Miles Nielsen & The Rusted Hearts – Heavy Metal (2016)

Miles Nielsen. Nielsen. Ese apellido resulta familiar. Venir de la familia de una de las figuras imprescindibles del power pop, Rick Nielsen, es una responsabilidad no pequeña a la hora de encarar un proyecto propio, y las dudas sobre lo que saldrá de éste, infundadas o no, son comprensibles. Nielsen hijo ha seguido camino propio, y cualquier parecido con su parentesco es pura coincidencia.

Apoyado en una banda de guitarras acústicas, un poco de electricidad y el aire fresco de la música country -o sea, lo que hoy llamamos americana-, este disco titulado Heavy Metal es todo lo que su título no señala: no es metal, ni es pesado. Ligero como una pluma, el nuevo trabajo de Miles y sus corazones roñosos tiene la alegría melancólica del género, canalizada desde la garganta de Miles, un vocalista muy limitado pero que transmite lo suficiente como para creerte lo que estás escuchando. Para cantar “I want you”, Dylan jamás necesitó tomar clases de canto.

Agradable, fácil de escuchar, pegajoso en algunos momentos como en la canción que titula y arranca el álbum, “Heavy Metal” es un álbum al que se le nota el mimo que se le ha puesto en la composición y en la producción. Una sencillez bien entendida en la que los detalles se cuentan por decenas hasta perder la cuenta, un lick aquí, unos coros allá, una tercera o cuarta guitarra imperceptible sin auriculares.

Nielsen se ha recorrido el “american songbook” con esmero, captando el espíritu de los viejos nombres a la vez que empapela de nuevo las paredes con un nuevo color, más moderno, más ecléctico, sin miedo a combinar baterías analógicas con golpes digitales o ritmos aparentemente opuestos. Por eso, casi ningún tema en “Heavy Metal” resulta plomizo: cuando crees tener las claves de la canción, como en “Honey bee”, un nuevo giro argumental, unos arreglos de oboe o de trompeta te despistan y te obligan a retomar la atención. 

Rozando con las yemas de los dedos ese fango monocromo de indie que todo lo mancha, Heavy Metal supera la tentación de estancarse en ese rollo feel-good de película amable, y logra ofrecer un disco de americana mucho más emparentado con The Jayhawks que con nada que lleve el prefijo “indie”. Si canciones como “Strangers” o “Is this life” no encajarían en un disco de Louris, Olson y compañía, no sabemos qué lo haría. 

“Heavy Metal” es un disco de digestión rápida que tiene en su entretenimiento el mayor parecido con la familia que da nombre al proyecto. Ahí terminan las comparaciones. Miles Nielsen and the Rusted Hearts han publicado un álbum artesanal, ligero pero no veloz, para escuchar con tranquilidad y reparar en los detalles, que gusta más cuanto más lo escuchas.