ANVIL – Pounding the pavement (2018)

¡A rey Lemmy muerto rey Lips puesto!

Perdonen lo que para muchos será una herejía, pero, después de ser vapuleado por la nueva colección de canciones de los canadienses, esta conclusión me ha asaltado, ni para bien ni para mal, al mismo tiempo que he vuelto a esta realidad a la que uno parece perder de vista y en la que nos falta Sir Kilmister. Bofetón en la cara, para devolvernos a nuestro sitio, plasmado en todo un manual de auténtico heavy metal en hermandad rockerizada. Sacudiéndose así, marrullera y ligeramente de encima, parte de la manta de polvo acumulado sobre la capa de perdedores que durante años han ostentado (llegando incluso a ridiculizar ellos mismos… ya sabes de que te hablo).

Provocación metalizada y entallada en rock salvaje de confección MOTORHEAD bien lucen en: Bitch In The Box (magníficos coros armonizados que preceden a un tosco y contundente estribillo), Ego (una bola de demolición sonora en un doble bombo que nos coacciona a ser integrantes de otro parco estribillo), Doing What I Want (una especie de Hellraisers 2018 carente de la espectacularidad de aquellos versos adictivos, pero realmente disfrutable), Rock That Shit (Su título lo dice todo…), Black Smoke (¿el Ace Of Spades de este disco?) y el broche final de Warming Up.

Pero no solo de los `Motor´ vive el hombre, quiero decir Steve `Lips´ Kudlow (guitarras y voces desde hace cuatro décadas), en Smash Your Face genera un hijo no reconocido entre unos predominantes BLACK SABBATH y detalles puntuales de MEGADETH. La estela Sabbath se prolonga en World Of Tomorrow… quizás demasiado… escucha bien… ¿no te suena un poco?…ejem!

Pounding The Pavement es un tema instrumental que ya hemos oído decenas de veces pero que aun así entretiene, sin alardes clasistas, de ejecución por encima de lo correcto.

Let It Go viene a ser una especie de Black Betty metalizado según la concepción ANVIL, y Nanook Of The North es un cuento del folclore canadiense, revestido de una plomiza nube de `palm mutes´ acosadores que lo convierten en una agradable pesadilla.

Un bonus track que encaja perfectamente en la generalidad del disco, pero que tampoco aporta demasiado, es el presente obsequiado con Don`t tell me.

Por cierto, el sonido es excelente para la propuesta de ANVIL, así que felicitemos la labor realizada en los Soundlodge studios en Rhauderfehn, Alemania, por Jörg Uken (batería de NIGHTFALL, RUMBLE MILITIA, STORMWARRIOR) porque, a mi manera de ver, les ha rejuvenecido una veintena de años.

Junto a su inseparable Robb Reiner a las baquetas y al veterano Chris Robertson al bajo consiguen que impactemos contra un muro de sonido sólidamente hormigonado, por el que solo se filtran, llámenme inocente, las influencias de unos empedernidos amantes del más puro heavy metal y no la burda copia de unos fracasados. Es Navidad y así voy a pensar, uno tiene su corazoncito y después de ver su documental… es difícil no enternecerse con estos minutos de genuinos pedazos de historia. Mejorando su anterior obra pero lejos de alcanzar el sueño… ANVIL es ANVIL, y con eso ya es bastante, ¡a celebrar la cuarentena como banda!

Jesús Alijo «Lux»