FESTIVAL FOREVER ROCK – Crónica

FESTIVAL FOREVER ROCK
Hardline / Xtasy / Wild Freedom
CC Valdefierro, Zaragoza, 15 Dic 2018
Crónica y fotos: Luis Mª Catediano

Por fin llegó el sábado 15 de Diciembre de 2018 y con él una de las llamadas rockeras más esperadas en la ciudad de Zaragoza. Un día marcado por el habitual frío que inunda la capital del Ebro en estas fechas de invierno y que desde muy pronto fue dibujando la agenda de los que nos dimos cita en el barrio de Valdefierro y en concreto en el Centro Cívico. Éste fue el lugar donde juntar a los tres grupos encargados de hacer vibrar de rock a una parroquia variada y compuesta de personas llegadas de diferentes puntos como Barcelona, Castellón y otros más. Buen momento para el reencuentro de amigos a los que hacía tiempo no veía y que desde luego pusieron la nota más emotiva de la noche. Algún otro compadre no pudo acudir y fue echado de menos por todos nosotros. La próxima.

El comienzo del primer concierto estaba previsto para las 20:15 h y fue así con bastante puntualidad como empezó lo que iba a ser una tarde-noche de casi cuatro horas de buenas dosis de Rock.

Comenzamos.

WILD FREEDOM

Desde Barcelona se presentaban estos cuatro jóvenes músicos, y lo hacían ante un escaso público que hasta ese momento había acudido al Centro Cívico Valdefierro. Todos los músicos dicen que es lo mismo si abajo hay 10 ó 100 personas y la banda catalana demostró que ellos opinan lo mismo, puesto que salieron con esas ganas innatas de quienes tienen que trabajar en el escenario lo que durante tantas horas se practica en el local de ensayo.

Con el espíritu de los grupos de L.A. pero en versión española se presentaron Wild Freedom, que actualmente están compuestos por el cantante Ian Wilde, el guitarrista Adryen Rock, el bajista David Starblitz y el batería Chris Carrest.

La música del grupo ha quedado registrada en un disco titulado “Set The Night On Fire” que ha sido editado bajo el sello The Fish Factory y que contiene once canciones de puro rock’n’roll basado en las normas más básicas que a principios de los 80 escribieron los californianos Mötley Crüe y L.A. Guns, y que posteriormente evolucionó hacia unos sonidos más duros de la mano de los míticos Guns N’ Roses y de los siempre queridos Skid Row. Ésta para mí es la pócima que los chicos de Wild Freedom debieron tomar hace escasamente cinco lustros de algún biberón para que ahora estén tocando de esta manera.

Sobre el escenario la banda se comportó de manera directa y divertida para así hacer pasar un buen rato con temas que iban del rock’n’roll y hard rock hasta el sleazy y a los esquemas musicales de grupos norteños como Crashdïet o Hardcore Superstar, de quienes hicieron una versión de su tema “Last Call for Alcohol”. Otra versión que interpretaron fue “Maniac” de Michael Sembello, muy popular por ser parte de la banda sonora de la película “Flashdance”.

Los Wild Freedom tocaron durante algo más de media hora y lo hicieron con una soltura y un desparpajo realmente admirable. Pusieron en funcionamiento a un público atento aunque disperso y bastante intranquilo por notar que el sonido no era lo mejor que había en el Centro Cívico Valdefierro. Algo fallaba y eso lo sufrimos todos, por la banda que no se escucha bien en los monitores y por la audiencia que intenta desgranar la bola de sonido y acoples inesperados pero frecuentes. Lamentablemente este penoso detalle lo tuvimos que aguantar durante toda la noche excepto en la actuación de Hardline.

XTASY

La banda de Pamplona llegaba a Zaragoza tras casi dos semanas girando fuera de España y lo hacían contentos a una ciudad donde se les quiere y valora como músicos y como personas. Son siempre bienvenidos y nos une a ellos una amistad que hace de sus conciertos un momento esperado.

Desde aquel su primer concierto en Zaragoza, con Crazy Lixx en la Sala Utopía en 2014, el grupo ha crecido y consolidado un saber hacer dentro de la escena melódica rockera. Ha editado dos discos y ha trabajado con empeño y con perseverancia de manera profesional empleando con ello fuerzas que salen de muy dentro, y que les hace tener por parte del que escribe esto todo el respeto posible.

La formación de la banda es casi misma que la que grabó el año pasado su segundo disco “Second Chance”. Xtasy son Silvia Idoate (voz), Jorge Olloqui (guitarra), Chema Herrero (guitarra), David Clavero (bajo) y el nuevo batería Gari Irazu.

Su entrada al escenario fue bien preparada y daba idea del rodaje que el grupo ha cogido durante los años que llevan juntos. Los cuatro músicos abrieron sonora y fuertemente su actuación para dar la introducción a la cantante Silvia Idoate.

Muy potentes, visualmente hablando, los navarros tocaron por igual mitad y mitad temas de sus dos discos, y dieron ese repaso acertado a dos discos bien construidos y que contienen canciones de rock melódico con las estructuras bien asentadas. En directo los roles de los componentes del grupo están consolidados con Silvia Idoate de frontwoman bien flanqueada por el bajista David Clavero, quien no para de moverse en su zona de confort y de agitar su frondosa melena. Demasiado crecepelo el que has gastado y que no te abandona, compañero.

Junto a éstos, los guitarristas Jorge Olloqui y Chema Herrero quienes han crecido exponencialmente hasta conseguir una muy buena compenetración durante estos dos años tocando juntos. En un grupo de dos guitarristas esto es algo que fundamental. Jorge es la base compacta y Chema da esas notas un poco más altas y de solista y ambos forman un buen tándem. Me parecieron muy destacables.

Finalizo este pequeño comentario de la actuación de Xtasy para decir que ellos estuvieron bien aunque inquietos y confundidos por la malísima calidad y gestión del sonido. Fue muy triste que su actuación estuviese marcada por lo que hace que gustes o no. Un grupo como ellos, que suenan limpios y nítidos por la música que practican, quedan vendidos ante la nula habilidad para mejorar algo durante una hora de concierto. Es decir, si existen recursos técnicos para revertir algo que está siendo malo hay que implantarlos y no dejar que lo que ha iniciado mal continué así hasta el final. Lógicamente he escrito ”si existen” aunque por lo escuchado y visto ayer parece que esos recursos no estaban presentes. Lamentable.

Con este comentario, que era un clamor entre todos nosotros, esperamos a que los cabeza de cartel subiesen al escenario.

Antes de entrar a contar cómo viví la actuación de Hardline me apetece indicar algo que quizás pasó desapercibido en la espera entre Xtasy y Hardline. Me explico y expongo algo que opino debe mejorar, además de una buena gestión del sonido.

Cuando un público asiste a una actuación necesita sentir y manejar sus emociones. Quiere mantener la ilusión que nuestro genérico estilo de música posee. Un concierto de rock es mucho más que presenciar cómo un grupo sube a un escenario y toca sus temas. Se trata de una ceremonia que debe guardar ciertos pasos para hacer de ella algo mágico y que tensione a los fans hasta que finalmente se abre el telón. Pues eso, el telón. Por favor, organizadores, sabéis que os tengo todo el respeto y admiración por la labor que hacéis y que la considero encomiable. Pedir un telón negro y corredlo para que cierre el secreto que debe haber cuando se preparan los equipos y la salida del grupo.

HARDLINE

La banda “americana” llegaba a Zaragoza tras unos cuantos shows por Europa y lo hacía con una sobrada necesidad de mostrar sus cualidades. Pocas veces se tiene en nuestra ciudad a una estrella como lo es el de New York, y por lo tanto la expectación de poder ver y sentir tan de cerca un cantante tan aclamado era máxima. Nombrar a Johnny Gioeli es retroceder a un momento histórico por el descubrimiento que supuso para la escena rockera en 1992 aquella súper-banda llamada Hardline, formada por Neal Schon y Dean Castronovo, que editaron el archi-famoso “Double Eclipse”. Ya vale ya, verdad?

De aquella, de otras formaciones que han sido y de la que ahora es, Hardline sigue con el nombre únicamente porque así Gioeli lo ha querido y decidido. Es decir, el grupo podría llamarse de cualquier otro modo y nos valdría igual. Es una banda de musicazos que tiran de lo de atrás y que editan disco puntualmente por la necesidad de hacerlo para estar en el ambiente y porque el circo del rock debe continuar.

La banda “italiana” se presentaba ante un escaso público de unas 80 personas con unos componentes muy conocidos por todos. Johnny Gioeli de jefe único a la voz. El gran Alessandro Delvecchio a los teclados y coros, Anna Portalupi al bajo, Marco Di Salvia en la batería y Mario Percudani a la guitarra y coros. Todos ellos forman un grupo sólido y compacto que tocan del mismo modo que se comporta un engranaje de precisión en el que todos los elementos actúan en conjunto para dar lo mejor.

La incorporación de Mario Percudani, por el que siento devoción, ha sido un gran acierto y supone para él personalmente su consolidación al formar en un grupo de primer nivel. Ya era un excelente músico antes y desde hace años con su propia banda Hungryheart y lo es más ahora al codearse con nombres tan reputados. Su profesionalidad está latente como compositor, músico, productor y como presidente ejecutivo del sello discográfico que controla y que lleva el nombre de Tarzan Music. Sobra decir que alguien con este amplio abanico de perfiles es primordial cuando está embarcado en algo, y ayer durante la actuación de Hardline se vío que Gioeli le da la importancia que tiene con constantes referencias a su persona.

Les he visto en tres ocasiones y siempre han conseguido que durante sus conciertos mi mente se abstraiga de las ideas que la habitan. La banda que Johnny Gioeli comanda es en todo momento sinónimo de garantía y pocos habrán sentido sensaciones negativas ante lo que proponen en sus actuaciones. Es cierto que tienen momentos de estar a cien y otros en los que bajan hasta el cinco, que es tensión mínima admisible para que el corazón siga latiendo. Esto creo que es porque la visceralidad de Gioeli es tal y tan exageradamente incontrolable que saca tanto al doctor Jekyll como al señor Hyde. Esa bipolaridad en sus desnudos comportamientos es fiereza y emotividad casi al mismo tiempo y transmite un estar atento del que puede ocurrir.

Su actuación fue ayer contundente desde el primer momento y la pegada del grupo muy fuerte con una puesta en escena altamente participativa por parte de los cinco músicos. Realmente todas las miradas se centran en Johnny Gioeli y en sus aplastantes movimientos que llevan el espectáculo del grupo a unos niveles categóricamente álgidos. La figura del neoyorquino impresiona y mantiene al público atento de lo que hace y dice. Ayer estuvo como en él es habitual hablador y divertido haciendo gracietas con su persona y con la del resto de la banda, especialmente con Mario.

Otro inevitable a la hora de aplicar calificativos es Alessandro Delvecchio. Vital para cualquier grupo en el que pueda formar por su experiencia y por la calidad que atesora. Su teclado y los coros que introduce insuflan ese aire positivo y de buen rollo. Ayer también hizo partes principales de voz para con ello ensalzar las mismas con magistrales dobles voces.

Qué voy a decir de Anna Portalupi, quien se ha erigido con su estilo clásico como la bajista más internacional y que es querida y reclamada por muchos para sus proyectos. Estuvo resolutiva, potente y divertida con constantes bailes al lado de Gioeli y Percudani.

Por último, “la bestia” Marco Di Salvia estuvo preciso y sobradamente seguro en lo que hizo. Consiguió que Hardline sonase muy heavy y poderoso. Quizás el tamaño de la batería no estuvo en consinancia con la suya, y es que me da que este hombre tomó de pequeño muchos Petit Suisse. Sí que hubo dos finales de canción en la que el acierto no fue el mejor. Imagino que son matices a cerrar y mejorar.

En cuanto a las canciones interpretadas, no voy a escribir el set list, aunque sí que digo que tuvo mucho de su primer disco y pequeños retazos de los restantes, y que por supuesto no faltaron cuatro temas de su último disco “Human Nature”. Tocaron un poco menos de hora y media y se despidieron de nosotros con un posado central completo en el centro del escenario. Volved cuando queráis.

Por incidir en el punto negativo de la noche que fue el sonido, también hay que indicar que en el caso de Hardline, éste fue bueno. El hecho de contar con un ingeniero de sonido y productor en el grupo fue fundamental en ello.

Para terminar, el telón por favor.