THE DARKNESS – Last of our of kind (2015)

La primera vez que escuché a The Darkness me parecieron una puta broma. Imagino que como a muchos…Luego la broma empezó a interesarme y participé de ella escuchando, divirtiéndome y comprando «One Way Ticket To Hell…And Back», que lo recuerdo como mi disco favorito de hace diez años.

Pese al entusiasmo que me generaron temas como aquellos «Is It Just Me» o «Hazel Eyes» su debut seguía sin encandilarme y, aunque los años han logrado que lo respete, me parece el trabajo más prescindible de la banda.

También tengo que decir que, sin echarles de menos cuando se fueron durante siete años, al regresar celebré la publicación de «Hot Cakes» en 2012 porque me pareció un magnífico disco, aún lo pienso…

Aunque la banda no vende lo que vendió (valga la redundancia) en el pasado, menos es nada…y bueno, los Hawkins tienen su tirón, no les va del todo mal, ofrecen buenos conciertos y sus discos son pocos pero notables.

«Last Our Of Kind» es la nueva cara de los Darkness, una cara que sus detractores querrán partir y una cara que besarán y acariciarán seguramente con gusto los que son amantes de la excéntrica personalidad musical que Justin Hawkins vuelve a plasmar en disco.

En esa nueva aventura musical la banda reclutó a Emily Dolan Davies para la batería pero no hace mucho decidió darse a la fuga pasando a ocupar su puesto Rufus Taylor, hijo del legendario Roger Taylor (¿Hace falta presentar a Roger Taylor?), pero ella es la portadora de las baquetas en todas y cada una de las diez canciones de «LOOK», un trabajo que empieza como un auténtico cohete con «Barbarian», una bendita locura rockera con un estribillo matador al mismo tiempo que extraño adornado por los excesos guturales de Justin Hawkins. El tema me recuerda un montón al «Auf Wiedershen» de los Cheap Trick; vamos a ver, no digo que sea una copia, pero si  lleva ese mismo rollo…es un temazo ¡Me encanta!

Cuando terminé de escuchar «Open Fire» (segundo tema del disco), me volví a llevar la misma impresión. ¡Vaya¡ Otro tema que suena a Cheap Trick ¡Que suerte la mía! Y repito, no es que The Darkness copien a los americanos, pasa que estas canciones  (al menos las dos primeras) suenan tan divertidas y originales como lo hacían las de la banda de Rick Nielsen y Robin Zander hace 35 años.

El que tiene miga es el tema que titula el album, «Last Of Our Kind» va a la caza de las virtudes de las grandes canciones de cuando el Rock reinaba hace cuarenta años. Acordes, riffs, solos, melodías que Boston o Fletwood Mac fabricaban para taladrarte la cabeza, son llevadas a su campo de juego por los ingleses, que te convenzan o no ya es cosa tuya…

Por supuesto que es un tema grandilocuente, es difícil encontrar un tema de los Darkness que no lo sea. Si con una taza no te alcanza, que sean dos. «Wheels On The Machine» y sobretodo «Mighty Wings» mostrarán sin tapujos lo que los ingleses son desde sus comienzos, un grupo que lleva hasta el paroxismo su adoración por bandas como Queen. Ahí reside el pecado que unos adoran y la penitencia para el que no comulgue con sus ruedas de molino.

En cuanto al Rock más directo, donde Justin Hawkins está más comedido, me quedo con «Roaring Waters» y «Mudslide», un par de temas de Hard Rock efectivo al cien por cien, con unos riffs que beben de lo clásico, sin complicaciones y sin contemplaciones; dos buenos temas que secarían el cerebro ahora mismo a Angus Young si fuese capaz de componerlos.

El disco del bebé viajero también nos deja en su segunda parte un tema pop que puede llegar a incomodar un pelín («Sarah o Sarah») si no te lo tomas como un cameo a los Thin Lizzy, y un tema final cantado por el bajista de la banda Frankie Poullain. «Conquerors» es un remate inapelable del disco; pomposo, hinchado al máximo, el final soñado por Hawkins para un disco de su banda.

Fourmyles de Ceres
El Blog de Caído

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