METALLICA – Crónica Madrid (5 Feb 2018)

Foto: Raúl Blanco

METALLICA
WiZink Center, Madrid, 5 Feb 2018
Crónica y fotos: Raúl Blanco

Ver a Metallica siempre es un seguro, no hay riesgo, sabes que vas a disfrutar viendo además un espectáculo más allá de lo musical y como no podía ser de otra manera, lo volvieron a hacer, pusieron patas arribas el Wizink Center de Madrid dos días con las entradas totalmente agotadas a las pocas horas de ponerse a la venta.

Ese escenario en el centro del recinto que ya se está convirtiendo en un clásico de la banda permite disfrutar a más fans de una primera fila y una cercanía a sus ídolos que no tendrían con el escenario normal por lo que no resulta extraño que desde que comienza a sonar la introducción del film “El bueno, el feo y el malo” el ruido se haga prácticamente ensordecedor. Sería muy sencillo vivir del pasado pero no es el caso, la gira sirve presentación de su más reciente lanzamiento “Harwire to self-destruct” y como sucede con el cd, el comienzo del show es con el corte que da título al disco seguido de “Atlas, rise!”.

 

 

El sonido, sobre todo en la voz, era un poco bajo, algo que empezó a mejorar ostensiblemente a mediados de un muy celebrado “Harvester of sorrow”. El escenario estaba completamente diáfano excepto por la batería de Lars Ulrich en el centro del mismo que, curiosamente, fue girada en cuatro ocasiones durante toda la noche…manualmente por cuatro pipas!!! Por mucho que en los temas nuevos Metallica haya recuperado su esencia de antaño la reacción del respetable a canciones como “Fade to black” no deja lugar a dudas, lo que realmente funciona como un tiro son los clásicos de todas la vida. A pesar de todo esos nuevos cortes no desentonan en absoluto en el set list y sirven al espectáculo como sucede con “Now that we´re dead” y la batucada sobre unos cubos surgidos del suelo que se montan en un momento tanto Lars como James, Robert y Kirk Hammett.

 

 

El sábado día 3 Metallica hizo un guiño patrio a cargo de Robert Trujillo y Kirk Hammett para dar descanso a la voz de James, como están realizando en todas las ciudades en las que está recalando esta gira, interpretando el “Vamos muy bien” de Obús, en esta ocasión nos tocó “Los rockeros van al infierno” de Barón Rojo. Todo depende de cómo se quiera ver, yo preferiría que incluyeran un tema suyo a que hagan este tipo de cosas pero si lo que sale del repertorio para realizar estas versiones es gran parte del solo de bajo…bienvenido sea.

 

 

El suelo se abre y de él comienzan a salir un pequeño ejército de brillantes drones que sobrevuelan el escenario mientras suena “A moth into the flame”, resulta muy curioso y vistoso ver sobrevolando cual luciérnagas una treintena de estos aparatejos tan de moda actualmente. Lars aprovecha cada parón entre tema y tema para acercarse a “vacilar” a las primeras filas aparte de cambiar y secar repetidamente las baquetas, trabajo que evidentemente no hace el si no su pipa de confianza mientras tanto, el locuaz Hetfield divisa entre el público a un jovencísimo fan al que tras preguntarle su edad le dedica “Sad but true”.

 

 

Los cubos que han estado prácticamente todo el concierto en movimiento y que sirven también como pequeñas pantallas de video muestran el logo de la banda sobre la bandera de España y comienza el triplete final, “Blackened”, “Nothing else matter” y la guinda del pastel, “Enter sandman”. La banda como viene siendo habitual se resiste a abandonar el escenario y se pasan un largo rato tirando púas a puñados de unos vasos de refresco grandes que les van facilitando según se quedan vacíos. Mientras, el bueno de Lars, reparte baquetas e incluso se baja a las primeras filas a charlar y firmar autógrafos. Puede que sea mero postureo pero ya podían tomar nota de semejante comportamiento muchos artistas la mitad, o menos, de grandes que Metallica.

 

 

Tras dos horas y media y la despedida al micro de los cuatro miembros de la banda, las caras sonrientes de 18.000 extasiados y complacidos fans de la banda comienza a desalojar un Wizink center que recordara estos dos show durante mucho tiempo. Se habla mucho de relevos a las “vacas sagradas” de nuestro rollo, claramente es prácticamente imposible que un grupo nuevo consiga mediáticamente tener la repercusión que daba la añorada MTV en los ochenta y noventa al heavy pero, además de eso, hay que reconocer que no hay relevo para grupo como Metallica.