WE ARE TWISTED F*CKING SISTER

Cuando el Dock of the Bay estaba ya dando los últimos coletazos, pudimos disfrutar del estreno -exclusivo en todo el Estado- del fantástico documental que Andrew Horn ha filmado sobre esa banda con mucho talento y bastante mala suerte llamada Twisted Sister.

Sorprendentemente, la sala estaba casi llena para ver el documental de Dee y los suyos, que a punto estuvo de ganar el premio del público. Un público nutrido de algunos extranjeros, muchos rockeros y algunos hipsters despistados.

¿Y la película qué tal? Pues dos horazas y media que se pasan como un suspiro, en las que, lejos de las típicas macroactuaciones, historias de excesos, éxito, caída y redención, se repasan los primeros años de una banda que pudo haber llegado mucho más lejos de lo que llegó. Casi una década dando tumbos en cientos de conciertos en los antros de Nueva York. ¿Duro? Seguro, pero también endiabladamente divertido.

Narrada principalmente por el fundador Jay Jay French, los primeros pasos de la banda aparecen como una sucesión de golpes de mala suerte, altibajos endulzados por el paso del tiempo y, sobre todo, de anécdotas impagables que hacen que el metraje acabe resultando escueto: los conciertos de con concurso de chupitos, las performance de «disco sucks» y otras muchas. Sí, contándolo hace menos gracia. Afortunadamente, el documental está tan bien nutrido de contenido audiovisual de la época que, lo que en el caso de otras bandas sonaría a fanfarronada para vender libros (y nos evitamos los nombres), aquí se sustenta con imágenes y audio de calidad asombrosa. En la sala, las risas no pararon.

También hay, como no puede ser de otra forma en esta clase de documentales, un buen puñado de entrevistas a Snider, Ojeda y varios de los miembros que pasaron alguna vez por la banda. Y las tensiones que hubo en la banda desde el principio. Y los buenos rollos, que también los hubo. Todo ello contado con una gracia y con un pulso narrativo a lo Scorsese. Una combinación infalible.

Lo peor del documental sea, quizá, que termine cuando la historia de Twisted Sister empieza. ¿Lo mejor? Hay material para otras dos o tres películas. Imposible no pasar un rato divertidísimo.

Julen Figueras

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