¿Era necesario? Esa es la pregunta que me hago al escuchar estos días lo nuevo de la banda de Tom Scholz, el perfeccionista músico que ya sabéis debe ser el ídolo de Axl Rose a la hora de ofrecernos discos, porque a lo largo de sus casi 40 años de historia nos ha servido la friolera de ¡¡¡6 álbumes!!! de estudio.Claro, sucede que si todos fueran tan buenos o impactantes como la primera trilogía bienvenida sea esa espera a la tierra prometida, pero si por el contrario el nivel se resiente (¡y de qué manera!) repitiéndose sin gracia, ofreciendo temas «del montón» o muy por debajo de lo que se espera de un nombre como Boston, pues claro se tuerce el gesto del oyente o comprador del disco (que de todo hay, y más en una banda clásica como esta).
Un nuevo disco de Boston siempre debería ser una buena noticia, siempre. Un pelotazo de rock repleto de clase y frescura, cimentado más en la parte melódica sí, pero ROCK con mayúsculas. Y por la espera a la que nos suele someter debería impactar como un puñetazo en la mesa con sonora resonancia, pero lamentablemente y digo esto porque soy seguidor del grupo no ha sido así con «Life, Live and Hope». Un disco que no tengo muy claro cual ha sido la motivación ¿honrar a su legendario cantante, Brad Delp, caído en combate hace unos años? De hecho parece que sí, encontramos su voz en varios temas del álbum, algunos como el caso del segundo corte «Did Mean´t to Fall In Love» son revisiones del propio Scholz de temas ya publicados. Por lo demás el guitarrista utiliza a varios cantantes a lo largo del disco, hasta el que ahora es el oficial de la banda, Tommy De Carlo (el ya habitual caso de fan del grupo que logra su propia Operación Triunfo). A ver, no se trata de que un sustituto o un cantante clave la voz del ausente, no. Para eso ya tengo la voz del legendario. Se trata de que cumpla sus partes vocales y las dote de su personalidad, que no sea un impersonator de la talla de Owens, Pineda o Thayer. Que se parezca más a todo un Mark Tornillo, John Bush, etc.. Pero ese no es el problema principal al escuchar el disco, de hecho en estudio De Carlo cumple bien en sus canciones.
Lo malo de este álbum es que ya desde su portada huele a refrito por todos lados. Y tratándose de un disco de Boston es imperdonable. ¿Diez años en sacar un disco con una portada que sería buena carta de presentación de una banda tributo o ganaría un concurso escolar de ilustraciones acerca del grupo? Por favor donde vas Tom. Pero si discutible puede ser lo de la portada, que a algunos les gustara seguro no hay explicación posible acerca del poco tratamiento o descuido o vaya usted a saber con algunas partes del sonido del disco, no consiste en cuidar las guitarras o los teclados y las voces (¿me puedes explicar por favor que ha pasado con las baterías?)
Analizando ya las canciones que componen este «Life, Love & Hope» del que encontraréis momentos entretenidos sin más tengo que decir que personalmente el inicio del mismo «Heaven On Earth» me repele. No se trata de ofrecer el sonido Boston (a los 3 segundos ya sabes que se trata de este clásico grupo) sino de darle el empaque, la esencia y la frescura suficiente para que impacte, para que transmita. Y de todo eso adolece «Heaven On Earth», si esto es lo mejor que has sabido hacer en una década para sorprender al fan o engancharlo en tu nuevo disco, apaga y vámonos (refrito). Menos mal que la revisión citada anteriormente con Delp aguanta la escucha y que ya no pierdas toda la fe en el disco. El instrumental «Last Day Of School» (curioso un tema así de tercer corte) acompaña bien la escucha, gracias cómo no a esas guitarras rockeras de Scholz. Toma el testigo la bella aunque irregular «Sail Away» otro tema donde podemos escuchar la voz de Delp, acompañado en esta ocasión por la bajista de la banda Kimberley Dhame. El tema empieza bien pero se termina diluyendo.
Llegamos a la mitad del disco con el tema título en el que debuta Tommy De Carlo el nuevo frontman de la banda, y lo hace correctamente. El tema es interesante si bien tampoco resulta matador. Lo mejor viene a continuación con la balada «If You Were In Love» a cargo de la citada Kimberley Dahme en el apartado vocal, que empieza muy bien pero tampoco termina de ser lo redonda que debería a pesar de los intentos de Scholz con las seis cuerdas. No obstante es un tema destacable.
«Someday» devuelve un poco el punch al disco, con Tommy, el propio Scholz y la desconocida Jude Nejmanowski intercalándose las partes vocales del tema. Es uno de los mejores temas del álbum, con la calidad que siempre destilan sus canciones (la frescura es otro cantar, y aquí si que la encontramos).
La balada «Love Got Away» nos ofrece un hecho insólito, Tom Scholz cantando integramente la canción. Es otro tema Boston 100% con sus característicos coros. Entretenido sin más, que gustara a sus fans de toda la vida.
«Someone» es la última oportunidad en el álbum de escuchar a Delp. Arranca muy bien la canción pero progresivamente se va perdiendo por el sendero del bostezo.
«You Gave Up On Love» con el triunvirato De Carlo, Scholz, Dhame es otro buen tema que se queda en eso, sólo en bueno raspado cuanto tratándose de Boston debería ofrecer algo más. No obstante queda claro que es una de las canciones que pueden formar parte de los directos, más por su importancia o conexión con los seguidores porque está concebida sospecho para ello a modo de lo que es Boston hoy en día.
«The Way You Look Tonight» cierra el álbum del modo delicado, agradable y bello para los oídos que ofrece Boston.
En defintiva «Life, Love & Hope» este nuevo disco de Boston no es un mal disco, porque con la calidad, melodías, coros y guitarras que ofrecen es muy difícil que lo sea nada que ofrezcan si bien, debido al tiempo de gestación y a lo que ha sido capaz de ofrecer esta banda se queda muy lejos de ese nivel. Momentos entretenidos sí, canciones destacables pocas, algunas incluso aburridas. Boston, la gran banda, no se merecía un disco así y sus fans tampoco. Boston no puede permitirse refritos.
Christian Sancho (Mr. Thunderstruck)
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