WHITE WIDDOW – Crossfire (Aor Heaven 2014)

Aunque sale a la venta cuando 2014 ya da sus últimos coletazos, el tercer trabajo de los australianos White Widdow va camino de convertirse en uno de los discos de este año que está a punto de terminar. Dicho disco debería haber salido en 2013, pero debido a la marcha de su bajista Trent Wilson y a la repentina muerte de su batería George Kristy, ha sido aplazado casi un año. Se suele decir que más vale tarde que nunca y, llamados a filas Ben Webster al bajo y Noel Tenny a la batería, vuelven a la carga con un disco de hard melódico auténtico, que hará las delicias de todos los aficionados a este sonido.

El disco se abre con “Caught in a crossfire”, haciendo referencia al título del álbum. Tema contundente, con importante presencia de los teclados que tan característico hacen el sonido de esta banda. Los hermanos Millis en perfecta comunión, uniendo la voz y el colchón de teclas, acompañado por los riffs de guitarra de Enzo Almanzi. Seguimos con “Fly me away”, otro tema donde el teclado juega un papel protagonista. Sonido hard/AOR auténtico, con unas harmonías vocales en el estribillo que son una delicia. Cerrad los ojos, transportaos a los 80 y disfrutad. “Just another night” es una de las power-ballad del disco, tema para lucimiento vocal de de Jules Millis. Uno de esos temas que enganchan a la primera, para mi uno de los preferidos del disco.

La fuerza guitarrera vuelve con “Below the belt”, con un sonido que me recuerda muchísimo a los Danger Danger de los dos primeros discos. Es un tema que no puedes escuchar sin que te entren ganas de bailar, de mover la cabeza y los pies. Sonido auténtico de finales de los 80-principios de los 90, con Enzo sublime a la guitarra y, por supuesto, los omnipresentes teclados de Xavier Millis. Si nos habíamos quedado con ganas de mover la melena, seguimos con “Dreams don’t die”, donde consiguen un sonido más moderno, muy en la onda de los Brother Firetribe del primer disco por ejemplo, pero sin perder esa esencia ochentera que tanto los caracteriza.

Entramos en la segunda parte del álbum con “Too many tears”, un tema más tranquilo, también con características de power-ballad, con importante presencia de harmonías vocales y con más presencia de la base rítmica, a la que los teclados, en este caso, le ceden algo de protagonismo, con un sólo magistral de guitarra hacia el final de la canción. “Angel” nos puede hacer pensar en la típica balada pero nada más lejos de la realidad, Comienza con unos teclados muy potentes y es otro de los cortes del disco que no dejan indiferente a nadie, con muchísimo ritmo y un estribillo pegadizo. “Born to be a rebel” es otro tema que nos hace retrotraernos a los 80, una fusión de influencias de varios grupos clásicos de la época, un medio tiempo cañero. El final del disco va llegando y con él la calma. “Carry the heartache” es el tema más tranquilo del álbum, otra power-ballad pero esta vez con un sonido más dulce, más centrada en la voz. El trabajo se cierra con “Never again”, otro corte en la línea general del disco, con el duo de los hermanos Millis captando el protagonismo, sólo roto por los magistrales riffs de Enzo.

La impresión general es de un gran trabajo de hard melódico, con un sonido que, a dia de hoy, no es fácil de conseguir. Para mi es sin duda unos de los discos del año, aunque tendrá su mayor repercusión a principios de 2015, debido a su fecha de salida. Para los amantes del hard/AOR siempre es un gustazo que aparezcan bandas nuevas y que mantengan este sonido, sacando al mercado discos de esta calidad. White Widdow parecía que iban por el camino de la desaparición, debido a los problemas internos del grupo, pero han conseguido que no sea así, retomar su carrera con éxito y ojalá sigan editando muchos más trabajos así. Esperemos que se dejen ver de gira y poder disfrutar de ellos en vivo y en directo.

Alba Dawn