ELDORADO + THE JOKERS
(Madrid, Sala Lemon, 15/11/13)
Nueva noche de rock and roll compartido en Madrid. Si normalmente los eventos los protagonizan bandas internacionales con el correspondiente “artista invitado”, cuyo nombre es a menudo un misterio hasta el día del concierto, en esta ocasión las tornas cambiaron. Eldorado, banda madrileña que cada vez arrastra más adeptos, fueron quienes rockeaban la noche del viernes, acompañados de una banda internacional de altísima calidad y correspondiente poca fama: The Jokers. Aprovechando que los británicos están en plena extensísima gira por nuestro país, con casi veinte fechas por salas, el concierto de la Sala Lemon fue el único en el que la banda actuaba de telonera y no como principal.
THE JOKERS
No importó. Como las buenas bandas, las profesionales, The Jokers lo dio todo importándole lo mismo ocho que ochenta. No éramos ocho, pero desde luego no había mucha más gente cuando los británicos comenzaron, a las nueve en punto, su show de tres cuartos de hora sin tregua. Claro que, cuando tienes unos temas que incitan tanto a mover las piernas, a hacer headbanging o air guitar, puede que sea lo mismo tocar en la sala de ensayos que en el estadio de Wembley.
Su música puede gustar más o menos, y técnicamente pueden ser mejores o peores. Lo que está fuera de discusión es eso que suele llamarse “actitud”, y de lo que estos tipos iban sobrados. Wane Parry, con una voz reconocible y limpísima para estos géneros, paseó su elegancia con soltura, animando al público cuando tocaba, haciéndonos corear temas como “Silver City”, “Radio” o “Rock N’ Roll is Alive”, casi todas ellas de su flamante nuevo trabajo. Éste, su segundo disco, no parece que haya tenido mucha repercusión, pero ha sido uno de los lanzamientos potentes de hard rock de los últimos meses, una colección de temas de alta calidad producidas de maravilla en estudio pero que toman todavía más fuerza, si cabe, en directo. Salvando las distancias, la elegancia, la creatividad y la calidad de estos tipos se acerca más a unos Thunder que a los AC/DC con los que más a menudo se les emparentan.
El concierto, aunque corto, estuvo repleto de momentos para recordar. No sólo porque la banda supo levantar los ánimos de un público que llegaba con cuentagotas y que, en buena medida, venía a ver otra cosa. Como si no hubiese mañana, el guitarrista Paul Hurst es esforzó por crear imágenes memorables a cada momento. Posturas, solos, y hasta un paseo por la sala animando a cada uno de los asistentes, que culminó con el guitarrista subido a la barra del bar, desde la que jaleó como si fuera Espartaco.
Un concierto de una banda que crece con cada trabajo, labrando paso a paso un sonido propio y unos shows con entidad suficiente como para contentar a rockeros más exigentes.
Pero eran teloneros. Y esa es la desgracia de los teloneros. Darlo todo para unas decenas de personas, a falta de otras decenas que estaban por venir y que no sabrán lo que se perdieron.
ELDORADO
Es normal, habrá que decir. Después de todo, Eldorado son una de las bandas españolas más reconocidas internacionalmente, con un bagaje conseguido con años de trabajo y sucesivos álbumes que, por si fuera poco, han grabado en dos idiomas. Parece que pocas bandas españolas de hard rock clásico son tan respetadas y tienen tantos seguidores aquí y allá.
De hecho, la sala Lemon quedó básicamente llena para cuando Eldorado salió a escena, en medio de una bruma y con sonidos de teclado hammond, creando atmósferas setenteras muy sugerentes.
La banda venía presentando su nuevo trabajo, “Paranormal Radio” (o Antigravity Sound Machine”, en su versión inglesa), y lo dejaron claro desde el primer tema, “Mr. Saturn”, conocida y celebrada por todos los que allí seguían o acababan de llegar.
Eldorado se ha abierto camino en un panorama musical hostil al rock, y lo ha hecho manteniendo unas cualidades que no pueden dejar de subrayarse. Un cantante, Jesús Trujillo, con un tono que puede recordar tanto a clásicos como a modernos (desde Gillan o Jeff Keith hasta Andrew Stockdale de Wolfmother, si se lo propone), y que además se encarga con soltura del teclado en no pocas canciones. Una base rítmica –recientemente renovada en la batería- potente pero que no machaca. Y un guitarrista, Andrés Duende, imaginativo como pocos en este país, que tocó su guitarra a pelo (directamente conectada al ampli) pero a la que le sacó muchísimos más sonidos de los habituales.
Además, más allá de sus éxitos, hay que reconocerles algunos méritos adicionales: su público no estaba formado por los clásicos cuatro rockeros que vemos en cada concierto, hasta el punto de conocer caras y chaquetas de cuero. En la Sala Lemon podían ver jóvenes y menos jóvenes, muchas mujeres, rockeros y gente más “de calle”, que sin embargo se conocían el repertorio tan bien como la propia banda. Por su lado, el cuarteto madrileño, en lugar de limitarse a tocar un puñado de canciones a piñón fijo, hicieron lo posible por contentar a todos, cantando algunos temas en inglés y otros en castellano, e incluso marcándose una versión de “Helter Skelter” a la que pocas pegas se le podrían haber puesto. De haberlas, serían culpa de los pasajes instrumentales que añadieron, y que abundaron no sólo en la canción de los Beatles sino durante todo el concierto, rompiendo el ritmo de un set, por lo demás, bastante equilibrado.
Eldorado no son nuevos, y se nota. Supieron mantener entretenida a una cantidad respetable de gente durante unas dos horas, presentando su último disco pero repasando también temas pasados, y demostrando que, cuando hay calidad, el idioma en el que se cante el rock es lo de menos.
Texto: Julen Figueras
Fotos: Diana Gaftoneanu
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Muy buena y buen reportaje. Se deduce que disfrutasteis y eso es muy buena cosa en estos hard times (otra vez Ace…) Un placer conoceros