ARCH ENEMY: War Eternal (Century Media 2014)

War Eternal es el décimo álbum de estudio de los suecos Arch Enemy, pero no es un disco más. Era un paso complicado que bien podría haber sido un salto al vacío, pero, honestamente, creo que han superado el trance con un más que apreciable resultado. La marcha de Ángela, después de 14 años, suponía una pérdida importante, ya no solo por la aportación musical de la alemana, sino porque Gossow, con su enorme carisma y empatía en directo, se había convertido en la indiscutible imagen de la banda.

Y ante ese complicado paso, han optado por un disco contundente, muy duro musical y conceptualmente hablando. La voz solista elegida para la transición es la de Alissa White-Gluz que ha encajado a la perfección en el conjunto, puesto que, además de vocalista, es compositora de varias canciones del disco, entre ellas la muy destacable “As the Pages Burn” que ha sido lanzada como segundo sencillo.

El disco es un canto a esa “jodida” guerra eterna que es el simple hecho de estar vivo…ya desde la introducción sinfónica se da un giro al adagio romano “el tiempo lo cura todo” y se nos deja claro que no es así, que el tiempo no cura nada y si quieres sobrevivir no queda otra que pelear y tener claro quién eres y a qué lado estás.

El disco destila agresividad contagiosa y alcanza puntos muy álgidos en las guitarras dobladas y la rabiosa batería de temas como “Never Forgive, Never Forget”, el temazo que abre la veda o el no menos interesante “No More Regrets”, pero no por ello pierde la identidad característica de Arch Enemy con otros temas que enlazan perfectamente con lo que ofrecían sus discos anteriores, un excelente ejemplo de esta continuidad melódica es el tema que da título al disco “War Eternal” o el también excelente “Avalanche”.

Pero el trabajo no queda ahí, porque aún queda lugar para ciertos giros no tan habituales en los suecos que vienen a dar cierto poso al cambio que implica que no estamos sólo ante una nueva cantante, sino ante un lógico proceso evolutivo que, probablemente, era necesario para evitar el estancamiento. Por ejemplo es evidente que hay menos interludios melódicos en las canciones, pero a cambio hay una inclusión de componentes sinfónicos en algunos temas como “You Will Know My Name”. También es destacable una joyita como “Time Is Black” cuyo inicio a mí tanto me recuerda a algún tema de Nightwish y que es toda una agradable sorpresa, no por poco habitual en ellos menos acertada.

En resumen, en mi modesta opinión un muy buen disco que responde a la pregunta de si Arch Enemy sería lo mismo tras la marcha de Ángela. Y la respuesta es simple: NO. No será lo mismo, será, afortunadamente, distinto y, como poco, no dejará indiferente a nadie que tenga un mínimo interés. No es un disco de transición sino que es el disco que demuestra que ésta, lejos de ocasionar problemas, les ha sentado muy, pero que muy bien. Un inspiradísimo trabajo, trufado de excelentes canciones, homogéneo y completo que merece mucho la pena escuchar, porque te engancha desde el primer momento.

José Ángel Tejero Giner