BUCKCHERRY – Confessions (2013)

Reconozco que esta banda me tiene desconcertado. He podido presenciar toda su garra en directo con un repertorio donde los hits se suceden a velocidad de vértigo y sin embargo en estudio dan la impresión de sonar más perdidos que un pato en un garaje. ¿Dónde queda toda esa rabia? ¿Por qué ese desprendimiento de intensidad hacia canciones tediosas? ¿Por qué la escucha del álbum deja una sensación de oportunidad perdida?

Un «Confessions» por cierto que trata acerca de los 7 pecados capitales (un concepto desde luego idóneo para una banda de hard-rock californiana, que se supone es el «abc» de su «way of life») pero que tampoco saben aprovechar. Y eso que el disco comienza bien con la acelerada «Gluttony», directa, adictiva como el pecado que describe, con estribillo cimentado para el directo. Ese era el camino principal por el que tenía que haber transitado el álbum en lo sustancial. Sin embargo la mueca de la sonrisa pronto desaparece de la cara, a pesar de que «Wrath» es otro tema interesante.

Tras la siguiente canción «Nothing Left But Tears» se acaba la fiesta por completo para tus oídos si lo que quieren apreciar claro, es lo que se puede esperar de Buckcherry, y que tan bien han sabido plasmar en otras ocasiones que no es otra cosa que hard-rock de alto voltaje (por lo que están donde están) ¿en serio temas como «Greed», «Air» o «Lust» aspiran a eso? Son un excelente reclamo para «posers» pero no para quien haya quedado seducido por «Lit Up», «Dead Again», «Dirty Mind» o la popularísima «Crazy Bitch». A partir como digo de «The Truth» en este nuevo disco nos encontramos con temas insípidos, tediosos, de esos que son recibidos actualmente por las radiofórmulas «sin punch». Es decir bonitos fondos musicales que no molestan mientras estás realizando otras actividades pero para nada un disco que te de una bofetada en la cara, que capte todos tus sentidos. No, no, no. Parece que ésta es la fórmula que quieren Todd y los suyos porque les da más cobertura mediática, pero desde luego parece que tienen el «freno de mano» puesto. ¿Qué fue de esos geniales Buckcherry en estudio? ¿Por qué en directo sí que ofrecen lo que se espera de ellos y en estudio no? Uno escucha este álbum y a continuación se pone el «Sensory Overdrive» de Michael Monroe, publicado hace un par de añitos y desde luego resultan como la noche y el día. ¡Pero es que Buckcherry tendrían que estar actualmente lanzando «pelotazos» como el de Monroe, que talento tienen de sobra para conseguirlo. ¿O tal vez no? Quizá esa sea la respuesta que la inspiración y la rabia se ha quedado por el camino hace tiempo, o no es capaz de bajar del escenario.

Una pena porque obra tras obra cada vez se espera menos de ellos. Y esta vez han vuelto a decepcionar.


Christian Sancho

Mr. Thunderstruck blog