La nueva edición del Download Festival en Madrid tuvo un gran protagonista durante gran parte de la primera jornada y no fue otro que tremendo calor que hizo que coincidieran en los comentarios de varias de las bandas sobre el escenario. Los 43 grados que llegamos a alcanzar hicieron mella en más de un asistente a pesar de las fuentes, ventiladores con agua y manguerazos que la organización del evento puso para sofocar la temperatura.
Nuestro festival comenzó con una buena carrera para llegar a Vita Imana, compromisos laborales y el paseo desde la entrada hasta el escenario hicieron que llegáramos justos para el comienzo de la descarga de los madrileños que vencieron a las adversidades ambientales de una manera sobrehumana. A pesar de la hora, las 19:00, Vita Imana consiguieron congregar a un buen número de público en lo que era el pistoletazo de salida para el escenario principal del festival, sin lugar a dudas un buen y merecido premio para una banda que ha crecido muchísimo estos años. Inmensos.
Lamentablemente hay que elegir lo que ver y fotografiar, siento mucho y espero que nadie se ofenda si no puedo hablar y mostraros fotos de todas las bandas. Por esta razón los siguientes en la lista fueron Children Of Bodom, esto fue todavía más gracioso, unos finlandeses de Death Metal melódico tocando a 43 grados (aunque sea repetitivo es lo que más juego dio). Ver a Janne tratar de taparse del sol como si de un vampiro se trataba resultaba hasta cómico. Volviendo a la parte musical, no gozaron de un sonido muy bueno pero es algo que suele suceder en los festivales es muy difícil controlar eso para el gran número de bandas que están en el cartel, a pesar de ello, muchas camisetas de la banda entre un público que se lo pase en grande con ellos.
Escenario principal nuevamente, nos tocaba disfrutar de uno de los platos fuertes del día, el primero, Papa Roach, los de Jacoby que nos visitaron el año pasado colgando el cartel de no hay entradas en La Riviera lo volvieron a hace, una vez más pusieron patas arriba el recinto. ¿Necesitas una buena fiesta? Llama a Papa Roach, tienes asegurado el desmadre. Son capaces de manejar al público a su antojo, agacharse, saltar, gritar, enloquecer, cualquier cosa para llevárselos a su terreno con temas como “Scars”, “Born for gratness” o “Last resort”. Que grandes son estos tipos.
Bienvenidos al infierno, bienvenidos a las trincheras y el fuego (literal), comenzaba la guerra Sabaton. Por si no estaba lo suficientemente caldeado el ambiente el fuego fue el gran protagonista de los suecos en sus sesenta minutos de descarga. “¿Cuarenta y tres grados? ¿En serio? ¿Vosotros que queréis, matarnos?” pero creo que la ovación del público no fue la respuesta que esperaba Joakin porque lo siguiente que respondió fue un recordatorio a nuestras madres. Se llevaron un premio de la noche, el de peor sonido, no encontré una posición en la que pudiera escucharlos con cierta claridad lo que hizo que la descarga fuera perdiendo progresivamente interés para mí, algo que claramente no le sucedió al resto de público que estaban disfrutando como niños pequeños. Al final, lo importante es que la gente disfrutara como lo hizo, bendita juventud que sacan fuerzas de no sé dónde para saltar y gritar como posesos “Prima Victoria!!!!”
Y como plato estrella del día, los germanos Scorpions que llegaban a Madrid en su décima retirada en lo que va de año. Si para montar la fiesta padre el teléfono que tienes que marcar es el de Papa Roach, si lo que quieres es calidad, Hard Rock clásico, un buen puñado de clásicos y fiabilidad alemana cien por cien llame usted a Scorpions. Si la banda sigue con la fiabilidad de un BMW ahora con la incorporación a las baquetas de Mikkey Dee tienen un descargo más para centrar las miradas además de los clásicos Schenker/Meine/Jabbs. No entrare en discusiones referentes a lo repetitivo de su set list, para gustos los colores, pero lo que está claro que el público quiere escuchar “Dynamite”, “The Zoo”, “Bad Boys Running Wild”, “Blackout”, “Still loving you” y temas con los que han crecido y asocian a pasajes de su vida y eso es lo que la banda ofrece amen de un, eso sí es más discutible, apoyo vocal en los coros más que descarado. Soy un “anti” solos y en esta ocasión no podía ser menos, por mucho Mikkey Dee que te llames y por mucha batería por los aires no entretiene a nadie ya una demostración de “mira que bien lo hago” de más de cinco minutos, lo siento. Al final si ponemos en una balanza los pros y los contras descaradamente siempre vencen los primeros cuando hablamos de Scorpions y en esta ocasión no iba a ser menos, muy disfrutable su descarga, siempre es un placer escucharlos temas de la banda sonora de nuestra vida en las voces de sus creadores. Danke Scorpions.
Teníamos que cerrar la maratoniana jornada, buscábamos algo de diversión y un estilo más desenfadado, lo más acorde a lo que se nos avecina en la capital en los próximos días y en este caso que mejor que jugar con la ambigüedad de los noruegos Turbonegro y su aspecto que recuerda, y mucho, a los famosos Village People. Resulta complicado centrarse en su música cuando llevas tu imagen a ese extremo, por momentos sufría de que Duke of Nothing (Tony Sylvester) fuera a enseñarnos en algún descuido algo que no era necesario que viéramos. Bromas aparte, es una buena opción echarte unas risas y una buena dosis de diversión para cerrar una dura jornada.
Con una sonrisa enfilamos el camino a casa, cansados y más calientes que el tubo de escape de la furgoneta del Equipo A, y no lo digo en términos sexuales precisamente. Se nos viene el Sábado, nos llegan una vez más un amplio abanico de estilos que van desde Megara a Berri Txarrak pasando por Amon Amarth y Slipknot…que Dios nos pille confesados.
Crónica y fotos: Raúl Blanco