DANA FUCHS (Crónica 18/7/2013)

SIN  DANA NO HAY PARAÍSO
GETXO (BIZKAIA), 18 DE JULIO
El tiempo, ese juez implacable que da y quita razones, otra vez me ha vuelto a demostrar  que lo mejor  sigue estando por llegar.
La experiencia ,esa forma de conocimiento derivada de la observación, de las vivencias, que inexorablemente nos conduce a la sabiduría y que se deriva más de los errores que de los aciertos , de nuevo nos sigue acumulando agradables sorpresas y nos castiga por esa  vanidad del que cree haberlo vivido todo.

 

Es cierto que cuando uno cree haberse graduado en la universidad de lo inmejorable siempre surge algo sorprendente que deja caduco a lo anterior y lo insólito es que aunque tengas la casi certeza de la imposibilidad que de nuevo vuelva a ocurrir, ¡siempre ocurre!.
Lo vivido en la noche del viernes en el tradicional certamen de Blues en la ilustre villa de Getxo, con una de esas divas totalmente desconocida por estos lares pero con un curriculum que para sí quisieran la mayoría de rockeruchos/as que andan a sus anchas por nuestras vidas, a mi juicio traspasa las barreras de lo exigible y de lo imaginable, y entiendo que tal derroche de virtudes no puede quedar ignorado.

 

Tradicionalmente a la hora de transmitir los hechos en forma de crónica suelo recrearme en infinidad de aspectos, y como el día que dieron en la escuela la lección de «resumir» no asistí por enfermedad, se me suele ir la mano y termina por parecer interminable. No temáis: no va a ser el caso. Habría mucho que decir y poco que callar. Una vocalista que sería capaz de mantener a sus oyentes embelesados cantando la lista de los reyes Godos, o los números de la seguridad social de todos los contribuyentes, merece más recorrido. Pero la intención, puesto que por las sensaciones vividas estoy en deuda, solamente es sumar mi granito de arena para darla a conocer y de esta forma contribuir a que su dimensión popular sea tan grande como su arte.
Desde que tuve conocimiento de su tercer trabajo en estudio publicado este año, me puse a investigar, y la verdad es que después de visionar algunos vídeos y escuchar su música me llevé una gratísima sensación, y me preguntaba que cómo era posible que con tales cualidades y diez años de historia nadie hubiera reparado en semejante diamante. Esa mezcla de soul, country, classic rock y blues con todo el sabor americano y unos registros y color de voz de las mejores Janis Joplin y Aretha Franklin, parecían una carta de garantías suficiente para que muchos de los obsesionados que pululamos por la red tuviéramos unas ligeras nociones, y más en un foro como éste que destaca por el gran conocimiento  de la mayoría de sus miembros. Pero no, en el último segundo, justo en el golpe de la campana apareció un vídeo y se concatenaron los acontecimientos con un golpe de suerte, o más bien por la brillante apuesta de una organización a la que aplaudimos su elección a la vez que nos sumamos a los elogios que todos los años obtienen.

 

 

Recuerdo la salida de la famosa locomotora al escenario en la última gira de los australianos AC/DC, y cómo aullaban sus fanáticos como si les hubieran inyectado una droga sectaria sin que ni siquiera hubieran tocado ni una sola nota. Evidentemente los comienzos de las grandes bandas con gente que lleva esperando horas a su salida se convierten en una demostración monstruosa del ABC de su religión y el júbilo se convierte casi en estrepitoso. En la mayoría de las ocasiones ese fervor se va diluyendo como un azucarillo hasta convertirse en un murmullo, y el factor artificial inicial aunque se repitiera catorce veces jamás produciría el mismo efecto. Y es que al público en ocasiones –y recalco esto precisamente por su nivel de exigencia-  además de sangre también hay que darle carne.

 

Por el contrario la salida al escenario de nuestra estrella fue la de una locomotora natural desbocada para sorpresa de las dos mil quinientas personas que casi llenaban el recinto y que la habían recibido prácticamente callados –seguramente por su desconocimiento-  y que se quedaron estupefactos ante la magnitud de lo que se les avecinaba.  Un torbellino se desató en un escenario que, siendo bastante considerable, a nuestra diva se le quedaba minúsculo, con una capacidad de movimientos escogidos para cada estilo con una adaptación asombrosa: si tocaba soul, movimientos para la ocasión; si tocaba rock setentero, meneos hippies como la mejor Janis Joplin. Si tocaba rock and roll se desataba como si estuviera poseída por el espíritu de sus mejores estrellas…Al tercer tema ya tenía ganada a la parroquia y aquello se convirtió en un hervidero de emociones que sólo alguien con status de estrella tiene capacidad para generar.
En la primera media docena de temas sacó toda su artillería pesada y arropada perfectamente por su más que cualificado guitarrista y compositor Jim Diamond, y el resto de músicos, que se notaba que no eran unos principiantes, ya sabíamos que aquello era a vida o muerte. Cuando alguien muere en el escenario y además tiene cualidades no cabe más que el agradecimiento por parte de todos, y así se lo hicimos saber. Morimos con ella y estoy seguro de que la gran mayoría, sobre todo por el lado masculino, nos hubiéramos metido en su ataúd.

 

Y es que el componente físico y visual aun no siendo importante solo significaré que la chavala no solo destaca por sus cualidades vocales sino por una estética que impresiona y que seguramente me llevará al siguiente texto. Aunque juro que solo por su madera vocal. Bueno, ¡lo retiro!

 

Si tuviera que definir a Dana Fuchs en vivo para que el lector pueda imaginar lo que representa,  seguramente no deferiría en mucho a esto: “Cuando canta y se mueve es como si te cogiera de la pechera de la camisa, te rompiera de cuajo todos los botones, te tirara al suelo y te mirara como diciendo………”. Admito que caería como cayó Numancia, pero es que ante tanto poderío vocal es irresistible no caer rendido.

 

Verla arrastrarse de rodillas hacia el público con esa fuerza y esa pasión no tengo ninguna duda de que para algunos hacía doble efecto, pero, siendo sinceros y haciendo un estricto análisis musical, muy pocas voces son capaces de emocionar y llegar a las entrañas como lo hace esta mujer. En su primer bis versionó “Helter Skelter” y no recordaba cuando fue la última vez que alguien fue capaz de erizarme los pelos (siendo honestos, el año pasado, Paul Rodgers). Si Dana ha sido capaz de hacerlo, y no soy hombre fácil, es porque algún atributo más que su físico debe de tener…

 

Cuando terminó el show fuimos a las firmas y cuál fue mi sorpresa que la chavala, además de ser encantadora, y sorprenderse, a la vez que nos agradeció, por la compra de sus tres discos oficiales y su DVD en directo en New York, ¡es que mide cerca de 1’90! Muy grande Dana Fuchs y no sólo por su estatura.
Una nueva cura de humildad para alguien que cree, desde el punto de vista musical, haberlo visto y vivido todo. Aunque es obvio que siempre se vive con ilusión y con la esperanza de que surja  alguien que te haga sentir esas sensaciones, crees que nadie va a ser capaz de conseguirlo. Pero siempre aparece alguien que es apto para llevarte a ese paraíso en el que solo estás tú, tus emociones y quien las transmite. Mientras esperamos al siguiente, de momento, solo puedo decir que sin Dana no hay paraíso.
JESÚS MUJICO