FRONTIERS ROCK FESTIVAL 2017 – Crónica (29/04/2017)

FRONTIERS ROCK FESTIVAL 2017
Live Club, Trezzo sull’Adda (Italia), 29-30 Abril 2017
Crónica y fotos: Luis Catediano

La cuarta edición del Frontiers Rock Festival 2017 se presentó a mediados del pasado mes de diciembre. El cartel que se desveló causó muy buenas sensaciones y un gran apetito de música entre los seguidores del rock más melódico. Muchos de los grupos que se anunciaron entonces podrían ser individualmente motivo suficiente como para preparar una excursión de cientos de kilómetros. Si esto es algo que se supone posible para los fans, no es de extrañar que las distancias se asimilen mejor si se suman todos los grupos y se colocan juntos en dos noches (tres con el show acústico). También el hecho de estar fechado, con mucha inteligencia, en un puente hace que el “esfuerzo” sea menor y que la intensidad de esos días de música se esperen con un deseo casi prohibido.

El sábado 29 de Abril se presentaba desde bien pronto de la mañana como algo memorable y para recordar por siempre. Una bonita y soleada mañana en la Lombardía y las ganas de reencontrarse con amigos internacionales que con esto del Facebook son, en algunos casos, amigos más allá de una foto de perfil. El fin de semana estaba listo para comenzar con el primero de los dos día del Frontiers Rock Festival 2017. El ambiente alrededor de la sala Live Club, enclavada en la localidad de Trezzo sull’Adda, era perfecto para acoger este gran evento y los seguidores que empezaban a poblar la zona no eran más que la confirmación de ello. Diferentes nacionalidades unidas por un mismo y único sentimiento de amor por la música para un fin de semana de rock y amigos en un entorno que genera el idóneo ambiente para el disfrute.

Sábado 29-04-2017

A las 14:30 h la fila para entrar al Live Club era síntoma de que la afluencia de público iba a ser mejor que la del año pasado. Efectivamente dentro de la sala había espacios pero ya se vislumbraba que íbamos a estar unos cuantos cientos de locos por el rock melódico. Dentro de la sala y nada más entrar, el merchandising. Esa zona donde se aloja y vive el demonio vestido con camisetas del sello italiano que estaba listo para pinchar a todos los que accedíamos al recinto. Abarrotado de gente, el sitio tenía principalmente cds y camisetas. Los fans haciendo acopio de música como si fuese a ocurrir una catástrofe y decidiendo si comprar la copia de éste o del otro grupo. Todo bien organizado para que los fans gastasen a gusto y convencidos ese dinero que habitualmente no llega a las tiendas de discos. Buen negocio el que tiene montado el Sheriff Perugino, sí señor. Además de la zona comentada, la sala tiene una hermosa barra donde al precio de 5€ puedes tomarte una cerveza. En el exterior del recinto existe una zona al aire libre bien preparada para buscar el descanso entre conciertos. Por este área es habitual encontrarse con esos amigos que he comentado antes además de con los músicos del festival.

Vamos a entrar en materia de lo que fueron las actuaciones de las diferentes bandas.

PALACE

Era la oportunidad para los suecos de mostrar lo que el grupo había dejado registrado hace unos meses en su disco de debut titulado “Master of the universe”. Tomaron el escenario con emoción y con muchas ganas. Allí estaban Michael Palace a la voz, Rick Digorio a la guitarra, Marcus Johansson a la batería y Soufian Ma’Aoui al bajo. Una formación muy joven pero que ha tocado, pese a su juventud, en muchos discos y con diferentes grupos, y a la cual me apetecía mucho ver y escuchar ya que su disco me parece de lo mejor que he oído en AOR recientemente.

 

Comenzaron con “Master of the Universe” y “Cool Runnin’”. Buen sonido y a un buen volumen para hacer que el conjunto estuviese en su sitio. Una breve parada para tomar respiro y continuar con “Matter in Hand”, “Path to Light” y “Man Behind the Gun”. Hasta este momento la voz de Michael Palace se había comportado pero fue a partir del tema “Part of Me” cuando éste se vio incapacitado para alcanzar esas tonalidades más altas cuando comienza la parte que lleva al estribillo. Una lástima porque esto tiró por tierra la gran sensación que el grupo me había causado con el alto nivel de su disco. Terminaron con “No Exit” y con la sensación de haber corrido un sprint al que habían llegado sin apenas respiración.

ONE DESIRE

Los finlandeses son una banda que ha cosechado muchos seguidores por su enorme disco de presentación, que se ha situado dentro de las preferencias de un amplio público. El grupo está girando por Europa como teloneros de Eclipse y a buen seguro que esta experiencia les está dando mucha confianza. Los cinco músicos se presentaron ante nosotros con buenas maneras, con un sonido realmente cuidado y aportando frescura con un conjunto de temas que suenan compactos y muy variados.

 

Al mando de One Desire el guitarra y cantante André Linman. En la guitarra principal Jimmy Westerlund y Ossi Sivula en las baquetas. El puesto de bajista es para Jonas Kuhlberg. Las teclas estaban siendo tocadas por Antti Roslander. La existencia del teclista en el escenario fue de agradecer para que la música sea creíble en toda su magnitud tal y como lo es en el disco. La puesta en escena fue muy profesional y la calidad en la interpretación de las canciones muy fieles a lo que han dejado grabado.

 

Comenzaron con “Hurt” y sin pausa enlazaron con “Turn Back Time”. Con muchas ganas y profesionalidad siguieron con otro temazo de su disco. Así sonó “Apologize” para continuar con “Love Injection”. André Linman era un gran capitán de viaje y su colega Jimmy Westerlund el perfecto compañero que todo lo cubre. Buenas guitarras y mejores coros. El grupo compacto, con un buen batería y un potente bajista que no paraba de moverse y dar un toque duro a un grupo que sabe conjugar muy bien lo heavy con lo melódico. La muy buena actuación siguió con “This Is Where the Heartbreak Begins” y con la que considero la mejor de sus canciones, “Whenever I’m Dreaming”. Para terminar su show eligieron un tema de Sturm und Drang (la banda de André Linman) titulado “Buried Alive” con el que se terminaron de ganar al numeroso público que iba llenando el Live Club.

CRAZY LIXX

Es muy cierto que este grupo me mata. Sufro una atracción hacia su música que hace que les tenga en una gran consideración. Su entrega y ganas en el escenario son más que conocidas por cualquiera que siga a la banda y tienen ese punto rockero de principio de los ochenta con un aspecto tal cual son ellos. Jóvenes y sobradamente preparados.

Con puntualidad subieron los cinco suecos para dar ritmo a una audiencia que había quedado muy contenta con One Desire. Nada que temer puesto que sobre el escenario estaban Crazy Lixx con Danny Rexon al micrófono, con los nuevos guitarras Chrisse Olsson y Jens Lundgreny, con el bajista Jens Sjöholm y con el batería Joél Cirera.

 

Su nuevo disco lleva el título de “Ruff Justice” y comienza con el tema “Wild Child”. Pues bien, así, sin concesiones ni especulación alguna, empezaron su concierto. Directos y a por todas. Continuaron con “Blame It on Love”, para seguir con “XIII” y rematar su primera parte del show con “Whiskey Tango Foxtrot”. El sonido de 10. La actitud de los componentes igual, y el público siguiendo los ritmos que Crazy Lixx proponían. La siguiente canción fue, yéndonos a su primer disco, “Girls of the 80’s”, a la que siguió una de las mejores de su último trabajo que es “Walk the Wire”.

 

El concierto subió de temperatura y los Crazy Lixx dieron un impulso más con “Heroes Are Forever” y “Rock and a Hard Place”. Como todo estaba bien controlado y con un gran ambiente, ¿qué mejor que hacer sonar el “Hell Raising Women”?. Éxito asegurado y la audiencia entregada. Para terminar el grupo eligió “21 Til I Die”.

ECLIPSE

La presencia de Eclipse era uno de los platos fuertes de la tarde del sábado. El Frontiers Rock Festival les esperaba para que demostrasen por qué son tan admirados y queridos, por qué tienen el mayor de los respetos posibles cuando alguien habla de ellos, y por qué siempre que se asiste a uno de sus conciertos la sensación es de haber visto algo real y sincero.

Erik Martensson y Magnus Henriksson como líderes a la voz y a la guitarra. El nuevo batería Philip Crusner en el papel de músico eficaz y fuerte y el bajista Magnus Ulfstedt para montar el mecanismo fiable que es Eclipse.

 

Su salida al escenario del Live Club fue rápida y contundente con “Vertigo” y “Never Look Back”. Poderosa puesta en escena de un grupo que está en otro nivel más alto que el de la media aunque ésta sea buena. Eclipse son de otra pasta, poseen cualidades y se encuentran con una preparación tal que dominan cualquier zona del escenario y ponen al público a su merced y control. Esto fue nítidamente claro cuando comenzaron con “The Storm” y continuaron con el éxito “Wake Me Up”. Durante estas primeras cuatro canciones la actividad de Erik Martensson fue frenética y todo un desafío para los fotógrafos que allí estábamos. No paró quieto en ningún momento y las cámaras sufrían para conseguir el enfoque. Erik !!! You won …

 

En la misma línea segura siguieron con varias canciones de su nuevo trabajo “Monumentum”. Así tocaron de seguido “Killing Me”, “Jaded” (con la participación de Michele Luppi) y “Hurt”. Exitazo para la banda sueca. Nos deleitaron con un mix semiacústico de “Wide Open”, “Battlegrounds” y “Downfall of Eden”, y cambiaron de registro con una interpretación genial y extremadamente potente de “Black Rain” para continuar con “Stand On Your Feet”.

 

Aquí Erik Martensson reivindico el valor de su banda diciendo que el rock había tenido sus minutos de gloria en la TV Sueca durante la actuación que Eclipse hicieron al representar a su país en Eurovisión. Las palabras del artista fueron recogidas con acierto y respondidas por los asistentes con un gran aplauso de reconocimiento que sirvió de preámbulo para que el grupo tocase el tema “Runaways”. Después interpretaron “I Don’t Wanna Say I’m Sorry” para con ello dar por cerrada su actuación.

REVOLUTON SAINTS
Esta actuación suponía la primera vez el grupo tocaba en directo y por ello, era el sueño hecho realidad para muchos de los que estábamos presentes en el Frontiers Rock Festival. Este show no era un concierto más, sino que estábamos a muy pocos minutos de asistir a un acontecimiento singular por muchos motivos. Ver en un mismo escenario a Jack Blades, Dean Castronovo y Doug Aldrich era una circunstancia que hasta ahora no había sido posible. Junto a ellos iba a estar un gran Alessandro Del Vechio a los teclados y a los coros. En esta banda todos cantan y lo hacen como los ángeles.

 

Los músicos subieron al escenario sabedores de lo valioso que su concierto era y comenzaron de la mima forma que lo hace el disco, tocando el tema “Back on My Trail”. En este arranque la voz de Castronovo quedó a muy poco volumen y hasta mediada la canción fue imposible oírle. Dentro del escenario Doug Aldrich era el maestro de ceremonias y su Gibson mandaba y marcaba el sonido fuerte del grupo. Jack Blades era un torbellino sonoro cuando tocaba con acordes el bajo para matizar los finales de compás. Sonaron dos temas más, “Turn Back Time” y “Here Forever” y el sonido se asentó y ajustó para quedar muy estable en calidad y volumen. En este punto Castronovo bajó de la batería para tomar la posición de frontman. Fue preguntado por Jack Blades “¿qué sientes al estar ahí solamente con el micro?” “¿te sientes cómo David Corverdale? ¿igual que Robert Plant?”, a lo que el batería y cantante, entre risas de complicidad, dijo que lo sentía como Revolution Saints….Estaba claro que estos músicos tienen tal experiencia que hacen de cualquier comentario un lazo más con el público.

 

En este momento la batería quedó ocupada por Steve Toomey quien ya fue un colaborador habitual de Journey hace años. Con Dean Castronovo liberado de las funciones de batería, el grupo fue directamente a por las melódicas “Locked Out of Paradise” y “Way to the Sun”. Las habilidades de todos ellos estaban quedando más que claras, aunque el rubio guitarra Doug Aldrich nos obsequió con una demostración de las suyas propias en un pequeño solo lleno de calidad que no aburrió al público. Retomaron el concierto con el single “Dream On” y con acierto tocaron “In the Name of the Father (Fernando’s Song) que fue compuesta para homenajear al padre de Serafino Perugino cuando éste falleció.

 

Retomaron con unas versiones como “Love Will Set You Free” de Whitesnake, “Coming Of Age” de Damn Yankees y finalizaron muy arriba con el “Higher Place” de Journey. Fue una brillante y emotiva actuación de Revolution Saints la que pudimos presenciar.

TYKETTO

Otro puntazo del festival era poder ver a unos renovados Tyketto y hacerlo nada más y nada menos que tocando por completo su famoso disco de 1991 “Don’t Come Easy”. Esto era algo único hasta este momento y me da que no habrá oportunidad de poderlo ver y escuchar más. Es lo que tiene ver un Frontiers. Aquí se dan hechos que son singulares y por si mismos hacen que el festival gane mucho más interés.

 

Presentes sobre el escenario estaban el batería Michael Clayton Arbeeny, el guitarra Chris Green, el bajista Chris Childs (Thunder) y el teclista Ged Rylands. La puesta en escena al comenzar fue de súper estrellas. Sobriedad y completar con la sola presencia los más de 150 m2 de tablado. El último en aparecer, con el grupo ya sonando, fue Danny Vaughn, y lo hizo con un control y un dominio propio de lo que él es, un artista de los pies a la cabeza.

 

La primera canción en sonar fue “Don’t Come Easy”, a la que siguió “Sail Away” y más tarde el tema “Strip Me Down”. Brillantes, Tyketto estaban sonando perfectos, limpios y potentes. Todo estaba en su sitio y mucha culpa de ello era lo que el grupo tiene en su base. La batería ideal y el bajista dando una clase magistral de lo que es tocar este instrumento. Continuaron con la rockera “Nothing But Love” y metieron otro ritmo más con “Walk on Fire”, la cual particularmente me elevó hasta un punto de gusto extremo por cómo estaba yendo la actuación.

 

Danny Vaughn estaba pletórico y su garganta no tenía fin. La manera en la que entonaba y mantenía bien fuerte cada frase y golpe de voz era una demostración de supremacía y exquisitez. Las maneras que Chris Green mostraba a la guitarra eran para sentarse a pensar si él es humano. La estética y el estilazo tocando me ganaron para siempre. Cada nota y acorde tenían identidad por sí mismo y cuando la máquina Tyketto los une con el resto de los músicos tenemos un combinado irresistiblemente adorable. Cabe destacar el gran trabajo del teclista Ged Rylands con una labor segura y perfectamente sonorizada.

 

Siguieron dando buena cuenta del “Don’t Come Easy” y tocaron con muy pequeñas pausas “Lay Your Body Down”, “Standing Alone” (emotiva como pocas), “Seasons”, “Burning Down Inside” (tocaron el cielo del Live Club), “Wings” y “Forever Young”. De este modo la banda de Danny Vaughn nos pegó un repaso de los buenos y nos dejó satisfechos por un rato hasta que regresaron con tres canciones más de otros discos. Fueron así y en este orden “Rescue Me”, “Dig in Deep” y “Reach”.

¿Valoración? Los ganadores de la noche para mi gusto.

STEELHEART

Los americanos que tanto coparon las televisiones a principio de los 90 están de vuelta y el Frontiers Rock Festival iba a darles y darnos la oportunidad de poder ver su regreso, aunque fuese solamente con temas de aquella época.

 

Miljenko Matijevic como actor principal, Uros Raskovski a la guitarra, Rev Jones al bajo y Mike Humbert en la batería estaban citados esa noche para ser los responsables de cerrar una jornada de excelente nivel musical.

La salida del grupo fue rompedora con una bajista súper activo y pegando saltos a la vez que golpeaba los trastes de su máquina. La guitarra aplanadora y rugiendo con un sonido enorme y el batería machacador al máximo. ¿Quién faltaba? Pues el más esperado. Era Miljenko Matijevic y todos estábamos mirando por donde iba a aparecer y lo hizo chulo hasta las trancas. Imposible serlo más. Lo hizo mascando un chicle de dos euros largos y con unas gafas negras que daban idea de cómo se las gasta el amigo.

 

Sonidazo con el primer tema que fue “Blood Pollution” al que siguió “Livin’ the Life”“, ambos provenientes de la banda Steel Dragon en la archiconocida película “Rock Star”. Cañonazos al canto con canciones del disco de 1990 cómo “Gimme Gimme” y “Like Never Before”. La presentación fue enérgica con un grupo cómodo. Tanto es que Matijevic se quitó las gafas (no el chicle) y nos mostró sus ojos. Dieron buena cuenta de la canción “Live to Die” del álbum “Wait” de 1996 y rebajaron bastante el ritmo que traían con la calma que provocó la canción “She’s Gone” de su primer disco y que hizo las delicias del personal.

 

Vuelta al estilo que hizo famosa a la banda con el tema “Cabernet” de su disco “Wait” para dar de seguido un respiro a la garganta de Matijevic con una efectivo solo de batería. Aquí fue cuando noté que los asistentes habían ido marchándose de la sala y que los casi un millar de personas se habían reducido seguro a la mitad.

De nuevo un hit más al escenario. Esta vez con “Everybody Loves Eileen” que personalmente me encantó y me hizo retroceder a aquella gran época que todos nosotros vivimos. Bien tocada por el grupo y cantada con mucho gusto por Miljenko Matijevic quien está en muy buenas condiciones de voz. Para ir finalizando tocaron “Rock ‘n’ Roll (I Just Wanna)” y regresaron al escenario con dos bises que fueron “I’ll Never Let You Go” y el exitoso “We All Die Young” también de su disco “Wait”.

 

¿Resumen? Buena actuación de un grupo que con estas canciones se quedó anticuado para los sonidos que actualmente tenemos en otros grupos, pero no por esto voy a decir que fue una actuación mala, aunque un poco obsoleta. Lo contrario para lo sentido con Tyketto, quienes también tienen su primer disco en ese principio de los 90, pero que sin embargo está mucho más vigente.