UFO – A Conspiracy of Stars (2015)

Parece que UFO son un producto agotado. Podríamos tirar de tópico, y escribir que quedan lejos los tiempos de Phenomenon, Lights Out o Mechanix. Y no sería falso. Pero tampoco demasiado justo para con una banda que ha sabido reinventarse dos o tres veces con mucha solvencia. Así que, cuando se trata del grupo de Phil Mogg, siempre hay que tener un oído dispuesto para volver a ilusionarse.

 

A Conspiracy of Stars arranca con un riff rockero y un tempo acelerado, unas líneas de bajo y hasta un Mogg más en línea con épocas pasadas, y uno tiene la repentina impresión de estar ante uno de esos regresos que parecían no llegar nunca. Espejismo. Si en el anterior LP, «Seven Deadly», la expectativa inicial la creaba «Flight Night», en éste lo hace la notable «The Killing Kind», un adelanto suculento de lo que el disco no va a ser. Porque, las cosas son así, el sonido de UFO lo conforman la suma de las partes y, por mucho que Phil Mogg siga poniendo lo que le queda de voz, la esencia nuestra música sigue en las guitarras. Y ésas, en A Conspiracy of Stars, siguen siendo guitarras de blues (sí, y un poco de rock, y un poco de shredding guitarrero innecesario). Lamentablemente para muchos, a tenor de temas como Sugar Cane o Precious Cargo, no parece que a estas alturas la cosa vaya a cambiar. Cómodos en los tópicos del género, UFO podrían publicar el mismo disco cada dos años y sólo se darían cuenta los más fanáticos. Si ya de por sí el blues ha sido tratado en innumerables vertientes estilísticas, el inmovilismo al que los británicos han decidido consagrarse no ayuda: se hace muy difícil mantener la atención durante los 50 minutos que dura el álbum, y la mayoría de las veces éste acaba convirtiéndose en hilo musical sin siquiera habernos dado cuenta.
Que no se malinterprete. Al igual que sus últimos trabajos, el último lanzamiento de la banda no es malo. De hecho, tiene algunos temas muy disfrutables. Sin embargo, hay tan poco riesgo en la propuesta comandada por Vinnie Moore (responsable de la composición de la mayoría de temas de sus últimos discos), que si a alguien le da por mover la cabeza o los pies es más por un anhelo que por el verdadero impulso que las canciones te generen. Al fin y al cabo, el guitarrista es, por qué no decirlo, uno de los sustitutos menos gratos del rock, que ha conseguido transformar una banda de rock de referencia a un grupo que, sí, sigue haciendo música, pero no eriza ni un pelo.
Con todo, éste es un disco que se aprecia más cuanto más se paladea y se le deja respirar. Acabas encontrando esos matices que hacen a cada canción diferente, algunos riffs más interesantes de lo que parecían de entrada, e incluso letras a las que puede merecer la pena echar un ojo. Pero ni siquiera entonces termina por ser un disco al que volver pasados unos meses o años. Los UFO cada vez tienen más de «no identificado» y menos de «volador». Cada día más cerca del suelo.
Julen Figueras