NIGHT RANGER: HIGH ROAD (Frontiers 2014)

A diferencia de otros grupos que en los ochenta fueron grandes y que hoy en día se limitan a hacer conciertos de grandes éxitos, Night Ranger son de los que se siguen liando la manta a la cabeza y se meten en el estudio para ofrecer temas nuevos intentando conservar la esencia del sonido que un día les hizo grandes.

 

Y aquí los tenemos de nuevo, tres años después de la publicación del estimable “Somewhere in California”, con nuevo disco bajo el brazo que desde luego no le anda a la zaga.
“High road” es todo (o casi, que hay puristas muy exigentes) lo que un fan puede esperar a estas alturas. El tema título es de esos de estribillo contagioso, lleno de vida, de ponerte una sonrisa en la cara en uno de tus peores días, y además cuando Gillis hace acto de presencia con su inconfundible sonido a la hora del solo, te hace sentir que el tiempo no ha pasado por ellos. Algo parecido, pero con menos inspiración, pasa con “Knock, knock, never stop” en el que la diferencia la marcan Blades y Keagy compartiendo y doblando las voces.
Y ya que mencionamos a Keagy, su primera aparición vocal en solitario viene de la mano de uno de los mejores temas de este disco, la magnífica “Don’t live here anymore”, una balada llena de fuerza, cuya parte inicial tiene un cierto sabor al rock setentero pero que no renuncia a tener también un toque actual más parecido al segundo disco de Keagy en solitario. El teclista Erik Levy se marca un buen solo de Hammond y Gillis y Hoekstra hacen lo propio con su duelo de guitarras.
“I’m coming home” es otro ejercicio de rock melódico que parece haber quedado sólo al alcance de los veteranos. Ese coro que le hace Blades a Keagy y las guitarras dobladas de Gillis & Hoekstra no tienen precio (ni rival).
Volviendo a terrenos más melosos, la otra gran balada del disco, “Only for you only”, vuelve a hacernos viajar a los ochenta y, con ese piano inicial, inevitablemente recordar “Sister Christian”, pero unos sutiles arreglos de acústica que lo acompañan marcan una diferencia y Gillis vuelve a dejarnos un bonito solo. Desde luego la desenvoltura y maestría de los Ranger a la hora de firmar este tipo de temas no tiene rival. Pero también rockean con fuerza, como en “St.Bartholomew” cuyas filigranas iniciales conducen a un riff potente y otra vez tenemos al dúo Gillis/Hoekstra doblando sus partes durante el solo.
La nota curiosa y diferente la pone “Brothers”, que parece que un tema que podría haber entrado tranquilamente en el que fuera debut de Shaw/Blades, con un sabor muy de rock americano semiacústico como el que ofrecía aquel disco y un final para corear redondeado con unos arreglos de pianola de Levy muy acertados.
Desde luego si Night Ranger van a seguir ofreciéndonos trabajos de esta categoría aunque sea cada tres o cuatro años, bienvenidos sean. Quedan pocos clásicos y menos todavía con ganas de seguir dando guerra en estudio.
Albytor