THE WINERY DOGS – The Winery dogs (2013)

Menudo power-trío, señores: Richie Kotzen, Billy Sheehan y Mike Portnoy se van a tomar unas cervezas juntos, y deciden regalarnos este pepinaco. Un pepinaco fuertemente influenciado por bandas de ésas que a todos nos gustan (Zeppelin, Whitesnake, etc…) con bastante aderezo cortesía del Sr. Kotzen.

 

Podemos notar su impronta en casi todos los temas, incluso en algunos momentos podría pasar por un disco en solitario de los suyos, si no fuera por esa superpotencia de base rítmica que lleva detrás.

 

Temas espectaculares. Con pegada, y pegadizos. Como esos dos trallazos iniciales que son “Elevate” y “Desire”, donde la voz de Kotzen, ligeramente rasgada, se adapta perfectamente a unas canciones que, en el caso de la segunda, mantienen cierto aire bluesy y setentero a la vez , que a muchos nos encanta.

 

Por otro lado, Sheehan y Portnoy y su “wall of sound” empiezan a dejarnos ya con la boca abierta, en especial Sheehan, que no se corta a la hora marcarse solos de bajo como el que friega una taza después de tomar un café.
Nos encontraremos también temas más relajados, donde la pirotecnia descansa, como “I’m No Angel” o “You Saved Me”, y donde podemos disfrutar más de la voz de Kotzen sin estar pendientes de la siguiente diablura que se les ocurra a sus dos compinches.

 

Influencias, muchas. Desde Foreigner, en “Damaged”, hasta Whitesnake en “Criminal” (atentos a la voz a lo Coverdale de Kotzen, o los coros a lo Marsden en este tema) o Zeppelin/Purple en “The Dying”… Hasta podemos imaginarnos a unos Skynyrd en “One More Time”.

 

El disco se cierra con “Regret”, pura melancolía de garito a última hora.

 

Este trabajo, inicialmente, ha salido ya en Japón, y tiene previsto lanzarse en el resto del mundo el próximo mes de julio. La banda tiene previsto hacer una gira que, afortunadamente, pasará por este bendito país, si nada lo impide, el próximo mes de septiembre.
Haceos un favor, y compraos este artefacto que, para el verano y los calores que nos acechan, va a refrescaros, y mucho.
Ritchie Moreno