Dream Theater habían levantado cierta expectación cuando se empezó a decir que «Octavarium» sería la tan manida «vuelta a las raíces», haciendo que más de uno entendiera con ello que presentarían un disco heredero directo del «Images & words» y otros que fueran a repetir esquemas con la consiguiente pérdida de credibilidad.
Pues bien, creo que lo consiguieron, con este «Octavarium», ciertamente una vuelta a las raíces, a las raíces más progresivas y, por momentos, sinfónicas tras el experimental «Six degrees…» y el netamente metálico «Train of thought», aunque siempre intentado ofrecer algo diferente.
Durante los 75 minutos que dura el disco he encontrado todo lo que me hace disfrutar con Dream Theater: temas largos con grandes desarrollos instrumentales, virtuosismo bien entendido, sentimiento melódico sin llegar a empalagar y dureza metálica sin llegar a avasallar.
El disco se abre con «The root of all evil», tema contundente pero con un componente melódico que va dejando claro que esta vez los derroteros musicales del disco irán por varios caminos. La canción se divide en dos partes, VI.Ready y VII.Remove (he leído que son partes de los 12 pasos de recuperación de Alcohólicos Anónimos y no estoy seguro de si es una vivencia personal de Portnoy) e incluyen una pequeña estrofa, con otra letra, del «This dying soul» y otro guiño a «The glass prison», canciones de las que este «The root of all evil» es temáticamente heredero.
La primera vuelta de tuerca aparece con el segundo tema, «The answer lies within», una balada muy tranquila que comienza únicamente con piano y un James Labrie que lo hace realmente bien para posteriormente seguir con el acompañamiento de toda la banda y un cuarteto de cuerda que le da a la canción un toque especial. Después del primer tema es un cambio brusco que hace preguntarse que será lo siguiente.
Y lo siguiente es uno de mis temas favoritos del disco, «These walls», una canción de metal progresivo pero accesible, con un estribillo pegadizo sin llegar a ser comercial y que personalmente creo que puede ser un gran tema para los conciertos. Por primera vez durante el disco nos encontramos un tema que no tiene solo de guitarra, a no ser que consideremos como tal la melodía que toca Petrucci en la parte central del tema. Los arreglos de Rudess (que está a un grandísimo nivel todo el disco) en la parte final del mismo le dan un aire épico y majestuoso.
«I walk beside you» es lo que podríamos llamar el tema para las FM’s de Dream Theater. Si el grupo pudiera tener potencial comercial, esta canción sería un single vendedor. Es un tema que casi podría catalogarse de rock melódico y tampoco tiene solo de guitarra. Algunos dicen que está influido por U2 (no estoy seguro por que es un grupo al que no sigo).
La vena más metálica, progresiva y furiosa vuelve a aparecer en «Panic attack». Realmente potente, con riffs pesados en algunas ocasiones y acelerados en otras y con complicados cambios de ritmo marca de la casa. El intercambio de solos y partes dobladas entre Rudess y Petrucci es excelente. Portnoy también tiene su parte de protagonismo, desplegando todo su arsenal en algunas partes.
«Never enough» es otro tema un poco más accesible siempre dentro de los parámetros progresivos y, para mi, el que menos engancha, lo que no quiere decir que sea malo. Rudess vuelve a tener protagonismo con los sintetizadores y es que es él quien más ha ganado terreno en esta nueva obra.
Y llegamos a los que, personalmente, son los dos grandes temas del disco. Primero nos encontramos «Sacrificed sons», con la tématica del 11/09 de fondo y que empieza como un balada de tintes emotivos para ir va subiendo de tono hasta llegar a la parte más clásica de Dream Theater, esto es, un pasaje instrumental en el que dan lo que se espera de ellos, con un Petrucci menos centrado en tocar a toda velocidad y creando junto a Ruddes, y la inclusión de una orquesta, momentos de gran intensidad y dramatismo. Mike Portnoy vuelve a demostrar de lo que es capaz haciendo un solo de batería en la parte final del tema sin salirse del mismo.
Para cerrar el disco nos encontramos esa magna obra de 24 minutos que da nombre al disco, «Octavarium». Podría extenderme mucho sobre las virtudes instrumentales de este tema, y es que cuanto más escuchas se le da, más matices ofrece y más va enganchando. Para mi la máxima influencia está en el rock progresivo y sinfónico de los 70. Especialmente reconocibles los Pink Floyd en la introducción (que hace Rudess) y sobre todo los Genesis del «Supper’s ready» en las diferentes partes que componen el tema y en los sonidos de teclado que usa Rudess. Todo ello pasado por la batidora sónica de Dream Theater y, una vez más, la aparición de la orquesta en la parte final reforzando el contenido épico del tema. Realmente hay que escucharlo para saber que decir.
En definitiva, los fans de Dream Theater creo que estamos ante uno de nuestros discos favoritos del grupo en este excelente «Octavarium».
Albytor
– James LaBrie / voz
– John Petrucci / guitarra
– Jordan Rudess / teclados
– John Myung / bajo
– Mike Portnoy / batería y percusión