SOTO – Crónica

SOTO + VANADINE
Sala López, Zaragoza, 5 abril 2016
Crónica y fotos: Toño Martínez Mendizábal


Jeff Scott Soto sigue siendo uno de los mejores frontmen de su generación; un músico cuya trayectoria y temas han jalonado la historia vital de muchos de nosotros. Que alguien así venga a tu ciudad, y más después de un intento fallido, es una motivación tan enorme que poco importa el día de la semana o la variación estilística de su proyecto actual (variación que, de alguna manera, ha sido una constante en su carrera). Había que estar ahí y disfrutar de una banda con mayúsculas en tu propia ciudad. Había, además, que dar las gracias a promotores y sala por hacer posible el sueño una vez más. No queremos despertar.

 

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Los suizos Vanadine tenían la difícil labor de abrir para SOTO y lo hicieron lo mejor que pudieron. Con un sonido que en ese momento no era el óptimo, todavía poco público y un rock ecléctico con toques grunge, stoner, metal…, intentaron preparar a la audiencia para lo que venía. Sus mejores virtudes: el cantante, tanto en interpretación como en actitud, y la adaptación de sus temas a sus posibilidades como instrumentistas. El Sign of the Time, con el  que abrieron,  y el Make My Day, que cerró, fueron los temas que más me gustaron de los ocho que nos ofrecieron.

 

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¡Qué razón tenías cuando lo decías en la entrevista Jeff! (pincha aquí para leerla). SOTO es una banda. Bueno, mejor dicho, una BANDAZA con mayúsculas. Está claro que el nombre ayuda a identificarla con el astro norteamericano, que su carrera le permite versionarse para completar el setlist que configuran principalmente sus dos trabajos (Inside the Vertigo y Divak); pero también es evidente que SOTO es una superbanda de primerísimo nivel. Que Scott Soto manifieste que Don Jorge Salán es el guitarrista con quien querría jubilarse, hace obvia cualquier explicación sobre la calidad del madrileño y lo que el frontman opina de él. David Z necesita un bajo de seis cuerdas porque sus dedos hacen corto con todo lo demás y su voz aguda es extraordinaria para coros. Además, sólo como información adicional,  el chico es modelo y actor. Luego está la brigada brasileña. El joven Edu Cominato es un fenómeno, el motor a las baquetas y, sí, también canta. Last but not least, BJ, como bien me decía alguien que sabe mucho de este tema, es el tapado. Desde su córner izquierdo toca la guitarra, los  teclados y canta como los ángeles. Un equipazo de Champions.

 

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El show dio comienzo con una intro y el Freakshow que fue recibido con entusiasmo por una sala que presentaba ya una muy buena entrada (y más para ser un martes) y que pudo apreciar el evidente cambio para bien en el sonido. Sin solución de continuidad Wrath no dejó enfriar el momento y puso negro sobre blanco la extraordinaria calidad y buen estado de todos. Entonces Jeff ya invitó a bailar a todos los presentes con 21st  Century y Colour My XTC encadenadas. Nos dijo que en español sólo sabía ¿qué tal?, ¿todo bien?, cerveza, puta madre y Jorge Salan. La gente recibió sus palabras entre risas y como, poco después, nos recordó que era el último concierto de la gira, que iban a interpretar sobre todo sus dos discos y que iba a haber algo más, se dispuso a gozar sin paliativos. Eso sí con una temperatura bastante alta. Lo hicimos con Break y Final Say, momento en el que nos hizo repetir algo que ya sabíamos: Soto rocks, Soto fucks y siguió deleitándonos con The Fall y una demostración de poderío vocal al final.

 

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El concierto iba a piñón y los músicos demostraban encontrarse muy a gusto. Cyber Masquerade fue acompañada de buenos consejos del frontman y las palmas del público y seguida de un Warrior de Axel Rudi Pell unido al Livin’ the Life de Steel Dragon, que significaban casi el Ecuador de la actuación. En este último hubo un momento para hacer un guiño al Highway Star purpeliano y a la interacción con el público, haciendo cantar a chicos y chicas alternativamente, para llegar a un final con grito incluido de alucinar. JSS en un animal de escenario como pocos y lo demuestra en todos los aspectos que, como tal, debe atesorar. Pero SOTO es mucho más que eso. Con la excusa de que el suelo estaba húmedo, el cantante nombra la palabra wet y David Z que lo escucha añade “slippery when wet” y empieza a tocar el tema de Bon Jovi ante la sorpresa y las risas de todos. Puden hacer e improvisar lo que quieren.

 

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Inside the Vertigo dejó patente la calidad del primer disco de este nuevo proyecto y dio paso al Weight of the World, en el que brillaron los coros y el bajo de sonido metálico de David, bien rematado con la guitarra de Salán, omnipresente pero siempre, como el resto de los instrumentos, en beneficio de los temas y el colectivo. En Suckerpunch el problema de la humedad había ido a más y Soto se descalzó, mientras David amagaba con marcarse el Billie Jean de Michael Jackson bailando y todo. Alucinante. Unblame nos devolvía a su último trabajo, Divak y daba paso a la presentación de un tema de 1995 por el cantante. Era el Tears in the Sky y la banda nos hacía casi levitar de placer, con unos pasajes guitarra-bajo de los que tardarán en verse por estos lares.

 

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Arriesgado o no, Jorge nos ofreció su Risk e hizo una exhibición de lo que es ser un guitarrista de primer nivel desde el punto de vista de la rapidez, la clase, el dominio de técnicas y la composición. El resto del grupo le seguía de cerca y colaboraba a que el tema alcanzase su clímax. Por si no había quedado clara la maestría, un medley de Yngwie puso los puntos sobre las íes en el asunto de la capacidad del hacha madrileño y el punto final al concierto. Pero no hay buen concierto sin buenos bises y, tras un divertido guiño a Twisted Sister, Kiss y Queen,  SOTO, la banda, nos deleitó con un Stand Up magistral, durante el cual Jeff hizo cantar al personal desde el escenario y bajando de él para mezclarse con sus fans.

 

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La noche había sido tan mágica que, sin estar en el setlist, decidieron dejarnos un I’ll Be Waiting que nos puso la piel de gallina, con una parada para que, como era su intención, David se marcase el Billie Jean tocando acompañamiento y melodía con ambas manos pulsando las cuerdas sobre los trastes y bailando a lo Jackson. Ver  para creer. BJ, que no quería ser menos, se unió a la fiesta final cantando el principio del Don’t Stop Believing de Journey. Saludos, puta madres y un impresionante fragmento a capella del irreverente Community Property, de Steel Panther, pusieron el broche de oro a una actuación que pasará a ser histórica para nuestra ciudad. Siempre podremos decir que Rock Angels estuvo allí y te lo contó.

Setlist
1  Intro-Freakshow
2  Wrath
3  21st Century / Colour my XTC
4  Break
5  Final Say
6  The Fall
7  Cyber Masquerade
8  Warrior/Livin’the life
9  When I’m Older
10 Inside the Vertigo
11 Weight of the World
12 Suckerpunch
13 Unblame
14 Tears in the Sky
15 Risk
16 Yngwie medley (I Am A Viking- I’ll See the Light Tonight)
17 Stand Up
18 I’ll be Waiting

 

 

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