THE ROLLING STONES – Crónica desde México

THE ROLLING STONES
Foro Sol, Ciudad de México, 14 de Marzo 2016
Crónica: Joey Briz

Yo vi a los Rolling Stones en 1990 en el Vicente Calderón. De aquello debo confesar que me quedan pocos recuerdos. No sé si mi mala memoria es consecuencia de los excesos de la época o de que simplemente hace demasiado tiempo. Lo que sí recuerdo perfectamente es que se decía que aquella gira de los Stones podía ser la última… como casi siempre. Y en 2016, seguimos igual. Es posible que en algún momento la amenaza de la disolución fuera una estratagema de marketing, pero si entonces era innecesaria, ahora todavía más. La amenaza se hace cada año más presente por una mera cuestión biológica: entre Woods con 68 años y Watts con 74 están Jagger y Richards con 72. Con esta perspectiva, tenía que aprovechar la primera ocasión para volver a verles. Y la ocasión llegó en el Foro Sol de Ciudad de México el pasado 14 de Marzo.

El Foro Sol es un antiguo estadio de béisbol reconvertido a centro de espectáculos diversos donde caben unas 65.000 personas. Para obtener el máximo rendimiento económico a esta capacidad, lo que en cualquier otro concierto sería el espacio para entradas de pie se distribuyó de una manera que yo no había visto jamás. El público de pie se concentraba en una zona central por detrás del nivel de la caseta de sonido, mientras que a su derecha e izquierda y por delante hasta el escenario instalaron sillas divididas por sectores y según el sector pagabas un pastizal mayor o menor. Yo pagué un dineral y aun así veía a los Stones como hormiguitas, así que los que estaban cerca de ellos deben de tener los riñones forrados de oro. No obstante, pudimos seguir todo el espectáculo gracias a las pantallas gigantes más gigantes que recuerdo haber visto en un concierto. Personalmente creo que esto de las sillas no es muy apropiado para el rock, pero desde luego funciona de puta madre para el negocio y ya sabemos que en eso sus Satánicas Majestades son maestros.

 

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El show comenzó con “Start Me Up”, que viene a ser algo así como “ponme en marcha” o cualquier expresión equivalente según el grado de calentura que se lleve. Y desde luego que la gente se puso en marcha de forma inmediata. Nadie se quedó sentado. A continuación sonó “It’s Only Rock’n’roll (But I Like It)”, una canción que yo tarareaba cuando iba en el autobús al colegio en la EGB con 9 o 10 años. No sé si eso os puede dar una idea de lo que yo estaba sintiendo ya en ese momento tan inicial de la actuación. Luego vino el fantástico “Tumbling Dice” perteneciente a “Exile on Main St.” (uno de los discos de la banda que más he escuchado a lo largo de los años), con el que Jagger intensificó su despliegue de movimientos.

El frontman de los Stones ya había dicho alguna cosa en español, pero cuando dijo “Hace 10 años que no veníamos a México, un chingo de años. Antes tomábamos tequila, ahora tomamos mezcal”, se metió a cada uno de los 60.000 asistentes en el bolsillo. Sin embargo, el tema “Out Of Control” fue recibido de forma menos entusiasta que los anteriores, seguramente porque no es un superclásico, pero desde luego es un temazo. “Street Fighting Man” volvió a encender los ánimos, ya que fue el tema elegido por los fans en Facebook entre varias opciones. Después el escenario quedó en penumbra y Jagger dedicó la siguiente canción a los románticos del público… así que todo el mundo pensó que iban a tocar … sí, esa, la que todos estáis pensando… Pero no. Empezó a sonar “Wild Horses”, un tema que a mí me toca mucho más la fibra sensible. Con “Paint It Black” y “Honky Tonk Woman” se vivieron los momentos más energéticos de la noche hasta el momento. Y así terminó la primera fase del concierto.

 

 

Entonces Jagger bromeó en español: “La estamos pasando bien en México… Sean Penn vino al hotel y quería entrevistarme, pero me escapé”. Esta alusión a la captura del Chapo Guzmán fue recibida con risas atronadoras. A continuación, presentó a todos los miembros de la banda, para finalmente ceder el protagonismo a su “compadre” Keith Richards, que cantó “You Got The Silver” en solitario y luego “Before They Make Me Run” ya acompañado por Woods y Watts. Jagger regresó armado de su armónica para ejecutar una versión impresionante de “Midnight Rambler”. La energía que desplegó… madre mía… parecía increíble que un tipo de 72 tacos pudiera moverse de esa manera por todo el escenario.

Yo pensé que quizás ese era su momento estelar y que a partir de ahí ahorraría fuerzas. Craso error. La energía ya no decayó. Con “Miss You” continuó el festival stoniano y Jagger manejó al público a sus anchas. “Gimme Shelter” (uno de mis temas preferidos) permitió lucirse a la corista Shasha y “Jumpin’ Jack Flash” hizo cantar y bailar a todo el Foro Sol. Las pantallas gigantes comenzaron a llenarse de símbolos esotéricos en color rojo, que iban tomando formas demoníacas y… claro… sonó “Sympathy For The Devil” con un público enfervorizado que coreó y coreó el “uuh-uhh”. Parecía imposible superar el climax, pero todavía quedaba “Brown Sugar” y su “yeah, yeah, yeah, wow!!”. Y ahora sí, los Stones se despidieron diciendo “Qué noche tan brutal” y se apagaron las luces.

 

 

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Por supuesto, aún quedaba el bis. Cuando el escenario se iluminó de nuevo, allí apareció una coral femenina que comenzó a cantar “You Can’t Always Get What You Want», otro de los temas esenciales para mí. El ritmo fue acelerándose y los ánimos del público fueron enardeciéndose otra vez hasta llegar a un nuevo éxtasis, el último de la noche con “Satisfaction”. Yo ya estaba asombrado con lo que había dado de sí la banda, pero fue entonces cuando dieron todo, absolutamente todo lo que les quedaba dentro. A pesar de toda la energía desplegada durante el concierto, habían estado reservándose para el super climax. Y el Foro Sol estalló con los fuegos artificiales y con el fuego de todos los presentes.

Los Stones se despidieron entre vítores y aplausos, las luces se apagaron y miré el reloj. Habían sido algo más de dos horas de concierto, donde no se habían escatimado fuerzas, sobre todo por parte de Jagger, que o bien es un portento físico o bien tiene realmente un pacto con el diablo… ¡o las dos cosas! Yo sé lo que es actuar durante dos horas y es agotador. Vale que es su profesión, pero a su edad… Lo que quiero decir es que si alguien se piensa que estos tíos son unas momias que salen al escenario a cumplir y llevárselas, está equivocado. Salen a darlo todo. Quizá no sean unos músicos virtuosos, es evidente que no están en su apogeo, pero lo que importa son las canciones, la entrega… hablamos mucho de que los Rolling Stones son un negocio y es así… pero es un negocio construido sobre lo importante… la música. Y cuando salen al escenario, nadie puede dudar de que para ellos todavía es solo rocanrol… Y nos gusta.

 

Joey Briz