LOQUILLO – Crónica Cultura Inquieta Festival

LOQUILLO
Cultura inquieta, Getafe 07/07/2018
Crónica y fotos: Raúl Blanco

La última jornada del festival Cultura Inquieta en este 2018 nos traía la única fecha de Loquillo en la capital en su gira de presentación del nuevo recopilatorio que recoge lo mejor de la carrera del cantante catalán en sus 40 años de carretera llamado “Rock and Roll actitud”. Pero antes de meternos en harina para contaros lo que dio de sí la noche no quiero dejar pasar la oportunidad de dar mi más sincera enhorabuena a los organizadores del evento, incluida la gente e seguridad y accesos, por el exquisito trato brindado a todos los asistentes, un trabajo brillante realizado desde la profesionalidad con cariño y respeto, sobresaliente.

 

 

Ahora sí, que la tarde noche fue larga y daba comienzo con la descarga de Desvariados. Afortunadamente están proliferando muchos grupos de rock nacional de corte clásico, sin florituras ni virtuosismos extraños, diversión y efectividad basada en riffs clásicos y letras en las que nos cuentan historias de la vida cotidiana. No conocía mucho a Desvariados pero me ganaron por simpatía y buen hacer sobre el escenario, y puedo asegurar que no fui al único que le sucedió eso. Su actuación de cuarenta y cinco minutos se me antojo incluso corta, “La chica de Dylan”, “Escúpeme”, “Mama, me quiere matar” o la versión de los Ronaldo del clásico “Adiós papá” fueron algunos de los temas que sonaron, fantásticamente bien por cierto. Estamos ante una banda muy interesante, os recomiendo que les peguéis una escucha.

 

 

Turno para Nat Simons, que sinceramente la vi un poco fuera de lugar en el cartel, y además, también mal ubicada porque si todavía hubieran abierto la noche se hubiera sentido menos la diferencia de estilo con sus compañeros de la noche pero después del rock de Desvariados y esperando más Rock su estilo no encajaba del todo bien. A pesar de ello, nada que reprochar a su actuación, hicieron su show e intentaron meter a la gente en ambiente aunque para ser sinceros y a tenor de la reacción del respetable fue con división de opiniones, utilizando un símil taurino. El momento de mayor reconocimiento en su actuación, la versión de Tom Petty de “Learning to fly”.

 

 

Momento del plato fuerte de la noche, el Sr. José María Sanz Beltrán, alias Loquillo, llenaba el escenario con su sola presencia y la “Rock and Roll actitud” que era toda una declaración de intenciones de lo que veríamos esa noche. El recinto estaba prácticamente lleno y no habían bastado más de cinco minutos para que se viniera abajo, o se tiene o no se tiene estrella y no voy a ser yo ahora, ni muchísimo menos, el que os diga que este tipo la tiene, es un autentico animal de escenario, de esos que con su simple presencia intimidan hasta los vendedores de perritos calientes de las casetas.

 

 

El pájaro loco que colgaba del centro del escenario era fiel testigo de lo que estaba sucediendo, Loquillo lleva tras de sí un auténtico ejercito de fieles seguidores que claramente jamás le van a dejar en la estacada y que además van metiendo el gusanillo en el cuerpo a sus descendientes en la línea sucesoria de cada familia, es precioso, te pone la carne de gallina ver a chavales de entre 10 y 15 años cantando junto a sus padres “El Rompeolas” a pleno pulmón. Y es que ese es otro de los puntos fuertes de este festival, que es muy familiar, se veían muchos niños ya que tienen la entrada gratuita y hay actividades para ellas al igual que sucede en el Garaje Festival.

 

 

El Loco iba repasando todos sus himnos sin prácticamente pausa, no es de mucho hablar sobre el escenario, deja que sea el rock and roll el que hable por él. A tenor por algunos comentarios el sonido tenia más o menos calidad dependiendo de la zona en la que estuvieras, yo os puedo decir que desde mi posición en el centro muy cerca de la mesa el sonido era muy bueno. Os estoy hablando de Loquillo pero sinceramente podría decir que es una banda, esto va más allá del solista, hay una comunión y se respira un ambiente sobre el escenario que es muy fácil de apreciar desde abajo y eso repercute muy positivamente en el espectáculo.

 

 

A pesar de que la gente no quería irse tras poco más de dos horas el concierto llegaba a su fin y con él esta edición del festival, puedo aseguraros que nadie se quedó sin escuchar ese tema que iban buscando oír, el mío era “Feo, fuerte y formal” y sonó llegando ya al final del show. Tendremos que esperar al año que viene para volver a ver en la capital a Loquillo con su gira que celebra esos 40 años de trayectoria, algo que sin duda volverá a ser un gran éxito de público y que yo os invito a que si no habéis tenido la oportunidad de disfrutar de uno de sus conciertos, cualquiera que sea el motivo, os animéis a hacerlo porque no os vais a arrepentir. Lo del Loco en Getafe fue una locura que no deberíais haberos perdido.