RIVERSIDE – Love, Fear And The Time Machine (2015)

Particularmente, me alegro por Riverside. Una banda polaca, un país no precisamente popular por su amplio espectro rockero. Que comenzó de manera un tanto indefinida. Algunos nos sabían si meterlos en el saco del metal europeo. Otros, como un mero sucedáneo de Porcupine Tree, por aquello de las atmósferas post-prog. En fín, que no lo han tenido fácil precisamente para ubicarse y tener el éxito del que actualmente gozan.

 Tuvieron su punto de inflexión con “Anno Domini High Definition”, que los asentó como uno de los pilares del progresivo europeo y, al mismo tiempo, los alejó de ese deje metalero que se advertía en sus primeros trabajos. Y la consagración les vino con su siguiente disco, “Shrine Of New Generation Slaves”, un disco soberbio, con muchas influencias del mejor prog y, por qué no decirlo, el mejor hard rock setentas.  Y su líder, Mariusz Duda, pasando ya a ser uno de los músicos punteros de este movimiento, colaborando con alguna de sus principales referencias, como Steven Wilson.

Así que este nuevo trabajo, “Love, Fear And The Time Machine”, algunos lo esperábamos como una reválida, una afirmación del buen camino iniciado hace ya un tiempo. Y señores, no estamos defraudados para nada.

Me atrevería a decir que este nuevo disco no sigue, para nada, el sendero del anterior. No se aprecian tanto esas partes hard-rockeras que dominaban “Shrine…”. Los temas son más accesibles, con concesiones incluso al pop, como en “Addicted”.

Encontraremos canciones de auténtico manual prog, como la fantástica “Caterpillar And The Barbed Wire”, uno de los mejores temas del disco, con un Michal Lapaj absolutamente desatado al final, con océanos de teclados que harán las delicias de los más atmosféricos. Sintetizadores, Hammonds, etc. Una auténtica delicatessen.

Intimismo, también. De ese que tanto le gusta a Duda, como en “Afloat”. Y acústicas, deliciosas acústicas en “Towards The Blue Horizon”. Aunque he de mencionar aparte, en este sentido, la auténtica maravilla de este disco, que no es otra que la impresionante “Time Travellers”, una hemorragia de melancolía con un final de pelos como escarpias. Acústicas, atmósferas, coros… lo tiene todo. Y, líricamente, una reivindicación de que, quizá, tiempos pasados si que fueron mejores.

Estos chicos se han venido ya muy arriba, y se atreven ya con composiciones complicadas, de cierto exhibicionismo instrumental, como podremos apreciar en “Saturate Me”. No seré yo quien les censure ésto.  Otro tema de manual prog.

Me gustaría mencionar, también aparte, el gran trabajo de su guitarrista, Piotr Grudzinski, aportando riffs eficaces y unos solos de gran clase.

Quizá estemos ante el mejor trabajo de esta gente, porque el disco se te pega a la cabeza a medida que le vas dando escuchas. Reconocible el estilo Riverside, pero dentro de otros parámetros. Y creo que va a ser uno de los candidatos a disco prog del año, con permiso del Sr. Wilson y alguno más, que seguro que contemplan con satisfacción como alumnos aventajados, como Riverside, se acercan rápidamente a estatus mucho más merecidos de los que han tenido hasta ahora.

Ritchie Moreno