MAX NAVARRO – Somewhere South of Heaven (2016)

Cuando escuché por primera vez hablar de él, Max Navarro acababa de publicar su tercer disco, Hard Times. Se trataba de un trabajo al que le sobraban las buenas ideas pero le faltaban una ejecución potente y una banda que llevase las composiciones hasta otra dimensión.

Con Somewhere South of Heaven, Max Navarro ha conseguido tapar esos agujeros que quedaron en su camino, definiendo un sonido que sigue la estela de Bruce Springsteen o lo más nuevo de Bon Jovi. O sea, un rock ligero con muchas melodías y estribillos que aspiran a estar en muchas gargantas al mismo tiempo. Tarea ardua para un tipo casi desconocido, a pesar de haber publicado ya tres trabajos. La progresión se nota, y se puede asegurar que este lanzamiento es el mejor de su escueta discografía.

Los coros con los que abre «Nine Flares» dejan claro desde el comienzo la voluntad de este trabajo: mejor y más grande. Parece que se hubiera cansado de los preámbulos, y estuviera dispuesto a echar el resto en este trabajo, que ya pocos esperábamos. Las guitarras han ganado músculo, la voz de Navarro ha acumulado rabia, y la sensación de estar escuchando a una banda al completo hace de éste un trabajo mucho más disfrutable. A lo largo de nueve canciones que se pasan volando, priman las guitarras, a veces más rockeras y otras más templadas, y varias capas de melodía conseguidas con una producción que da predominancia a la reverberación y a la voz, rasgada pero dulce, del líder italiano. Un equilibrio amable, que no siempre consigue el mejor efecto. Así, un tema como «Sick Sentimental Love» promete una caña que luego sólo sirve a medias, si bien otros como la excelente «Hollywood» y «Stay» vuelven a elevar las expectativas. Entre medias, un tema buenrollero como «Saturday night», que se ventila en minuto y medio pero que sirve para refrescar la intensidad que reviste el resto del trabajo. Cierra el disco una balada, de lo mejor de un disco que nunca termina de rebajar las revoluciones hasta este último corte, de instrumentación preciosista y coros abundantes.

Lamentablemente, esta clase de rock, que evoca autopistas y vidas furtivas desde la portada, tiene también sus riesgos: como una cerveza sin gas, te la puedes beber de trago y te refresca sólo a medias. Entretiene, puede agarrarte fuerte si reparas en letras que aspiran a ser algo más que un decorado para la música, pero también tiene muchas papeletas para ser olvidado después de unas pocas escuchas. Lo accesible de la propuesta puede que sea también lo que hace que estas canciones no sobresalgan de entre los miles de títulos con los que compite por un hueco en nuestros oídos.

No salvará el rock, y es posible que ni siquiera salve la carrera de Max Navarro, que suda cada euro que entra en su cuenta. Si su anterior Hard Times estuvo cerca de no ser publicado, Somewhere South of Heaven parece ser otro esfuerzo por ganarse la vida con lo que Navarro mejor sabe hacer. Las canciones las tiene, talento no le falta, pero puede que eso no sea suficiente.