BONAFIDE / WORRY BLAST – Crónica

BONAFIDE + WORRY BLAST
Sala Z, Zaragoza, 13 mayo 2017
Crónica: Toño Martínez Mendizábal – Fotos: Luis Mª Catediano

La gira Flames de los suecos Bonafide, acompañados por los suizos Worry Blast, llegaba a su final en nuestra ciudad y, lógicamente, no íbamos a fallar. Días antes Pontus Snibb, fantástico frontman, guitarra y compositor de Bonafide (entre otras cosas), nos regalaba una entrevista (leer aquí) que resultó ser reveladora de lo que la formación de Malmö iba a ofrecernos. En esta ocasión en la Sala Z, que presentaba varios cambios, que repercuten en la mejora del sonido de la histórica sala zaragozana.

Worry Blast subieron al escenario como unos completos desconocidos para la mayoría de los asistentes. Sin embargo, cuando Mat Petrucci, Allan Claret, Dann Collaud y Lucas Collaud se despidieron del público, tras su set, era ya una banda vitoreada por una audiencia que había disfrutado de lo lindo de una hora de auténtico hard rock acedeciano y airborneniano, venido de la patria de Gotthard. Gone to the Dogs, Raised by Rock & Roll, Born to Lose, Heads Will Roll…Potente base rítmica, Gibsons SG reluciendo acero de la mano de Allan y Mat y este último demostrando ser un frontman con personalidad, tablas y buena voz, tanto en cortes tan directos como los citados cuanto en otros más elaborados como, por ejemplo, Family Business. Una banda que ya habíamos pinchado en Rock Angels Radioshow y que dará que hablar, pues a sus cualidades como músicos unen una juventud que juega a su favor. No queríamos perdérnoslos y acertamos de pleno.

La larga figura de ese gran actor-bajista-coros que es Mr. Martin Ekelund anunciaba la entrada en escena de una de nuestras bandas suecas de cabecera: Bonafide. Tras él, apareció ese rock and blues star contemporáneo que es Pontus Snibb, bien flanqueado por Niklas Mattson y Anders Rosell. Se preparaba otra gran noche de hard rock, con calidad, fuerza, pasión, disfrute, rasmia (por no decir otra cosa) y autenticidad. Muchas virtudes, fraguadas con seis álbumes, el último de los cuales, Flames, presentaban, y miles de kilómetros a lo largo de la geografía europea. Son muchos litros de cerveza filtrados, muchos bocatas de lomo con queso devorados y neumáticos gastados pero, sobre todo, es mucha experiencia y maestría acumuladas, muchas sonrisas, amistad y felicidad propia y ajena cosechadas y eso, hoy por hoy, lo es todo.

Pontus nos había anunciado un set variado, con temas de toda su historia, cortes poco tocados y una buena representación de su último trabajo. Así fue. Back in Flames abrió la caja de Pandora del concierto. De ella salieron todos los bienes del rock que Pontus & Cía nos tenían reservados. Dirt Bound sin solución de continuidad y, tras los saludos y un “muchas gracias Zaragoza”, Hold Down the Force. La personal y genial voz de Pontus se apoyaba en la maestría y el buen hacer de sus compañeros. One Kiss, 50/50…El público no estaba al 50%, sino dándolo todo, y no estaba caliente, estaba ardiendo. Por ello, era normal escuchar el segundo corte de Flames, Smoke & Fire , su primer single, disfrutado por todo el personal.

Martin Ekelund estaba en una de esas noches en las que brilla a una altura excepcional, regalando poses a la audiencia, a Pontus, a las cámaras y hasta a su sombra. Genial. No Doubt About it y la gente loca. Can’t Get Through y otro trago de Flames con Bottle of Jack. Una banda de músicos con la seguridad que aportan Niklas y Anders, permite a Martin hacer flexiones sobre el techo sin que el ritmo baje ni un ápice. Rag and Bone Man y ese gran Blues que es el Suburb Baby Blues para disfrutar la sentida genialidad de Snibb y mirar un poco hacia atrás. Loud Band lleva la pasión un escalón más arriba, mientras Pontus lo baja y da la vuelta a la sala mezclándose con esos fans que le idolatran con razón, pero que pueden tocarle porque es de carne y hueso. Vuelve a su territorio y remata con un bien planteado “duelo” con Anders. Suda, se pone rojo, se le hincha la vena. Goza y sufre. Un crack.

Hard Livin’ Man parece poner la guinda a la fiesta hasta que llega el himno Fill Your Head with Rock, compuesto hace años por el frontman para el Sweden Rock Festival. En él la excelente comunión entre suecos y suizos se plasmó con ambas bandas sobre el escenario y los dos cantantes marcándoselo al alimón y repartiendo elogios para sus compañeros. Un ejemplo de humildad de los grandes y reconocimiento de los que, sin duda, pueden serlo.

Los bises comienzan con Pontus haciendo un solo en la zona de merchandising. Con él introduce el 50 Cent Millionaire. Y es que ese tema del pasado es una declaración de intenciones. No hace falta mucho más para ser feliz que una buena dosis de genuino rock. Te evitará hasta la visita el doctor. Por ello, Bonafide se marcan una gran versión del I Don’t Need No Doctor y se mezclan con sus fans para vender, firmar y hacerse fotos para el recuerdo. ¡Volved, volved siempre! Puede que no seamos una multitud, pero enloquecemos con vosotros. Fill our heads with rock forever!

GALERIA DE IMAGENES
(Pincha en ellas para ampliar tamaño)