HORISONT: Crónica (28/02/2014)

HORISONT + Twin Wolf
Sala LeBukowski (Donostia), 28 de febrero de 2014
Texto y fotos: Julen Figueras

Un poco por el estilo de música, y un poco por encontrarnos en pleno carnaval, la sala Le Bukowski estaba preparada el pasado viernes para un noche de fiesta satánica. Al final, la cosa no llegó a tanto, pero Horisont dieron un concierto conciso, intenso y muy potente ante un público entregadísimo.

Para quien no los conozca, Horisont es una banda sueca que ha ido de forma lenta pero segura haciéndose un hueco entre esas decenas (centenares) de bandas que vuelven a los setenta en busca de sonidos que siguen enganchando a las “masas rockeras”. Sin contar con el renombre de Graveyard, nadie puede negar a esta banda el trabajo duro y bien hecho. Prueba de ello es que, tras haber pasado por el Azkena Rock Festival el pasado junio, no han hecho falta más que unos pocos meses para que la banda se embarcase en una gira por toda la península (y lo de “embarcarse” es un decir, porque se la han recorrido en furgoneta: hasta eso lo hacen como en los viejos tiempos).

Sorprendentemente para más de uno, el quinteto de Goteborg, que viene presentando nuevo disco, ha cosechado éxitos en casi todas las salas en las que han tocado, con muy buena entrada y con algún sold-out incluido. Lo que vimos en Donosti el pasado viernes no es sino un ejemplo de lo que tuviste suerte de ver o la desgracia de perdértelo.

2  3

Los vasco-catalanes Twin Wolf fueron los encargados de calentar la noche, pero “muy rápido”, porque los vecinos se habían quejado la noche antes, y había que terminar el concierto a eso de las diez de la noche. Aunque supieron entretener durante unos cuarenta minutos, y a pesar de los numerosos problemas técnicos (una voz que casi ni se oía, el bombo de la batería que no estaba bien fijado), su stoner, metal y rock no llegó a pasar de una inofensiva reedición de sonidos “sabbath”, hasta el punto de creer, versionaban “War Pigs” cuando se trataba en realidad de un tema propio. Con todo, en la medida en que vayan depurando su sonido, pueden que lleguen a ofrecer cosas interesantes.

5 10

Antes de que dieran las nueve empezó lo bueno de la noche: HORISONT salieron a por todas desde el primer segundo, con la potente “She Cried Wolf”, aunque los problemas con el micrófono siguieron presentes hasta el segundo tema, la siempre presente “Unseen”, de su debut “Två Sidor Av Horisonten”, que pasó en su momento completamente desapercibido.

La Sala LeBukowski no es una sala muy grande, quizá tenga aforo para unas doscientas personas. El escenario tampoco es gran cosa: lo justo para unos amplis, la batería, y unos pocos músicos tocando de pie. Sin embargo, con unos juegos de luz bien utilizados, y con ese techo como-de-cueva, la banda parecía estar tocando en el lugar más apropiado. Grandes temas como “On the Run” on “Second Assault” sonaron perfectos, asombrosamente nítidos, y la respuesta del público fue de menos a más: una sala casi llena muy metida en la suciedad y oscuridad de unos temas que ganan sobre las tablas. En medio de todo, un medley con el rock and roll de “Big Fat Mamma” de Status Quo ayudó a poner la sala patas arriba.

7 4

El quinteto sabe manejar las intensidades y crear atmósferas que sólo toman cuerpo en lugares como éste: “Crusaders of Death” nos arrastró desde los tonos más sinuosos hasta los duelos de guitarras, los redobles enloquecidos y un in crescendo al más puro estilo “Child in Time”. Leído no tiene el mismo efecto, os lo aseguro.

Aunque el concierto fue corto (una hora y poco), dio tiempo para trece canciones y muy pocas paradas. Tiempo suficiente para dejarnos satisfechos (aunque, todo sea dicho, después de recorrer tantos kilómetros, ¿por qué no unos pocos temas más?). Horisont están en un momento en el que aceptarán lo que les echen: salas, festivales, o un tablao. No importa: las ganas de tocar y vivir de su música está primero. Y esas ganas las transmitieron con creces el pasado viernes. Un concierto de hard rock y heavy metal de los que no esperabas pero que te alegran el mes. Cuando vuelvan, les estaremos esperando.

Julen Figueras

Más fotos: