada cerca de la pequeña localidad de Trezzo que está a unos 30 km de Milán y 15 km de Bérgamo. Para los conciertos, los organizadores habían distribuido catorce grupos por igual entre los dos días que duraba el festival. De este modo, las jornadas se presentaban intensas y maratonianas desde las 15h hasta la medianoche.
Sabado 23-04-2016 – Primer día
La llegada a la sala fue con un poco de retraso, así que no puedo contar cómo fue la actuación del primer grupo que saltó al escenario del Live Club. Se trataba de los irlandeses No Hot Ashes quienes proceden de finales de los 80 y que tras un problema con el primer disco disolvieron el grupo. Por lo visto en algún video clip, y dado que no me gustaron, me pareció totalmente prescindible, así que me preparé para presenciar a los fineses Shiraz Lane.
SHIRAZ LANE
Salieron a escena con la energía propia de unos chicos jovencísimos como ellos son y que están muy poco distanciados de la veintena. Sabedores de la oportunidad que tenían y sobrados de ganas por comerse cada metro cuadrado del amplio escenario, comenzaron a desgranar “For Crying Out Loud” que es su primer larga duración
El sonido comenzó un poco embarullado pero fue haciéndose más que correcto durante el transcurrir del primer tema que fue “Wake up”. A éste le siguieron “Momma’s Boy” y “House Of Cards”. El inicio de su concierto fue bueno aunque después tuvieron un pequeño bajón, que quizá vino por el menor ritmo de algunas canciones.
El cantante Hannes Kett, el guitarra solista Jani Laine (no confundir) y el bajista Joel Alex eran los más expresivos y quienes insuflaban más energía sobre el escenario y los que llevaban todas las miradas de un todavía escaso público. La estética cuidada de todos sus componentes y la forma en que posaban estilosos y desafiantes dejaron ver desde los primeros momentos las claras influencias y de quienes han tomado referencia. Hablar de Skid Row, Sven Gali, Motley Crue y Guns’n’Roses para los guitarristas y hacerlo del mismo modo de Ted Poley para el cantante debe un claro indicador del gusto de los chicos.
Durante los 40 minutos que duró el concierto tocaron los temas de su disco y dejaron para el final el cambio de look de Hannes Kett, quien se caracterizó locamente con la camisa de fuerza para interpretar el tema “Mental Slavery”. El final llegó con la canción “Out There Somewhere” que puso un cierre a una actuación buena para ser tan jóvenes como son.
FIND ME
Unos de los platos más sabrosos del primer día para degustar en directo la clase y la elegancia en la ejecución de unas canciones que tanto nos han hecho gozar en los discos. Encima del escenario del Live Club, Robbie LaBlanc, Daniel Flores y Sören Kronqvist como principales artífices de Find Me. En la guitarra Philip Lindstrand y al bajo Mike Palace.
De una manera más que segura y equilibrada dieron una lección de interpretación del mejor posible AOR. Cuatro temas de su último disco “Dark Angel” fueron los encargados de llenar los primeros quince minutos de concierto. Así sonaron “Nowhere To Hide”, “Did You Feel Any Love”, “Dark Angel” y “Where Do I Go”. Siguieron después con el “Road To Nowhere” de su primer disco y volvieron de nuevo al segundo con la deliciosa “Midnight Memories”. Solamente con lo visto hasta este momento el público ya había puesto nota más que favorable a la actuación sobrada en calidad de unos músicos increíbles. De aquí hasta el final otras cinco canciones más para acabar conquistando la sala con un concierto de mucho nivel.
THE TREATMENT
Los jóvenes británicos llegaban al Frontiers con su tercer disco “Generation Me” bajo el brazo, y saltaron totalmente enrabietados al escenario. La propuesta sobradamente enérgica que ejecutan es demoledora. La juventud al poder para rockear como es debido.
La actitud de sus componentes es la de unos músicos que salen a escena para divertirse y mover a los asistentes con sus ritmos rápidos y contagiosos. El cantante Mitchel Emms parece sacado, por su corte de pelo y cara angelical, de otro tipo de grupos más encaminados a sonidos suaves y modernos. Sin embargo su forma de actuar es opuesta a lo que su imagen indica, y el desenfreno y la vitalidad que expone es envidiable. Los guitarras son duros, sobre todo el solista Tagore Grey, quien muestra su estética vestida en cuero desgastado. Aunque el que se sale de lo rockero y cruza al terreno punky es el bajista Rick Newman. Con su cresta bien afilada es un loco salvaje en el escenario.
Tocaron sobre todo temas de su último disco, aunque también lo hicieron con otros de los dos anteriores como “The Doctor”, “Running With The Dogs”, ”Emergency”, “I Bleed Rock+Roll” y “Shake The Mountain”
Tuvieron un inicio muy potente y una parte intermedia de concierto en la que parecieron relajarse. No en vano el ritmo que impusieron en los primeros 20 minutos es difícil de mantener.
De las canciones tocadas me quedo con la interpretación que hicieron de “Backseat Heatbeat” que sonó al más puro estilo Tesla y enseñó al mismo tiempo el lado más rockero y melódico de la banda.
En resumen una buena actuación para un grupo que tiene mucha pegada en directo.
DRIVE SHE SAID
Poder ver a un grupo como el norteamericano, que tanto me inspiró a final de los 80 con aquel disco de debut, era motivo más que suficiente para sentirme muy contento. Por otro lado, la larga inactividad de estos músicos hasta este año, en el que han editado “Pedal To The Metal”, y las fotos que había visto meses atrás, me inquietaba en exceso.
El nuevo disco está muy bien y eso reforzaba todavía más mis ganas por verles en directo.
En el escenario Al Fritsch y Mark Mangold como creadores de la historia más bonita en el AOR que escuché en su momento con aquel disco debut. Al Fritsch con muchos kilos de más y Mark Mangold en buen estado de forma. En la guitarra solista el omnipresente guitarrista sueco Tommy Denander y en la rítmica Jon Bivona. Al bajo el clásico Greg Smith y en la bateria Peter Yttergren.
Comenzaron con “Pedal To The Metal” y de seguido sonó “Hard To hola” y “Don’t You Know”. Hubo un recuerdo al anterior grupo “Touch” donde estuvo Mark Mangold con la canción que lleva el mismo nombre. También tocaron “Drivin’ Wheel” de su trabajo de 1991.
Como invitada subió al escenario la famosa Fiona que cantó junto con All Fritch “In Your Arms” y “Maybe It’s Love”.
La actuación fue emotiva pero muy pobre y con un Al Fritsch faltó de voz que se agotaba intentando cantar las famosas y maravillosas canciones de sus mejores años. Una lástima tener que decir esto, pero así lo vi, lo sentí y así lo cuento.
TREAT
Estábamos en la parte final de la tarde y quedaban por salir los suecos Treat y los cabeza de cartel Last in Line. Estábamos en ese sprint final de la tarde-noche.
El último disco de Treat, “Ghost of Graceland”, es bueno, muy bueno diría yo, por lo que me apetecía mucho poder disfrutar de estas últimas canciones en vivo. Obviamente el grupo iba a tocar sus hits de siempre y también algunas canciones de su anterior y excelso en calidad “Coup of Grace” de 2010, así que todo perfecto para sentirse muy contento.
En la banda tienen al actual bajista de King Diamond y anterior de The Poodles, Pontus Edberg. Sorprendentemente estaba el teclas de HEAT, Jona Tee, quien suplía a Patrick Appelgren que estaba de vacaciones. El resto de la banda, la habitual en los últimos años. El cantante Robert Ernlund, Anders Wikström como maestro de la guitarra y el batería Jamie Borger.
Comenzaron de la misma manera que lo hace el nuevo disco con el tema “Ghost Of Graceland” y le siguieron “Better The Devil You Know” y “Nonstop Madness“. Todo perfecto y en su sitio. La banda sonando compacta y muy potente, y con la novedad de ver al genial Pontus Edberg machacar las cuatro cuerdas con los movimientos de cabeza y cintura tan carismáticos en él.
El éxito “Ready For The Taking” de 1989, los fantásticos “Papertiger” y “Skies Of Mongolia” de 2010. También los hits “Gimme One More Night” y “Conspiracy” de 1989. En fin todo lo que deseas oir y ver en directo, aunque con un ligero inconveniente, que es que la pista de voz que lleva grabada Ernlund se quedó enganchada y se oyó algo extraño que a más de uno nos metió de nuevo en la polémica discusión de si sí o de si no. Joder que mala sensación…
Para acabar su concierto utilizaron el gran tema “World of Promises” del aclamado disco “Dreamhunter” de 1987.
LAST IN LINE
El plato fuerte de la larguísima tarde eran los veteranos Last in Line. El grupo de auto-homenaje a la banda que el pequeño y llorado Ronnie James Dio fundó a su salida de Black Sabbath, y que tantos éxitos cosechó durante más de 20 años.
Tras el telón del escenario las siluetas del hacha Vivian Campbell, el veterano bajista Phil Soussan y el sorprendente cantante Andrew Freeman. En la batería el inimitable Vinny Appice como motor de un grupo potente y certero. En los teclados el virtuoso músico americano Erik Norlander.
Rotundos como pocos y con una entrada a matar dieron una vuelta a las manillas del reloj con “Stand Up And Shout” y “Straight Through The Heart” que nos llevó hasta 1983. Allí estaban unos de los más aclamados músicos de la época y que han sido estandarte del más puro y sincero movimiento musical. La manera en la que se desenvolvían en escena era una gozada. Si hay que buscar la profesionalidad y el buen hacer en algún cantante esa noche de sábado, esas dotes estaban en la bravura de la figura y garganta de Andrew Freeman. Un torrente de voz fuerte y muy definida que hizo las delicias de los presentes. En lo que corresponde a Vivian Campbell, que decir… Los riffs salían de su Gibson con la magia de alguien que vive y se expresa con las seis cuerdas, y que ha subido y bajado de los mejores escenarios desde hacer más de 30 años.
La base rítmica fue sorprendente. Con un tipo como Vinny Appice a las baquetas cualquier cambio, recorte, contragolpe es un acierto u hace que el grupos suene a él. En cuanto a Phil Soussan, su labor magistral y discreto. Cuando lo hacía para Ozzy Osbourne ya se significaba por su saber estar detrás y por al mismo tiempo ser ese bajista que todo batería quiere.
Tocaron, como era de esperar muchos temas originarios de la época en Dio. “Don’t Talk To Strangers”, “Evil Eyes”, “Holy Diver”, “I Speed At Night”, “The Last In Line”, “Rainbow In The Dark”. Esto era acertar desde el inicio con lo que el público estaba esperando y la apuesta del grupo muy poco arriesgada. Así solamente tocaron de su cosecha propia las canciones “Devil In Me”, “Martyr”, “Starmaker” y “I Am Revolution”.
Dejaron para la última una canción que es de las consideradas como santo y señal del movimiento heavy y todo un lanzamiento al aire de un grito “We Rock” que une a todos los que amamos esta música. Casi nada el viaje atrás en el tiempo.
Con esto y sin bizcocho nos fuimos hasta el día siguiente a las…15 h.
