JETBONE – Magical Ride (2016)

Se llaman Jetbone, y que provengan de Suecia es tanto una anécdota como un dato que se intuye informativo. Primitivos, pero no toscos. Sencillos, pero no simples. Divertidos, pero…NO. No hay peros. Jetbone son inexcusadamente divertidos, como un carrusel en mitad del parque de atracciones. Tus deseos de pasar un buen rato son sus órdenes a la hora de agarrar las guitarras y el micro. 

Apelando al imaginario de los viejos LPs en cuyos cartones desgastados se quedaba la marca circular de su contenido (además de la foto desencajada, un antiguo “33rpm” adorna la portada), Jetbone ha nacido para unirse a la fiesta sobre las tablas. Sin conservantes ni aditivos, directos y poco meditados, los cinco tipos de este combo con la mirada en el pasado ha facturado un disco (el segundo) envidiablemente fácil de digerir, sabroso y variado, lo suficientemente retro como para provocar el cosquilleo de quienes viven anclados en el pasado sin resultar apolillados. 

El paseo mágico de Jetbone es reconocible, no hay caminos intransitados, pero sí una revisión luminosa de calles viejas. Las de los Rolling Stones, los Faces, los Diamond Dogs o los Quireboys. ¿Sólo rock and roll? No. Mucho funk y soul, tanto a través de los coloridos teclados como a través de coristas que atan hasta el último de los cabos que pudieran quedar sueltos.  Su cometido no es el de innovar, sino el de meter más bulto en un género en el que siempre es bienvenida nueva música. Al fin y al cabo, la cosa es divertirse, y Jetbone proporcionan mucha diversión. Sea con sus riffs de rock and roll, con sus patrones de boogie, o con esa pandereta de constante chk-chk-chk que obliga a despertar músculos. 

Habrá quien se pregunte, ¿por qué conformarse con la copia? En Magical Ride se pueden encontrar once buenas razones. Desde la apertura descaradamente animada de “C’mon” hasta el cierre con la canción que titula el álbum, el álbum de Jetbone recoge lo mejor de cada casa, lo pasa por una batidora modernizada, y lo escupe en forma de singles en potencia. Un breve repaso de los títulos da una idea de las escenas urbanas y nocturnas a las que Jetbone quiere transportarte: la cañera “Working hard for your money”, la soberbia y souly “Everybody needs somebody to love” o la intensa “Woman” (atención a su in crescendo en el que vientos y slide se entrelazan) se explican a sí mismas. No saturarán las radios pero pueden prender fuego a las salas más frías de la ciudad. 

Cuando dicen que los viejos rockeros nunca mueren, mienten. Jagger y Richards también se irán. Lo que no se va es ese soniquete que etiquetamos genéricamente como rock and roll, y que se reproduce en nuevas bandas como ésta. Deja el cerebro en la puerta y ponte la chaqueta de cuero. Trae zapatos adecuados. El alcohol es bienvenido, pero no necesario para abandonarse al baile sin fin. Jetbone llegarán a tu ciudad, y lo mejor es que te pillen bien preparado.