THE HAUNTED: EXIT WOUNDS (Century Media 2014)

Cuando a principios de 2012 el vocalista Peter Dolving hizo público que volvía a dejar The Haunted y pocos meses después Per Möller Jensen (batería) y Anders Björler (guitarrista) hacían lo propio, los fans dábamos por perdido al grupo.

Pero lejos de tirar la toalla, Jonas Björler y Patrik Jensen (únicos miembros que quedaban) hacían público su deseo de seguir adelante y pedían paciencia…y vaya si ha merecido la pena tenerla.

Dos viejos conocidos han vuelto: El vocalista Marco Aro, que ya sustituyó a Dolving tras el primer disco, y Adrian Erlandsson, que grabó el debut y actualmente es el batería de Paradise Lost y los reactivados At The Gates.  En cuanto a la segunda guitarra y para los solos, tenemos a Ola Englund que formó parte de los Six Feet Under de Chris Barnes.

¿El resultado? Pues algunos discos experimentando con nuevos sonidos han apostado por una vuelta a sus orígenes y en este caso no ha sido algo negativo. Su mezcla de thrash altamente influido por Slayer y death melódico sueco de la escuela Goteborg (como es lógico viniendo de unos pioneros del movimiento como At The Gates) vuelve a sonar brutal, avasalladora y nos ofrece a un grupo con ganas de arrasar con todo, hambrientos y rejuvenecidos.

La locomotora arranca lentamente con la pequeña instrumental “317” pero no tarda en ponerse a toda máquina para que Aaro nos salte a la yugular con su primer gruñido, las guitarras parecen motosierras fuera de control y el bajo y la batería no tienen misericordia. Ha comenzado “Cutting teeth” y no se hacen prisioneros aunque pueda parecer lo contrario cuando comienza “My salvation” y se dé un pequeño respiro para coger algo de aire, el resto del tema vuelve a ser un ataque frontal, un ritmo machacón nos agarra de la pechera y nos vapulea sin contemplaciones. Eso no quita para que haya alguna canción con menos revoluciones como el que sirviera de single, “Eye of the storm”, con un lado más melódico acentuado por el bonito solo de Englund.

Sin duda una de las sorpresas del disco es que nada menos que Chuck Billy haya prestado su cara más brutal para cantar junto a Aro un cañonazo rompe cuellos como es “Trendkiller”, cuyo estribillo, tan corto y directo con el nombre del tema, invita a desgañitarse junto a Chuck y Marco. Esta debería ser una de esas canciones de obligada inclusión en directo a partir de ahora.

Pinceladas death e incluso grind (bueno, eso posiblemente sea pasarse) en el minuto que dura “My enemy” o los poco más de dos de “This war”, con unas guitarras en la parte central que pueden provocar severos daños a nuestra cervicales. Un festín de riffs y riffs para disfrutar más que Leatherface con un puñado de excursionistas perdidos en una casa de campo abandonada, eso es todo el disco, ya sea en “Time (will not heal)”, “Temptation” o las más acelerada “Infiltrator” con su maléficamente disfrutable riff inicial.

Sería injusto no destacar la producción de Tue Madsen, que lleva ya varios discos trabajando con el grupo y consigue que incluso un instrumento que en este estilo a veces es difícil de apreciar como es el bajo tenga un sonido metálico y potente.

Sin duda, una vuelta a lo grande y un serio candidato a estar en las listas de los mejores del año.

Albytor