RAY ALDER – What The Water Wants (2019) Review

Estamos ante un trabajo muy personal, de los que conectan con los sentidos y las emociones desde la primera escucha. El actual vocalista de Fates Warning, publica el primer disco en solitario de su carrera y aunque tiene reminiscencias a la época de “Inside Out” o “A Pleasant Shade Of Gray” de su banda madre, y algún ligero eco a los Queensrÿche del “Rage For Order” o “Promised Land”, va a sorprender totalmente a quienes esperen un álbum de metal progresivo al uso. Incluso que lo edite el sello Inside Out, da que pensar que lo que vamos a encontrar en sus surcos va a tener la etiqueta prog, y hay que decir que técnicamente se aleja bastante de esa premisa. En sí, es un trabajo bastante ecléctico y difícil de clasificar, que roba un poco del rock, otro poco del hard rock, tiene algo de rock melódico, una pizca de metal, y todo ello arropando de manera encomiable a quien ostenta el protagonismo de todo esto, que no es otro que Ray Alder y su cálida e impecable voz.

Para esta obra, se ha hecho acompañar de dos excelentes guitarristas, que han colaborado en las tareas de composición y de grabación. Estos han sido Tony Hernando (Lords Of Black, Restless Spirits), al que supongo que no hace falta presentar, pues es uno de los intérpretes y compositores con más proyección de nuestro país, y Mike Abdow, compañero de Ray en las giras con Fates Warning, completando la dupla de guitarras junto al carismático Jim Matheos. Debo decir que Abdow ha sido todo un descubrimiento para mí, tanto como autor, como en su buen gusto a las seis cuerdas. Ambos han grabado también las partes de bajo en sus respectivos temas, por lo que su impronta en ellos es inequívoca. La batería ha corrido a cargo de Craig Anderson, que ha hecho una labor igualmente impresionante.

Claramente hay dos vertientes bien diferenciadas en cuanto al sonido del disco. Los tres temas compuestos con Hernando, son los que atesoran un mayor dinamismo y garra. “Shine” es el primero de ellos, donde destaca un excelente riff muy técnico que va marcando de manera sinuosa el lienzo donde van impresas todas las partes del corte, proporcionándoles un realce espectacular. El siguiente sería “A Beautiful Lie”, toda una descarga de buen metal melódico, mucho más directo, con unas melodías muy logradas y un solo magnífico. El último tema de este trío es “Wait”, quizá el más potente, gracias a unas guitarras bastante más pesadas y actuales, que contrastan con el sencillo y pegadizo estribillo. Aquí Hernando nos obsequia de nuevo con un extraordinario solo con un manejo impecable del shredding.

El resto de temas, que son los compuestos por Abdow, discurren por aguas mucho más tranquilas y en los que el atractivo principal son las melodías y la emotividad que transmiten. “Lost” tiene esos toques Queensrÿche en las guitarras, que mencionaba al principio. Avanza lento y sigiloso, hasta que estalla en el estribillo, donde Alder toma el protagonismo absoluto, y parece como si dialogase consigo mismo. “Crown Of Thorns” suena moderna, con mucho estilismo pop y un toque funk en el bajo, que envuelven a la perfección la aterciopelada voz de Ray. “Some Days” continúa la tónica de melancolía de los dos cortes anteriores, transitando suave y con gran delicadeza, entre las notas de energía contenida que marca en bajo, hasta el estribillo que casi parece un llanto reprimido. “The Road” es la culminación de ese pesar que impregna la orilla gris de todo el trabajo, una pieza que desborda desolación y tristeza por todos sus poros y que nos pone los pelos de punta sobre todo en el bellísimo solo a lo David Gilmour que se marca Abdow. “What The Water Wanted” tiene más dinamismo, y mostraría la cara más enérgica de los temas escritos por Mike. Aun así sería encuadrable dentro de un rock melódico, de corte oscuro y moderno. “The Killing Floor” sería el épico final. Un tema a medio tiempo de gran intensidad, con unas guitarras algo más complejas y muy presentes, con un vibrante solo como punto álgido, y en el que Alder brilla especialmente.

Quiero destacar la sobria y bella portada, creada por la esposa de Ray, que recoge con bastante fidelidad la turbación y esa paleta de diferentes sensaciones de desconsuelo que refleja el disco.

En definitiva, una obra que me ha sorprendido enormemente por su gran calidad, donde Alder, demuestra que es un gran artista muy a tener en cuenta en sus futuras entregas en solitario. Aunque no se sumerge de lleno en el rock/metal progresivo, tiene la suficiente sensibilidad y complejidad técnica y estilística para poder complacer a los seguidores de esos géneros, así como a los amantes del hard rock melódico y del metal en general. En esta época otoñal, donde los colores de la naturaleza se van apagando, y se van tornando oscuros y grises, no creo que pueda haber mejor banda sonora para esas largas tardes lluviosas, que este preciosista y melancólico trabajo.


RATE/NOTA:
8,5

Enrique Gallardo